════ A S G A R D ════
El sol comenzaba a despertar para el planeta de oro, sus cálidos rayos acariciaban gentilmente cada rincón en la ciudad. Asgard irradiaba luz como una genuina eterna estrella perdida en el infinito.
El astro más hermoso del cosmos, pues además de ser forjado con uno de los minerales más preciosos del universo, su centro exhibía con orgullo la más ostentosa joya imperial, aquella que se le nombraba como el hogar de la realeza.
El magnánimo palacio contaba con gigantescos pilares, diversas cámaras de inconmensurable tamaño, hermosas esculturas aceradas y amplios pasillos absortos en un silencio casi magistral.
Un ambiente completamente digno de la corona, uno que se vio alterado cuando comenzó a resonar contra la losa recién pulida, el ligero rumor de unos pequeños pasitos apresurados.
Con una muy ilusionada sonrisa, _____ recorría a toda prisa el corredor, la impaciencia le apremiaba para llegar a su destino, así que cuando estuvo frente a la gigantesca puerta de hermosas molduras doradas, no dudó en girar del elegante picaporte, para adentrarse en lo que era una habitación llena de lujos y comodidades.
Sin siquiera pensarlo, con toda su energía, corrió hasta la inmensa cama que se encontraba en el centro de esta y aplicando toda su fuerza saltó a ella.
— ¡Thor! ¡Thor! ¡Thor! — Repetía la pequeña niña, mientras eufóricamente saltaba sobre la cama de su hermano al par que tiraba de las sábanas que cubrían por completo al príncipe.
Ese acto fue estridente, desconcertante para el mayor, que sin control alguno se sobresaltó estrepitosamente sobre su lugar.
— ¡¿Qué?! ¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! ¿Estas bien ____? ¿Nos atacan? — La mirada completamente abierta del primogénito, viajaba rápida de un lado a otro, buscando algún indicio de peligro.
— No bobo — Contestó risueña. Su hermano siempre tenía que pensar en guerra. — Ya sabes.
Una vez, ya mas tranquilo, el niño de ojos añil se quedó estático mirando con detenimiento a un punto perdido en la habitación, sus ojos luchaban para no cerrarse mientras su mente hacia un esfuerzo descomunal.
— Ah... ya... — Bostezo — Feliz cumpleaños — Rápidamente metió su cabeza bajo la almohada.
— Eso tampoco bobo Thor. — Robo su almohada.
— Pero hoy es tu cumpleaños ¿Que puede emocionarte más como para hacerte venir a interrumpir mi amado sueño?
— ¡Es hoy! ¡Es hoy! ¡Es hoy! ¡Ya es hora! levántate — Comenzó nuevamente a dar pequeños brinquitos sobre la cama.
— Pero... — Bostezo una vez más estirando sus bracitos — Aún es muy temprano pequeña — Con un ligero tirón en las sabanas logró cubrir completamente su rostro bajo ellas, para refugiándose de la brillante luz que se colaba a la habitación y con suerte también, tal vez, para protegerse así de su hermanita — Vuelve a dormir.
— Pe-pero Thooor... — ___ hizo un puchero con su voz y tornó su mirada a la de un pequeño cachorro suplicante — Ya es hoy, por fin hoy ya es hoy.
Thor saco la sabana de su cabeza para mirar la tierna expresión de ojos tristes que tenía su tiernamente extorsionadora hermanita menor ¿Como podría oponerse a tan inocente mirada suplicante? ¿Cómo? Además él conocía de la importancia que tenía este único dia para ella.
Rendido exhaló una gran bocanada de aire.
— Odio cuando haces esos ojos — Se quejó — De acuerdo, está bien, tú ganas... solo quita esa cara y sal para que pueda alistarme, ¿Si pequeña?
_____ asintió con una gran sonrisa tirando de sus comisuras y salió de la habitación, después con chispeante alegria recorrió el pasillo hasta el otro extremo, donde se encontraba otra puerta igual de inmensa que la anterior, pero esta era adornada con las más delicadas y bellas molduras de plata jamás antes vistas.
Dos ligeros golpecitos contra la puerta le parecieron suficientes para avisar su entrada. Una vez que abrió la puerta, entre la oscuridad se dirigió con sigilo hasta el centro de la habitación, detallo con la mirada la posición de las finas sábanas que recubrían la cama.
— Loki — Musitó delicadamente — Loki... — Removió un poco las mantas en donde parecía estar su hermano cubierto completamente por ellas — Loki despierta.
— ¿A quien le hablas ____? — La voz susurrante a sus espaldas la tomó por sorpresa; giró hacia el lugar de donde provenía aquella voz y divisó a su hermano Loki; una vez más, giró de nuevo a la cama y tiró de las mantas, para encontrarse con un montón de almohadones revueltos — Que inocente y divertida eres.
Loki rió divertido, jugarle bromas a su hermana siempre le causaban cierto placer, aún por más mínimas que fueran y como cada año, no se resistió a jugarle una en su cumpleaños, aunque está fue mucho más pequeña e inofensiva que la del año anterior.
— Bobo Loki — Le enseñó su lengüita mientras cerraba sonriente sus ojitos — No me asusté. Ya soy grande.
Sus bracitos se alzaron completamente, como si demostrará lo mucho que había crecido.
— Lo que digas _____. — Sonrió con elegante habilidad sarcástica.
— Que bueno, ya estás vestido y peinado. Ya listo.
— ¿Listo? ¿Para que? — Cuestiono despreocupado. — Ah sí, lo olvidaba.
Sin siquiera esperar a las siguientes palabras de la menor, Loki camino hasta otro punto en la habitación, abrió un cajón de la pequeña cómoda, que ahora se posicionaba frente a él, y dirigió toda su atención a rebuscar entre los objetos que este contenía.