Relatos de un corazón roto

||CAPITULO NUEVE||

CAPITULO NUEVE

KASSIA

Al llegar a casa, fui normal a saludar a mamá y pasé de largo a darme una ducha para mantenerme despierta. La clase de Historia y las demás materias tenían mi mente inquieta, habían muchos pendientes que terminar, por lo que hice un rápido analisis sobre ellos y fue ahí que mis ideas se aclararon.

Mañana sería la cita.

Y no sabía que ponerme.

Los nervios empezaban a hacer estragos en mi interior, nunca había ido a una, tampoco tenía mucha idea más allá que lo que mostraban las películas por lo que tenía algo de curiosidad sobre como sería todo.

¿iríamos al cine? ¿Al acuario? ¿Al parque de Diversiones? ¿Al parque?

Intentar adivinar el lugar a dónde me llevaría Jake me causaba intriga y me preocupaba no estar vestida adecuadamente. Ahora pensaba que fue una tontería, sin embargo en ese momento era casi de vida o muerte.

Tanto así que cuando me di cuenta, tenía el armario desparramado entre mi cama y el escritorio buscando que ponerme, no decidía cual. ¿Debía ir casual, sencilla o más formal? Había unos cuantos conjuntos que tenía en posibles, pero no acababa de decidirme por uno.

Que difícil era decidir.

Justo ahí, el timbre de la casa sonó y poco después, oí a mamá gritar:

—¡Ve a abrir!

Detuve mi inspección para ir a ver quién llamaba.

Al hacerlo, me encontré con dos personas que conocía muy bien.

Khloe y Jannie estaban en mi puerta.

Sonreí y me abrazaron.

—Hola, ¿Qué hacen aquí? —pregunté al separarme.

Khloe sonrío y Jannie me tomó por los hombros.

—Tuve la sensación de que ibas a estar en una minicrisis por no saber que ponerte mañana, así que traje refuerzos. —fue lo primero que dijo Jannie.

—Esa soy yo. —comentó Khloe. —Estaba entrenando con las chicas, cuando Jannie apareció y me pidió ayuda.

—Y no sabes cuanto agradezco que estén aquí. —confesé.

—Hola chicas. —saludó mamá secándose las manos con su delantal, estaba detrás de mí—No esperaba visitas hoy, ¿cómo estás, Jannie? Y… oh, a ti no te conocía, ¿cómo te llamas?

—Soy Khloe, es un placer conocerla señora.

—Es un placer para mí también, linda. —respondió mamá.

Me aclaré la garganta, antes que empezará a llenar a mis amigas de preguntas.

No tuve suerte.

—¿Sólo vienen ustedes dos? —interrogó mirando detrás de ellas. La entrada de la casa estaba vacía. —Creí que vendrían con esta otra chica… ¿cómo era que se llamaba? Jack.. Jakei..

—Jackie. —me apresuré a decir y cerré la puerta principal para que dejará de mirar afuera —No pudo venir hoy, lamentablemente.

—Si, señora, pobrecita Jackie, ha estado ocupadísima con sus estudios. —me siguió la corriente Jannie.

Le di las gracias en silencio.

—Así es, no ha tenido un respiro. —soltó Khloe.

—Oh vaya, espero que al menos se esté alimentando bien, me alegra que seas amiga de chicas tan estudiosas. —comentó mamá.

Khloe sonrío incómoda y alzó una ceja como preguntándome que pasaba.

—Sí, es así. —dije sin saber más que decir.

Mamá miró el reloj detrás de mí.

—Bueno, ya que están aquí, no sé si quisieran algo. —preguntó mamá mirándolas, dándoles su mejor sonrisa.

De ninguna manera, iba a aprovechar para sacarles la mayor información posible.

Y antes que siguiera el cuestionario, tomé a ambas por la mano y las jalé conmigo hacia el pasillo.

—¡Será después, tenemos cosas que hacer, mamá! —me excusé.

Al llegar al final del pasillo, nos encontramos con mi cuarto, abrí la puerta y la cerré detrás de mí.

Solté el aire que había acumulado.

—Jackie… ¿quién? —preguntó Khloe confundida después de unos segundos.

Suspiré.

—Es Jake, le mentí a mamá que iba a salir con una amiga. —confesé.

Khloe se aguantó la risa y Jannie me miró preocupada.

—Oh… iba en serio eso de ayer, no es bueno.

Caminé hasta sentarme en mi cama, me sentía un poco estresada por tener que mentirles a mis padres. No me gustaba, me dejaba una mala sensación hacerlo, pero debía hacerlo. Ellos sólo pensaban en mi futuro, no en mi presente, poco les importaba si tenía amigas o no.

Lo único que pensaban era en que entrará en una buena universidad y logrará conseguir un buen trabajo.

Un novio… sabía lo que me dirían, lo había oído millones de veces.

“Es una distracción” era lo que solían decir.

Y aunque, Jake no era mi novio aún, no quería que lo alejarán de mí porque pensarán en mi “Bienestar”

Quería ser una adolescente normal, al menos por una vez, antes de graduarme de preparatoria e ir a la universidad.

Abracé una almohada pensando en todo lo que estaba haciendo.

—¿Por qué le dijiste así a Jake? —cuestionó Jannie seria.

—No se me ocurrió nada más. —expliqué, soplé un mechón de pelo que me cubría la vista. —No puedo decirle que voy a salir con un chico, se enojará conmigo, es preferible que lo haga a sus espaldas y en su momento, le digo.

—¿Y Jake lo sabe? —preguntó Khloe.

Meneé la cabeza.

—No lo he dicho nada… quiero ver que tal va la cita y como se desarrollan las cosas. —miré hacia la pequeña ventana que tenía frente a la cama, solo podía ver el cielo azul desde ahí y el árbol del jardín que cubría la vista. —No quiero apresurar las cosas, quizás se da mal o algo. No voy a hacerme ilusiones.

—Irán bien. —animó Khloe y me quitó la almohada—Y seremos cuñadas.

—Todo depende. —corrigió Jannie, miró mi pequeño desastre. —Si conseguimos conseguir algo entre este montón de ropa.

—Debe de haberlo, ¿no?

Khloe camino y tomó una camiseta blanca con rayas rojas.

—Esta es bonita. —comentó.

Esa solía usarla a menudo, dudaba usarla para una cita.

Se la quite de las manos y la puse sobre la cama.

—Esa es de un pijama.

—Oh…—murmuró.

Jannie empezó a revisar entre mis ropas también.

—¿No te dio ni una pista a dónde van? —preguntó Jannie.




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