"Soy gamer no porque no una tenga vida, si no porque decidí tener muchas"
-Anonimo.
—Capitulo 1. Brandon Hardy:
| B R A N D O N|
Me encuentro encerrado en mi habitación, ya son pasadas de la medianoche, todo esta oscuro lo único que ilumina el cuarto es la intensa luz que proviene del televisor. Mis ojos se encuentran sumergidos en la pantalla del tv, y mis manos permanecen en el mando del control, presionando con rapidez los botones de este. Me desvelo intentando pasar un nivel de un juego que acabo de comprar; mis inmensas ganas de acabarlo pudieron vencer al sueño. En la mañana tengo que asistir a la universidad, pero no me importa mucho desvelarme dado que ya estoy acostumbrado a hacerlo desde mis últimos años de secundaria cuando asistía de madrugada a las fiestas de mis compañeros.
Realmente muy buenos tiempos.
Por la mañana tomaré un buen café que eliminara un buen rastro de sueño, cuando llegue de mis deligencias tomare una larga siesta. Toda mi atención esta en el juego, el sonido de los autos derrapando se escucha por todo el lugar, pero el sonido no me molesta y mucho menos me preocupa en lo absoluto, si alguno de mis parientes se despierta por el ruido.
El sonido del juego no me deja escuchar unos suaves golpecitos en la puerta, seguido de una voz.
Golpean con un poco más de fuerza la puerta, — ¡Brandon!
Suelto un suspiro de frustración mientras pongo en pausa el juego, dejo el control sobre el sofá. Poniéndome de pie caminando hacia la puerta girando el pomo abriéndola, una niña de tez blanquecina, cabello castaño claro, ojos grises, nariz respigada se encuentra de pie frente a mi puerta mientras abraza con fuerza un pequeño peluche.
—¿Qué sucede, Britnney? —pregunte con tono amable.
La ojigris inhalo profundo, —Tuve un mal sueño — sus ojos estaban cristalizados.
Debi habérmelo imaginado mi hermana solía dormirse temprano pero cuando tenía un mal sueño, iba a buscarme a mi o a mis padres. Abrí más la puerta para que ella pudiera ingresar a mi habitación, ella entro a la habitación mirando el televisor.
—¿Aún estas jugando? Mamá dijo que... —dijo en un susurro, pero la interrumpí.
—Sí, ya lo sé. Mañana hablamos del sueño ¿te parece? mejor nos vamos a dormir. —Dije cambiando de tema, ya es tarde y ella deberia de estar durmiendo.
Camine hacia donde había dejado el mando del control, con tristeza salgo del juego apagando la consola, por supuesto guardando la partida. Dejo el control a un lado de la consola, paso por un lado a mi hermanita quién está en una esquina de la habitación. Me tiró sobre el cómodo colchón y Britnney me mira en silencio
—¿Qué esperas? —me corro hacia el otro lado de la cama, dejándole un espacio — ven.
Ella en silencio camino hasta la cama, acostándose a mi lado. El comportamiento de Britnney no es normal. Suele ser muy parlanchina, nunca ha sido de muy pocas palabras, estoy seguro que no se trata de ninguna pesadilla. Sin embargo no le comentó nada al respecto, por ahora solo me basta que duerma tranquila y que sepa que nunca esta sola, que siempre contara conmigo.
La pequeña ojigris cierra los ojos, aferrandosé aún al pequeño animalito de peluche quedandosé inmediantamente dormida, mientras la arropo. Me acomodo en mi lado, cerrando los ojos y sin darme cuenta caigo en los brazos de Morfeo.
🎮 🎧 🎮
Duermo pacíficamente, el sonido del despertador resuena por la habitación despertandome en el acto. Me remuevo en la cama intentando retomar el sueño sin obtener éxito. Suelto un gruñido molesto dándole la espalda al despertador el cual continua sonando, doy otro gruñido para sentarme de golpe apagando de un manotazo el despertador. Escaneó la habitación en busca de mi pequeña hermana, mire desganado el reloj del despertador. Seguramente mamá la habra levantando mientras yo aún dormía. Suspiro cansado, me pongo de pie comenzando con mi rutina diaria.
Mientras prosigo a cepillarme los dientes, los pasos de mi madre resonaron por toda la segunda planta; el sonido de los tacones impactando con el piso de madera hacen notar su presencia.
—¡Brandon! —me llama mi progenitora. Escupo el agua terminando de enjuagarme, tomo una toalla secándome la boca.
— ¡¿Sí, mamá?! —exclame mientras salía del baño.
Marlenne Ruíz, mi madre es una persona con un fuerte temperamento, una de las tantas razones por la que mi padre, Blake Hardy se había enamorado de ella. Es una mujer hermosa y, no lo pienso por que es mi madre, no sino por que es cierto. Es una mujer de tez morena, nariz redondeada, cabello castaño oscuro el cual le llega por debajo de la cintura y una esbelta figura.
Escucho sus pasos acercase, seguidamente el sonido de la puerta abriéndose llega a mis oídos la puerta se abre por fin, apareciendo en mi campo de visión el rostro de mi madre.
—Brandon —me llamó buscándome con la mirada segundos después me halla — Buenos días cariño, ¿cómo amaneciste?— me regalo una sonrisa.
Sonrío levemente, —Buenos días mamá, bien ¿y tú?
Ella suelta un suspiro cansado, —Trabajando. Anda vístete, y ve a dejar a Britnney —ordena— El desayuno ya está listo. —Finaliza de hablar cerrando la puerta tras ella.
Suspiro, camino desganado hasta mi armario. De este saco unos jeans azules, un suéter blanco y concluyo colocándome unas gomas blancas con franjas negras, tome mi móchila negra. Sin muchos ánimos, baje las escaleras sin prisa alguna. Encontrándome con el mismo panorama de cada día, Britnney viendo las misma caricaturas de cada mañana, papá no despega la mirada de su teléfono, mientras mamá termina con el desayuno. Veo un asiento vacío a un lado de mi pequeña hermanita le doy unas palmaditas en la cabeza, mientras le paso por un lado, ella voltea a verme enseguida.
—Buenos días, monstruo —salude mientras tomaba asiento, la castaña bufa molesta.