Recopilación Cuentos Cortos (litnet Club)

CUENTO: ALMA POR Sr. Ortega

CUENTO: ALMA

AUTOR: SrOrtega

SEMBLANZA DEL AUTOR: Las cosas en mi cabeza no siempre están acordes con la lógica del mundo, pero trato de plasmar en mis historias algo inolvidable, soy SrOrtega y espero les agrade mi cuenta.

 

                                                                                   ALMA.

 

A lo lejos vi caer una estrella, en ese momento pensé que todos tenemos un fin, hasta el ser más brillante y alto en el cielo puede en un momento caer y estamparse contra la corteza.

No tardé mucho en llegar hasta su ubicación, habría dejado un gran cráter y una aureola en el cielo nocturno con colores que solo en sueños pude haber imaginado, el entorno estaba rodeado por una cortina de niebla color morado y un leve sonido al fondo que ronroneaba el tictac del reloj o por lo menos muy semejante, a medida que me acercaba la vista se nublaba y el terreno a cada paso más rocoso y arenoso con un peculiar color a marrón arcilla.

“¿Sería el primero en tocar una estrella?” Pensé mientras mis oídos captaron el bombardeo de los tambores imaginarios, imaginarios porque no podía verlos.

El clima calentaba a medida que me acercaba, mi piel se erizo completamente al momento en que mi cabeza empezó a palpitar contraria a mi corazón, un brillo fuerte emanó del objeto que ya se hacía frente a mí, era una gran roca con orificios profundos y de ellos salía un distintivo líquido púrpura más espeso que el agua. Los tambores pararon, era la roca que palpitaba produciendo tal sonido, mi cabeza palpitaba con ella y los bellos de mi cuerpo se alzaron hacia la roca “¿energía por fricción?” Pensé en ese momento pero mis pensamientos lógicos dejaron de funcionar cuando la gran roca espacial empezó a quebrarse en dos partes iguales provocando un fuerte sonido de ruptura.

“¡Esta hueco y vacío!”

Reclamé acercándome un poco más siendo interrumpido por una delicada Luz que emanaba de ese enorme Coco. Mis ojos brillaban con el brillo, mi cuerpo se calentaba con su calor, mi mente volaba al ver que un cuerpo humanoide se formaba frente a mis ojos tomando forma de mujer perfecta no podía detallarla. Todo su cuerpo brillaba, aunque leve, brillaba. Su silueta era Bella, pude distinguir sus cuevas y sus finas extremidades.

Ella, como decidí llamarle, se acercó a mí lentamente abriendo la boca para deleitarme con un hermoso canto de sirena. “¿Si existes?” Me pregunte y le pregunté teniéndola a pocos centímetros de mis narices, su valor era relajante, estar a su lado era estar en paz.

No sabía que pensar y mi cabeza no pensaba, era difícil describir la sensación que recorría mis nervios, ese extraño ser estaba frente a mi observándome fijamente ¡No puedo ver sus ojos! Pues su brillo cerraba los míos.

Mi tacto sintió como su mano se posó en mi hombro —era cálida— dirijo mi mirada a su mano y veo de reojo como su brillo se va poniendo opaco con el paso de los segundos “¿tengo que ver algo en su cambio?”

El cabello le empieza a crecer, al parecer no tenía cuando la vi. Fue algo increíble ver como su trasformación la volvía en la mujer más bella del espacio. Su piel era blanca, su cabello café, largo y liso, los finos detalles de su rostro me cautivaron. Su voz me seguía cautivando, era como escuchar a todas las artistas Unidas en un fascinante cuerpo, quisiera haber disfrutado más de su presencia y ese hermoso momento, pero el sonido de los helicópteros y camiones del ejército se hicieron notar, en poco tiempo estábamos rodeados de armas y científicos con trajes aislantes

—¿Norteamericanos en Colombia?— Bueno eso ya no importa, no sé qué hacer y no quiero que nada le pase a Alma ¿porque la llame así?

Alma me abrazo fuerte y yo quedé con los brazos arriba para luego poco a poco responder el acto, en poco tiempo estábamos en las nubes, fue como si de un gran salto volábamos por los aires ¿y fue así? Esta mujer espacial es todo un misterio para mí, una vez llegar hasta lo más potencial de las alturas sentí como toda nuestra energía se desplazaba hacia abajo, rápida y brutalmente hacia abajo. Mi cuerpo no pudo resistir la velocidad y la falta de oxígeno dejándose caer desmayado en los brazos de Alma.

—¿Dónde estoy? —pregunté sin recibir respuesta.

Era de día, estaba tirado en la arena de una playa desconocida, Alma estaba sentada al lado del mar bajo la sombra de un palmera viendo el paisaje donde estábamos —¿Cómo llegamos aquí?— le pregunté nuevamente y ella dirigió su mirada hacia a mí, seguido se puso en pie y camino hacia mi colocándose de rodillas en la arena donde yo estaba sentado, ella movió sus labios pero yo solo podía escuchar un hermoso canto. Ella se dio cuenta de mi desconcierto y dobló la mirada hacia la derecha, yo me acerque un poco y extendí mi mano para alcanzar su hombro provocando que ella me volviera a mirar fijamente con mucha intensidad, un miedo leve se apoderó de mi brazo haciendo que parase en medio del camino hacia su cuerpo, trate de bajar mi mirada, pero su mano tomo mi barbilla para luego besarme firmemente. Sus labios eran tan dulces, cálidos y húmedos que disfrute cada uno de los tres segundos que duró.




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