"The Sky" - A puro Rock and Roll

Prólogo

Mi vida era gris y monótona, un ejemplo casi perfecto del modelo británico que los libros se cansan de ilustrar. Y digo “casi”, porque había ratos en los que mis dedos rasgaban la gloria. Había momentos en mi vida, escasamente poderosos, que ponían a prueba incluso a mi lado más estructurado. Aquello sucedía cada viernes a la medianoche, cuando tocábamos en The Moon, un antro de mala muerte que nos servía como intermediario con el público

         Los viernes por la noche el introvertido profesor de guitarra dejaba atrás los prejuicios más sucios y se convertía en guitarrista. La correcta postura y demás formalidades se iban bien al diablo, y Tony Hamilton se transformaba entonces en una fiera salvaje, en un Dios olímpico de la guitarra eléctrica, en la reencarnación del mismísimo Apolo.

         Imaginaba que podía convertirme en el héroe de los niños del futuro, que los adolescentes me tomarían como símbolo de rebeldía y llenarían sus paredes de póster de Tony, el flamante guitarrista estrella de The Sky… Esas imágenes deambulaban por mi mente mientras improvisaba los mejores solos de guitarra para un público que escuchaba de lejos, mientras conversaban y tomaban tragos de nombre extravagantes y precios irreales. Eso era todo. Siempre escuchaban de lejos.

                                   

                                                 ……

 

Mi sueño de convertirme en una estrella de Rock and Roll se remonta a la adolescencia, cuando conocí a Ian Wheeler, el único sujeto con el que compartía el fanatismo por los Purple Roll.

Los Purple Roll encabezaron la lista de la mejor banda de todos los tiempos por un periodo récord. Lógicamente, perdieron popularidad cuando los nuevos ídolos de la música Pop corroyeron  el cerebro de la nueva generación de la que, por desgracia, formaba parte. El Rock, la ahora considerada  “música vieja”, había dejado de ser cool para convertirse en un recuerdo melancólico de una era pasada. Una era dorada que estaba ligada simbólicamente a las cabelleras largas y a las chaquetas de cuero…

Poco a poco, los jóvenes de Hertford olvidaron que esa misma ciudad había dado a luz a la banda que se había convertido en leyenda, dejando una marca indeleble en la historia. Ya nada importaba…. El Pop imperaba en todas las emisoras modernas, dominaba los pocos canales de televisión que estaban destinados a no ser noticia, e incluso había una suculenta sección en las revistas de farándula destinada a la vida personal de las nuevas estrellas de plástico. El mundo había quedado sordo: la música ahora se escuchaba con los pies.

En ese contexto dramático surgió The Sky… Un dúo acústico que avanzaba a paso ciego por el oscuro camino de la primera banda propia. El porcentaje de terminar en el olvido era extremadamente alto; tanto así que en ocasiones tenía que tomar a Ian por los hombros y zamarrearlo para obligarlo a cantar. Así fue como aprendimos la dolorosa lección de que siempre nos escuchaban sin oírnos. Y eso era todo.

Meses más tarde, la llegada de Jim Wright, nuestro baterista estrella, nos transformó en un Power Trío. Éramos ruidosos y atropellados, con una alta dosis de estudio musical del bueno, de la old school; un cóctel atípico, pero estadísticamente posible. Teníamos todo para ser, pero no éramos más que material de relleno.

Creímos estar destinados a ser banda tributo hasta que sucedió un milagro: conocimos a un tipo que además de ser tecladista también era productor. Así es como reclutamos al grandísimo Christian Moore y lo incorporamos a la secta. Pensamos que el éxito estaba garantizado, que quizás era cuestión de meses. En un año el público pagaría por vernos y cantaría nuestras canciones. El próximo verano podríamos estar de gira y los fanáticos se agolparían en la puerta del hotel. Sería excitante.

Estaba seguro. La nueva ola del Rock and Roll estaba lista para resurgir de sus cenizas, como el Ave Fénix, y esta vez sería imparable. Era fácil imaginarlo, ya había sucedido una vez... Lo que no sabía, era que el destino me guardaba planes mucho más siniestros. Mi vida tal como la conocía terminaría para siempre. El Rock and Roll iba a convertirse en una guillotina y su efecto sería tan letal que yo no volvería a ser el mismo nunca más...

Mientras soñaba con ser una estrella, no imaginaba que me estamparía de frente con un viejo fantasma del pasado que aún deambulaba por la ciudad. No tenía idea que el mayor misterio de todos los tiempos, musicalmente hablando, me elegiría para contar su historia.

Es así es como pasé de ser aquel que escuchaban de lejos, a ser una voz.



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En el texto hay: musica, musica rock, rockeros

Editado: 24.02.2019

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