—Capitulo 2. Las hermanas Fuenmayor:
| B R A N D O N |
Me subi a un autobús para llegar a el preescolar Solecito, me dieron un descanso para que fuera almorzar. Sin embargo, debo ir a buscar primero a Britt en el colegio, mientras voy sentando en el vehículo veo por la ventana los vitrales de las tiendas, preguntándome que debería comprar. Luego me lamento, cuando recorde un gran detalle que me había gastado todo mi dinero en unos videojuegos nuevos que ni siquiera han llegado a mi país, gracias a un contacto los adquirí. Ahora debo esperar, suspiré. Aunque no quiero reconocerlo mi adicción me está quitando mucho tiempo y dinero, que puedo invertir en otras cosas.
Nah, los videojuegos son lo mejor.
Él autobús se detuvo, le pague al chófer, seguidamente me bajo junto con otros pasajeros. El vehículo emprendió marcha apenas cuando bajaron todos. Comencé a caminar, solo debo caminar un par de calles, y ya estaría allí. Me coloque mis audífonos mientras comenzaba a reproducirse mi Playlist, en mis oídos resonó la canción Shape of you de Ed Sherman, comienzo a tararear por lo bajo, mientras camino por las calles sin prestarle mucha atención a mi entorno, solo me dejo llevar por la música. Aunque por supuesto, estoy al pendiente de los autos y de que no hubiera nadie siguiéndome los pasos.
Sin darme cuenta llegó al preescolar, se supone que la clase de Ballet de Britnney había terminado o estaba por culminar. Entro a la pequeña construcción, mientras me dirigo al salón de mi hermana. Llego a una puerta de colores que decía "Sala 3" golpeé la puerta mientras esperaba que fuera abierta, segundos después la puerta se entreabrió dejando ver una cabellera rubia.
—Hola —saludo la niña— ¡Britnney, vinieron por ti! —grito a todo pulmón la ojimiel.
La puerta se abrió por completo, de está salieron dos pelirrojas frente la niña, me retiro los audífonos a su vez que los guardo con su celular.
Son exactamente iguales, comparten los mismos ragos con la diferencia que sus ojos son de distintos colores. Mientras los ojos de Aranza eran de un azul intenso, los de Anahí son más claros. Sus estaturas son distintas, Aranza es más alta que su hermana mayor, mientras el cabello de Anahí estaba liso, el de su hermana menor es rizado desde la raíz hasta las puntas. Ya sé diferenciarlas, a pesar que se parecen mucho, sus personalidades son muy distintas.
—¡Cuantas veces tengo que decirte que no abras la puerta, María! —la reprendió una de las pelirrojas, la rubia río nerviosa.
—Lo siento —. Se disculpo.
Los ojos de una de las pelirrojas se encuentran con los míos, sonreí, y ella desvío la mirada avergonzada. La otra pelirroja se percata de mi presencia.
—Buenos días, Brandon ¿viniste por Britnney, cierto? —preguntó Anahí intentando ser amable, ella y yo no noa llevamos muy bien que digamos, cosa muy distinta con su hermana.
—Buenos días, Anahí. Si, vine por ella. —Digo fríamente, ella asintió y entró al salón.
Aranza se quedo frente a mí, esperando que volviera su hermana mayor con Britt. Mientras Anahí es terriblemente extrovertida. Con su hermana menor la situación cambia, es muy tímida solo habla lo necesario, tierna y es muy delicada; mientras que Anahí no es nada de lo anterior. No es para nada delicada, no tiene pudor alguno, estrafalaria y no posee ni una pizca de paciencia. Sinceramente, no me agrada su forma de ser, me disgustan ese tipo de personas. Pero todo cambia con Aranza, la forma de ser de ella, me intriga siempre que la veo me pregunto que cosas pasan por su mente, solo me atrae pero nada serio con ella o, al menos por los momentos.
Un total silencio se formo entre ellos, ninguno sabía que decir. Aranza lo único que odiaba de su trabajo era eso, cuando su hermana se marchaba por algo y la dejaba sola con los representantes o parientes de los niños, sabiendo perfectamente que ella es de pocas palabras.
—¡Brandon! —un grito acabo con ese incómodo silencio, Britt corrió hasta mí —¡Mira, me gane una estrella! —señalo una estrella dorada sobre su frente.
Reí, —Felicidades. —la cargue haciendole cosquillas —Pero te recuerdo que tú ya eres una estrella.
La pequeña ríe risueña, —Bobo, eso significa que me porte bien ¿cierto, Anahí? —la niña miró a su maestra.
—Cierto, cada día se porta mejor. —Respondió la ojiceleste —Por cierto, me contó un pajarito que alguien se desvelo de nuevo viendo la televisión ¿es cierto, Brandon? —dijo encogiéndose de hombros.
Fulmine con la mirada a la pequeña en mis brazos, quién miró a otra dirección fingiendo inocencia.
‹‹Oraguntán Entrometida›› Pense, refiriéndome a Anahí. Para mí, Anahí es una orangután, tienen tantas cosas en común los oraguntanes con ella. Y su hermana menor es una doncella con una excelente educación.
—¿Y eso en te afecta? —pregunté, una de las cosas que más me molestan de la maestra de mi hermana es que siempre está entrometiéndose en donde no la llaman, mi hermanita le había contando seguramente que yo me habia desvelado viendo la televisión. Britnney no entiende muy bien que son los videojuegos, cuando ve mi Tv encendida creé que era algún programa.
Anahí bufo molesta.
—A Britnney le afecta, y a tus padres también —objeto.
—Y si a ellos les afectan, ¿a ti que? —. Protesté.
—Me preocupa, me importa Britnney, ella me importa. Y lo creas o no, tú también por que a pesar que tú vives con ella, lo que te pasa a ti ella lo siente —argumentó.
Solté una carcajada.
—Orangután, eso no te incumbe. —Exclamé con molestia, el rostro de Anahí se tenso en cuanto dije eso.
—¿Cómo me llamaste, debilucho? —replico la ojiceleste, sentí mi mandíbula tensarse.
Mi buen humor se esfumó, al igual que el seguramente de la Oraguntán.