–Manda a buscar a la costurera, y las mejores telas que tenga. –dice mi padre a la ama de llaves emocionado por el baile real.
–Padre, no se emocione, recuerde que tiene que descansar. –dice mi hermano recordándole que hace poco tuvo un colapso por haber quedado sin dormir por dos días investigando un caso.
Mi padre hace dos años era abogado de la familia de mi mejor amiga, lady Sophie, hija del Archiduque de Lerman.
Para mí solo Sophie claro.
Ella tenía un rango mayor al mío, yo era hija de un Vizconde, pero ella hija de un Archiduque, por encima incluso que los príncipes, excepto el heredero.
Ahora mismo mi padre es juez, fue ascendido por su gran trabajo durante años, y tiene muchas más responsabilidades que antes, aunque también se vuelve cada día más rico.
–Quiero un vestido de terciopelo muy hermoso para Astra. –dice mi madre.
–Yo lo quería de ceda. –digo desepcionada.
–Lo que diga mi hermana de le dará. –mi hermano siempre me complacía, pero ahora mismo, era más importante estar hermosa.
Rato después llegó la costurera con telas de todo tipo. Desde telas de hilo, hasta terciopelo.
Me tomo las medidas de mi cuerpo con y sin corsé y luego me dió a elegir los colores y el tipo de tela.
Le dije que me sorprendiera, ya que de todos modos yo nunca fui de saber elegir los vestidos.
Ya eran cerca de las diez de la mañana, y mi mamá quiso ir a dar un paseo. Y como toda dama, se impresionó con todas las bellas joyas que eran traídas de París.
Obviamente nos gastamos una fortuna comprando algunas de ellas.
Mi madre me eligió una tiara de flores hechas con diamantes y unos zapatos de tacón dorado con flores azules.
Tenía una fascinación extraña con las joyas florales, aunque no dejaban de ser bellas.
Yo solo escogí unos aretes de oro para ponerme con el vestido que había elegido.
Al medio día regresamos a casa y los hombres nos esperaban con la cena ya en la mesa.
Madre siempre pensaba en todo. Y había dejado órdenes de tener el almuerzo listo para cuando llegase.
Hablamos sobre las compras que hicimos, y mi hermano me comenta que el también había hecho compras y que me encantaría.
Luego de cenar, fui a mi habitación y me esperaba algo con forma de escaparate tapado con una manta.
Mi hermano me asusta entrando sin tocar la puerta.
–No te escuché entrar.
–No hice ruido. Veo que no has abierto tu regalo. –me sonríe.
Al sacar la manta era un estante como había predicho, lleno de libros nuevos de todo tipo, desde ciencias hasta literatura.
Le di un gran abrazo a mi hermano en agradecimiento. El siempre supo que me gustaba leer y aprender todo lo que pudiera.
La mujer no era permitida en instituciones ni academias, por eso eran educadas por institutrices, que solo enseñaban lo básico.
Mi hermano siempre me enseñaba lo que aprendía, me prestaba sus libros y me explicaba lo que no entendía de ellos.
Puedo decir que tengo el mismo conocimiento científico de mi hermano, pero al contrario de mi, a él no le gustaba la literatura. Y el si podía desarrollar su talento, mientras yo tenía que abstenerme a ser ama de casa, como mi madre.
–Que bueno que te gustó hermana mía, no sabía que libros escoger y te escogí uno de cada temática, la semana que viene te mandaré los que faltan.
–Gracias hermano. –le doy muchos besos y mimos. El me hace muchas cosquillas y estuvimos así un rato.
Siento que tocan la puerta.
–Adelante
–Lady Astra, tiene una carta.
–Muchas gracias. –digo tomando el sobre. Al ver el remitente era mi amiga Sophie. Dentro había un pequeño cartonsito blanco con una nota
᪥᪥᪥
Querida Astra:
Eres bienvenida a visitarme a la hora del té. Mi madre está emocionada por el baile real, y queremos enseñarte nuestros bellos vestidos, los cuales usaremos en el baile. Te esperamos con ansias y porfavor, también invita a tus padres y hermano.
Con cariño. Sophie.
᪥᪥᪥
–Hay que correcta–digo en voz alta dejando saber a mi hermano de quién se trataba.
–¿Qué dice lady Sophie?
–Nos invita a su casa a la hora del té. A toda la familia.
–Lo diré a nuestros padres.
Mi hermano sale de la habitación y reviso los libros.
Empiezo a recordar que Sophie me había dicho que estaba enamorada de mi hermano, que no había aceptado a ningún otro caballero porque al que quería de corazón era a Chris.
No he querido decirle a mi hermano debido a que es asunto de ellos, pero ya es la tercera temporada por la que pasa mi amiga sin aceptar a ningún pretendiente.
Ella es dos años mayor que yo.
–Nuestros padres no irán. –dice entrando a mi habitación luego de tocar.
–¿Por qué?
–Padre tiene que terminar su trabajo y madre ya había Sido invitada a la casa de lady Dorothea.
–Esta bien. ¿Irás conmigo?
–Claro. Adoro molestar a Sophi.
Salimos unos cuantos minutos antes de la hora y llegamos justo a tiempo.
Mi amiga nos esperaba con un vestido muy hermoso, impresionando hasta a mí hermano, el cual no tarda en besar la mano luego que Sophia se la cediera.
–Es un placer estar aquí Lady Sophie.
–Hay no seas tan formal Christopher, todos sabemos que eso no lo hay entre nosotros hace mucho. –Ella suelta la mano de mi hermano y nos invita a entrar.
En la puerta de su casa habían dos guardias, lo cual era inusual y me hago muchas interrogantes.
–¿Por qué tienes guardias en casa? –Le pregunto a Sophie.
–No lo se, papá decidió tener seguridad para cuando no esté, ya sabes que como el tiene que ver con la política ... –El mayordomo la interrumpe.
–Mi Lady, su madre los espera en el jardín.