"Te quiero"

TE QUIERO Y PUNTO

"Te quiero.”

Te quiero y punto, sin consecutivos ni suspensivos.... Te quiero y final, eso es todo...ya está

Lo escribí sobre el puente en el que nos conocimos aquella vez hace ya tanto tiempo…

6 meses atrás…

Ajeno a todos e incluso a mí mismo me sumergía en las aguas negras de mis pensamientos como si fueran las del río.

Un zumbido y el suave blum de dos cosas pequeñas adentrándose en el agua rompieron instantáneamente la burbuja que me atrapaba desde dentro.

—¿Qué?¿No vas a pedir un deseo? He tirado dos monedas... Anda te presto un deseo...

¿En serio? ¿Qué es esto? ¿Una puta broma?— pensé escéptico —venga ya, lo que me faltaba, una chiflada hablando de pozos y deseos!!!  ¿Acaso mi cara no dice claramente déjame en paz? Bendito puente espacio público!!! Estoy considerando seriamente colgarme en la espalda un cartel luminoso de “no molestar”

— Esto no es un pozo de los deseos... —contesté con dureza  y desprecio, esperando que tus neuronas captaran la insinuación de “¿acaso eres anormal?” y te esfumaras del mismo modo en el que llegaste: “sin darme cuenta”… 

Aunque... ¿la verdad? me daba igual si armabas una pataleta y me atribuías un montón de adjetivos obscenos… con tal de recuperar mi mortífera soledad…

— Mejor!!! un río!!! Más agua, más posibilidad de respuesta...—me dejó a cuadros tu entusiasmo

«Valga con la loca del arcoíris, o es más tonta de lo que parece o le bailan mis sentimientos de desprecio»

—O de que se te pierda... —se me escapó la respuesta sin reparar en ella

 Tu rostro se iluminó como cartel de carnaval y apenas vi tu sonrisa comprendí el error en ella: en vez de cortarte te había dado el pase para un debate dialéctico, arrastrándome directamente a tu juego.

—Soy una experta en esto de los deseos, mira, a mí se me acaba de cumplir el mío… así que anda toma la oportunidad que te presto…

Pude sentir la picardía en tu respuesta, el modo en el que te brillaban los ojos como niña que se sabe a punto de lograr su jugarreta…

«Con que se te acaba de cumplir tú deseo… ¿cuál puede ser ese deseo? ¿Acaso en eso se esconde su anzuelo?»

«¿Le grito loca? ¿Le pregunto por su misterioso deseo o me hago el tonto y le sigo su tonto juego?»

Llevarte la contraria nunca fue una buena idea, y yo lo entendí temprano, así que pensé

«sigámosle el rollo a esta fanática así se aburre y de una vez me deja»

Volví mi vista al río, se me escapó un suspiro de resignación mientras sentía el peso de tu mirada  fija en mi rostro, apreté los ojos, conté hasta tres y dije.

—Ok, ya está… ya pedí mi deseo.

Esperé… esperé en serio escuchar el “ah… bueno, chao, adiós…” o tal vez no… quizá me había intrigado ya tu presencia... Así que no sé si sentí alivio o desesperación cuando empezaste a dar saltitos aplaudiendo entusiasmada; pero sí que me asusté cuando te enganchaste a mi brazo gritándome:

— Entonces me debes un deseo!!! y me pido ahora cobrar la deuda… me pido un paseo!!!

Sorpresa, admiración, impotencia…

«¿En serio? Bendita la hora en la que le seguí su juego… me acaba de jugar cabeza una niña… o bueno… no tan niña, que lo único que tiene de niña es su fijación con los pozos o ríos o lo que sea de los deseos…»

Traicionado por mis pensamientos ni siquiera me di cuenta de que te seguía mientras me arrastrabas bordeando las personas que se arremolinaban en la baranda del puente, cada vez más lejos de donde sea que estuviera antes de que me robaras un deseo…

«¿Pero qué diablos estoy haciendo?¿Acaso ahora también soy la marioneta de una niñata?»

— ¿En serio no te asusta andar por ahí con un desconocido?¿Tú mamá no te advirtió sobre lo de no hablar con extraños?

— No, no me asustas…—fue tu única repuesta

Avanzamos otro tramo hasta que de forma imprevista te paraste bajo la antigua farola al final del puente, o del principio…. Qué más da, esa misma,la única que hay. 

Te giraste hasta quedarme de frente; lo suficientemente cerca como para considerar, sin lugar a dudas, invadido mi espacio personal… y me golpeó descubrir que la seguridad y alegría que desprendías hace solo un instante se habían esfumado dejando ver el temor al fracaso y el nerviosismo que quizá escondías desde un primero momento.

Me empapé de tu gris y amenazó con turbárseme el alma de nuevo, pues sin percatarme tu arcoíris había despejado mi cielo. 

Tú respiraste con fuerza al tiempo en el que a mí se me olvidaba hacerlo, ahora eran tus ojos negros las aguas en las que se sumían mis pensamientos, y me sorprendió odiar que no fueras “la loca del arcoíris y los deseos”  si no una simple mortal, como yo, toda rota por dentro; odié a cualquiera que hubiera sido el responsable de hacerlo…

5 segundos, joder los conté, fue justo ese el tiempo que tardaste para cambiarme de nuevo; el tiempo que te tomó impulsarte, aún con miedo, y unir nuestros  labios en un casto beso; el tiempo en el que me convertí en el hombre más idiota del universo

 ¡¡¡Me había quedado plantado, petrificado ante tu atrevimiento, sin pesar en responder, sólo ahí, como un tímido puberto!!!

Tu mirada se volvió cautelosa mientras te apartabas, como si tantearas el terreno, te sonrojaste y agachaste la cabeza intentando medio esconder tu rostro tras un mechón rebelde de tu pelo.

— Sólo quería devolverte lo que te robé justo aquí hace 16 años…—aclaraste avergonzada en un susurro al tiempo en el que me dabas la espalda de nuevo

— Paula!!! —me atravesó como un rayo el reconocimiento.

«¿Cómo olvidar a aquella niña que me robó mi 1er beso? La que tuvo el poder de romper la burbuja de tristeza en la que me ahogaba con solo 10 años justo en ese punto del puente perseguido por el recuerdo de mi hermano muerto?» 



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En el texto hay: deseo, confesiones, amor miedos secretos

Editado: 26.11.2020

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