La soledad de los apartamentos se vuelve pesada cuando te das cuenta que vives solo. Cuando te das cuenta que sólo puedes hablar con las paredes o con tu propio eco de la bañera. Ahí es donde caes en cuenta que la soledad es más inmensa de cómo debería de ser.
Para Avis, esa soledad nunca había pesado tanto como el día que llegó del restaurante. Ese día la ojiverde se dió cuenta que manejar su más creciente temor iba a ser complicado, decidió reemplazar todas sus emociones y concentrarse en averiguar de una vez por todas la verdad detrás del infiltrado.
No regresó a la oficina ese día, no quería verle la cara a sus amigos, no ahora, había quedado en ridículo frente a ellos y un montón de personas desconocidas. A pesar de que Avis es especialista en hacer el ridículo, esta vez sí que le había caído pesado. La chica tenía un plan y ese plan iba a basarse en si Thiery Williams respondía o no el celular, no tenía nada que pensar además de eso.
Agarra el celular, pelinegro pensó la ojiverde, dando vueltas alrededor de la mesa.
"¿Bueno?" la voz ronca y suave del chico sonó al otro lado del teléfono.
"Thiery, que bueno que contestas" la chica mostró una falsa felicidad en su voz.
"¿Ivanov?"
"La misma, ¿acaso no tienes mi número?" preguntó ofendida alargando más el tiempo, mientras observaba su ordenador trabajando a la distancia.
"Yo...no. Tú nunca quisiste dármelo" el chico hizo una pausa para luego carraspear "¿Ocupabas algo, Ivanov?"
"¿Estás en la oficina?"
"¿Cómo sabes?" Avis interrumpió al instante a Thiery.
"Deje un paquete en mi escritorio, ¿puedes verlo?" la ojiverde paró de caminar, ahora observaba el computador, le faltaba solo un 30 por ciento para terminar la carga.
"Si, ¿que con eso?"
"¿Puedes traerlo?"
"¿Por qué yo y no tu amiga, o tu amigo?" La voz de Thiery cambió drásticamente dejando escuchar un tono frío y serio.
"Tuve una pelea con ambos. Además tu también eres mi amigo, Thiery."
"¿Lo llevo a tu casa?" Hubo una leve interferencia en la llamada, Avis observó con calma la pantalla de la computadora, la carga había sido realizada.
"Si, por favor"
El pelinegro colgó y Aviso pudo celebrar de forma silenciosa haber logrado hackear el celular del chico con solo una llamada. Se sentó en una silla, comenzó a echarle un vistazo a los archivos de Thiery, no había nada sospechoso, sus chats en su mayoría estaban vacíos y los nombres no brindaban información especial de quienes podrían ser.
No aparecía nada interesante, ni nada lo suficientemente verídico a su teoría.
La chica no quería rendirse tan fácil, comenzó a rebuscar entre archivos y encontró un par encriptados. Recordando las primeras clases sobre encriptaciones que le dio Jin, Avis se puso manos a la obra. Dejó unos segundos la computadora para dirigirse a la cocina y saciar su hambre, cuando escuchó una pequeña vibración. Se giró con calma para ver una notificación entrante al celular de Thiery.
El emisor era uno de los contactos de Thiery, agendado como Kenny.
"Nos vemos ya sabes donde, a las 4"
El mensaje fue respondido al instante por el pelinegro.
"No te preocupes, ahí estaré. Pasaré a dejar un paquete donde murciélago y voy directo allí, tal vez llegue antes de lo previsto"
"Perfecto"
Avis jugueteo con sus dedos antes de cerrar la pantalla de mensajes de Thiery. Sea quien sea esa persona, conocía sus apodos, aquellos apodos escogidos meticulosamente por Jin para cada uno de sus empleados. Todos tenían más que claro que esos apodos eran solo para uso personal en la empresa, nadie debería de saberlos.
Una razón más para desconfiar de Williams.
El tiempo siguió pasando, los archivos seguían encriptados y Avis comenzaba a cuestionarse si de verdad puso un mínimo de atención a las clases de desbloqueo de su jefe. Unos pasos seguros se escucharon afuera de la puerta, la ojiverde se quedó observando la puerta, cuando a ella llegaron dos ligeros golpes. Lo más probable era que fuera Thiery con su paquete. No se equivocó.
—Hola, que gusto verte después de tanto tiempo, muchas gracias por traer esto—exclamó la chica mientras abría la puerta, dejando ver así el rostro serio y agraciado del pelinegro.
—No es nada.
—¿Quieres pasar un rato?—la pregunta fue hecha solo para una formalidad, en realidad a Avis no le servía que el chico viera lo que hacía con la computadora, menos si llegaba a darse cuenta que habían hackeado su celular.
El chico sonrió de lado, de forma coqueta.
—Me encantaría, pero tengo un compromiso, debo irme. Que pases linda noche, Ivanov.
—Igual, Williams.
La chica recibió el paquete y cerró la puerta. Mirando de un lado a otro la pequeña caja de madera, que llevaba stickers de su serie favorita. Mientras dejaba el paquete sobre la mesa un bombillo en su cabeza se encendió. Fue por unas tenis, pero su idea pareció tambalearse al recordar las palabras de sus amigos. Avis se negó a dejarse vencer por su insistente cabeza. Y siguió adelante con su plan.
La chica copió la dirección IP del celular de Thiery, cuando se aseguró de poder ver la ubicación exacta del pelinegro, tomó sus llaves y salió rápidamente del apartamento. Cruzó un par de calles y saludó a un par de personas, hasta que a lo lejos vió la chaqueta negra de Williams. Se quedó a una distancia prudente de él y continuó siguiéndolo, esperando obtener resultados favorables a su investigación.
Después de un rato caminando en las concurridas calles el chico se detuvo frente a un establecimiento de una única planta y muchos ventanales, tenía un letrero que decía Alimentos La Reina. En su momento, había sido una tienda de comestibles bastante reconocida, Avis había ido un par de veces, pero ignoraba el hecho de que ya no estuviera en funcionamiento.
Otro chico que lucía un deslumbrante piercing en el labio, esperaba a Thiery enfrente de la entrada, se saludaron con un apretón de manos y el más alto puso su mano izquierda en el hombro de Thiery para acompañarlo dentro del edificio. Avis se quedó viendo el edificio desde lejos por un rato, no parecía haber señales de que el chico fuera a salir pronto de la antigua tienda de comestibles, por ende la ojiverde se dispuso a regresar a su hogar. Con más de 20 llamadas perdidas de Sheila, y muchos mensajes de la misma preguntando por que no estaba en casa ni el en trabajo.