Hoy será un día igual de aburridos que los otros. Lunes 8:30am, Samantha se encontraba de camino al instituto, sin pensar en lo que le esperaba por llegar tarde.
Al entrar por la puerta lo primero de lo que se percató fue de que su profesor favorito recién salía de su oficina en dirección a su clase, o sea clase que le tocaba a ella. Iba bajando las escaleras con tanta prisa, sin miedo a caerse.
Al llegar a la clase y tomar asiento, comenzó a hablar con su compañera, Júlia, Samantha le contaba como había visto a su profe bajar las escaleras justo detrás de ella, mientras que el antes mencionado entraba a la clase dando los buenos días.
Sumergidos en la clase Samantha solo podía pensar en todo lo que había ocurrido anoche, como paso tantas horas masturbándose pensando en la persona que tenía delante dándole una clase, ella solo podía fijar su vista en sus manos, preguntándose como se sentirían dentro de ella, o en su lengua, en como la movería en su interior. Perdida en sus pensamientos y apretando fuertemente las piernas, pidió ir al baño, sentada en el váter continuo pensando en su profesor sexy.
Al final de la clase ella iba subiendo las escaleras para por fin llegar a la salida y declararse libre, mientras caminaba volvió a enviar sus ojos en la dirección a la oficina de su profesor, al verlo pasar y enganchar sus ojos en él, comenzó a caminar en su dirrección sin previa vergüenza, entró a su oficina sin tocar, encontrándolo sentado detrás de su escritorio con sus gafas puesta y su vista en el ordenador. Él levantó la vista y la miró, se quedó mirándola esperando que dijera algo, cosa que no paso.
Ella comenzó a caminar en su dirección, mientras dejaba su mochila a un costado de la habitación, empezó a desabotonar su camiseta, para después sacársela por la cabeza quedando únicamente en un sostén de dibujos animados, él solo la miraba sin importarle nada más en el mundo. Ella llegó a su silla sentándose encima se su escritorio, tumbando todo lo que había a su paso. Puso sus piernas a sus costado quedando así abierta pero aún con los jeans puestos, empezó a desabotonar la camisa del que tenía enfrente sin apartarle la vista, él solo estaba atónito a todo lo que pasaba.
Ella comenzó a pasar sus dedos por todo su cuerpo admirando todo lo que una vez estuvo en su imaginación, mientras sonreía no pudo evitar mirar sus labios, se acercó poco a poco hasta que sus narices se rozaron, haciendo así un beso de esquimal, ella lo besó, sin pudor, sin miedo, y él le respondió, metiendo su luengua en boca, sin importarle nada, ella gimió en respuesta. Él le desabrochó el pantalón quedando únicamente en bragas y sostén, él la analizó sin piedad, tocó su cintura, sus pechos, incluso su trasero. Él la tumbó en su escritorio quedando acostada y abierta de piernas para él, la vergüenza la abrazo, ella intentó cerrar sus piernas, cosa que el impidió. Empujó sus bragas a un lado y se quedó mirando su zona, con un poco de vello púbico, él pasó su lengua por toda la zona causando un escalofrío en todo su cuerpo, lo único que pudo emitir fue un simple jadeo, lo que él tomo xomo respuesta a que continuara, él introdujo dos de sus dedos en su interior, ella desabrochó su sostén dejando al aire sus pechos, él seguia succionando su zona, sin piedad alguna, ella solo podía gemir y gritar sin importarle quienes la escucharán, el despegó su boca de su zona para así levantarse y sacar su miembro, ella lo miro atónita, él sacó un condón de su cajón y lo rasgó para después ponerselo, comezo a introducirse en ella despacio y sin prisa, dejandola adaptarse a su tamaño.
Después de estar completamente en su interior comenzó a moverse sin piedad, dándole fuertes estocadas, apretando sus pechos dejando marcas en su cuerpo, mordidas, chupetones, pero sin dejar de follarsela tan fuerte que ella empezó a sentir miedo de que se rompiera la mesa, en la mente de él solo estaba ella, su cuerpo, sus pechos y sobre todo su rico coño.
Los dos estaban apunto de llegar al orgasmo, el mejor orgasmo de ella, el orgasmo por el que tanto soño y anhelo, él solo le pedía que lo esperara, que llegarán juntos a ese momento y así lo hizo, llegaron los dos al mismo tiempo al mejor orgasmo de ambos.