Tanteo la mesita de noche en busca del creador de aquella chillona melodía; el teléfono, lo cojo y quito la alarma. Me estiro y bostezo entrecortadamente; tengo sueño, anoche —Como casi todas las demás— no pude dormir. Salgo del cuarto para bañarme.
Al salir de la ducha me entretengo en el espejo del baño, parece que un ave hubiera hecho un nido en mi cabello castaño, mis ojos se ven cansados y opacos. Suspiré y me fui a mi cuarto. Salto en un pie hasta la peinadora, poniéndome los zapatos. Paso un cepillo por el desastre en mi cabeza y coloco una diminuta cantidad de maquillaje alrededor de mis ojos, me pregunto si alguien lo notara, en momentos como este maldigo tener los ojos azules, es decir, aquí abundan los ojos oscuros; por eso los ojos claros tienden a llamar la atención— aunque ese no es mi caso— ¿Qué más puedo hacer? Dejare todo a la suerte. Sonreí y baje.
Después de desayunar miro fugazmente la escalera, al perecer mi padre sigue dormido. Suspire aliviada. Vivo sólo con mi padre, desde hace muchos años... "muchos", a penas son siete...
Siete años muy largos.
Después de perderme en mis pensamientos salgo rápidamente ¡voy a llegar tarde! A una cuantas casas de la mía se escucha un gran alboroto, hay una patrulla frente dicha casa ¿la habrán robado? Sonreí levemente, es irónico; se supone que esta es la zona más "segura" de la ciudad.
Al llegar al liceo me apresuro a mi salón. Entro y me siento en el fondo; mi puesto asignado, es un poco incomodo estar en el fondo debido a mi estatura pero no me quejo, digo, estoy sola ¿Qué más puedo pedir? De un lado está la ventana y del otro hay un asiento vacío; para mi suerte, porque la mayoría de mis compañeros solo dicen incoherencias cada vez que abren la boca. Los mire de reojo, si, parecen niños.
Tocan levemente la ventana. Bufe, por alguna razón siempre golpean las ventanas. Llega la profesora de la primera hora.
Como siempre fui la única en resolver los ejercicios. Deberían expulsar a los demás, solo vienen a calentar los pupitres y burlarse de los demás, no es por presumir, pero, me atrevo a decir que soy la mas aplicada del salón, aunque no los culpo; les llevo ventaja. Siempre me he refugiado en los libros, los de la amplia colección de mi padre.
Miro el reloj frente al pizarrón, la primera hora casi termina, pasó demasiado rápido. Me gustaría que la escuela durara más para llegar a mi casa sólo a dormir ¡o mejor!, dormir aquí, pero bueno, eso seguirá siendo solo un sueño; un lindo y reconfortante sueño. Adopte la posición de descanso.
Después de física viene historia ¡odio historia!, es decir, ¿Por qué debería de importarme algo que paso hace tantos años? Resoplé. Además mis compañeros están revueltos; con eso de que llegara un alumno nuevo ¡bah! ¿Qué tiene de extraordinario?, es normal que entren personas nuevas al inicio del año escolar, si algo hay de raro en ello sería: que se cambio de colegio en su último año y que aun no se ha presentado, digo, las personas normales se presentan temprano en su primer día de clases. Un quejido involuntario se escapo de mis labios, al parecer llegara un idiota más para la colección.
Observo como mis compañeros van esparciendo la "noticia" por medio liceo; pobres de los que pasen frente a mi salón. Lo raro es que no me han notificado personalmente, sé que soy invisible y no hago bulto para ellos—y que no me importa si llega o no un alumno nuevo— pero, no es lindo enterarse por una conversación ajena, me siento más excluida que de costumbre. Me encogí de hombros, tarde o temprano vendrán.
—Kendall —dijo una voz femenina detrás de mí— ¿te enteraste?— se coloca en frente de mí sonriente. Si no me equivoco su nombre es María.
— ¿De qué? —Finjo confusión.
— Va a llegar una alumna nueva —susurró con misterio, idiota como si todo el salón no lo supiera. Me dieron unas inmensas ganas de decirle, "¡Que interesante!, deberías trabajar de reportera", o algo similar pero me contuve.
Me equivoque, al parecer es una idiota.
— ¿En serio? — Respondí cortante.
Asiente incomoda ante mi respuesta y se va. ¡Estúpida, y yo que quería obtener un poco más de información! No es que sea chismosa pero ya saben; la curiosidad mato al gato y, para mi desgracia, soy curiosa no chismosa, curiosa; que quede claro. Pero dejando de hablar de mí me molesta que esta gente se la quieran tirar de reporteros con su mejor exclusiva y en realidad no saben nada; como diría mi vecina: "se la tiran de champú y ni espuma hacen", es decir, ¿no saben toda la información al respecto? ¡Cállense! Inhale, debo calmarme un poco, de hecho ni sé porque me desespero tanto.
Intento distraerme viendo a través de la ventana, aun es la hora del receso y la mitad de mis compañeros siguen revoloteando en la entrada, imagino que en la espera de la alumna nueva, ¿Quién es esa chica y porque puso a todo el liceo de cabeza? La llama de la curiosidad se avivó dentro de mí, por un momento quise correr a recibir a la nueva alumna, una vocecita dentro de mi gritaba "si no puedes con ellos, úneteles". Sacudí la cabeza, por supuesto que eso no va a pasar, hace mucho tiempo decidí dejar de involucrarme en los asuntos de los demás. Nada bueno le pasa a los entrometidos.
—Tomen asiento que les voy a presentar a alguien— anuncia el profesor de historia, sacándome de mis pensamientos— Adelante, por favor — le indicó a la persona en cuestión mientras le abría la puerta. Enarque una ceja ante el acto.
¿No puede abrir la puerta ella misma? Que inutilidad ¿Acaso es una princesa?
La puerta se termina de abrir — duro una eternidad para ello— y al pasar el nuevo alumno; no alumna, el salón se consumió en un silencio digno de un funeral, sinceramente no me esperaba esto. No es una princesa, es... ¿emo? O tal vez ¿metalero? O solo un intento de chico malo del siglo pasado. Es raro ese tipo de apariencias hoy en día, pero más raro es que se presente así en el colegio ¿tanto disfruta del bullying? Me llama la atención su espíritu masoquista ¡esto va a ser divertido!