Respira (crónicas de la mafia)

Capítulo 1

Capítulo 1

 

Helena

El cielo estaba completamente despejado, de un color azul intenso y con una perfecta brisa para calmar mis nervios. El césped del campus sin embargo demasiado húmedo para caminar por él con las sandalias, enseguida me arrepentí de llevarlas puestas.

–– Lo harás muy bien Helena, los nervios déjalos fuera ––dijo mi mejor amiga Ivy.

­–– Voy a operar por primera vez ¿Cómo quieres que esté? Apenas hice prácticas como para ayudar en una operación ––mis nervios estaban hasta los topes.

–– Estoy segura que pasará lo de siempre, os dice que estéis preparados, que ayudareis en una operación y al final, sólo miráis ––puso los ojos en blanco y chocó suavemente su hombro con el mío––. Pensé que las cuatro tilas que tomaste anoche y las dos de esta mañana harían efecto.

Levanté una ceja y sonreí de lado negando con la cabeza.

Entramos en el primer edificio de nuestra facultad y el aire caliente nos molestó al momento.

–– No entiendo como tienen puesta la calefacción si aún estamos a principios de octubre, menos mal que decidí ponerme este vestido –– le dije mirandome en el cristal de una puerta.

Ivy se miró también mientras se pintaba los labios. Levanté una ceja mirándola con los ojos entrecerrados.

–– Oye, ¿Cómo es que hoy no te has maquillado? Es raro verte sin tu raya negra en el ojo. ¿Tiene algo que ver Jack?

Me miró de reojo y negó con la cabeza, como hacía siempre que le preguntaba por él.

–– Me ofendes Helena –– dijo con una amplia sonrisa. ­­­­­­–– No cambiaré por un chico en la vida, enserio, sólo sirven para el sexo.

Puse los ojos en blanco, no había manera con ella. El día que la encontrara dos veces con el mismo chico, comenzaría a pensar que quizás y solo quizás le guste.

–– Bueno, te dejo con tu odio al género masculino porque no quiero llegar tarde a clase y antes tengo que ir a ver a Mike.

Nos dimos un beso sonoro en la mejilla y quedamos para la hora de comer. No compartiamos la misma carrera así que solo teneímos oportunidad de vernos en el comedor de la facultad.

Caminé rápido hasta el ala oeste del primer edificio donde estaban los estudiantes de Derecho. Enseguida le ví sentado en un banco con sus amigos, repasando para la clase que se le avecinaba.

Levantó la vista, sonriéndome con cariño.

–– Creí que no vendrías “Bella” ­­–– llevaba dos años llamándome así simplemente porque era italiana y le gustaba como sonaba.

–– No iba a dejarte entrar ahí sin desearte suerte ––dije sonriéndole con picardía.

–– Helena, hoy tus piernas se ven más largas que de costumbre –– el mejor amigo de Mike siempre tenía algo que objetar.

–– Cuidadito Jhon, recuerda que esas piernas son mías.

Sus amigos entraron en clase aguantando la risa, mientras Mike me besaba lentamente, acariciando mi mejilla como siempre hacía.

–– Suerte –– susurré.

–– Creo que la suerte la tuve hace dos años cuándo te conocí. Además, hoy tienes un gran día.

Se separó de mí guiñándome un ojo mientras entraba en la clase cerrando la puerta.

Mike siempre tenía palabras bonitas para mí y en días así las agradecía.

Miré el reloj de mi muñeca y me alarmé al ver que tan solo quedaban diez minutos para que empezase la clase, ¡mierda!

Corrí a gran velocidad hacia la otra punta del edificio esquivando a los demás alumnos que caminaban con paso lento y perezoso hasta sus aulas. Por algún motivo divino, llegué justo cuando el profesor Stuart doblaba la esquina mientras estaba inmerso en una de sus lecturas. Tan pronto entré en clase, subí las escaleras para sentarme en la cuarta fila al lado de mi compañero Ben. Él y Portia ya están sentados ojeando sus teléfonos.

–– Creíamos que llegarías tarde amiga –– me dijo Portia alarmada.

–– Yo también lo creía ––respondí tomando grandes bocanadas de aire.

–– ¡Buenos días clase! –– saludó el profesor Stuart con energía. Cerró la puerta para que los alumnos que llegasen tarde, entendieran que ya no eran recibidos en su clase. Dejó sus carpetas y el ordenador encima de su mesa y nos miró con una amplia sonrisa. –– Antes de nada, tenemos un nuevo alumno con nosotros y me gustaría presentarle.

Esto sí que era una gran novedad, nunca habíamos tenido a alguien nuevo y menos en pleno último curso. Nos miramos los unos a los otros buscando a una persona que nunca hubiéramos visto, pero sólo veía a mis compañeros de siempre.

El sonido de la puerta abriéndose fue lo que nos hizo a todos mover la cabeza hasta ese punto.



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En el texto hay: amor puro, drama y tragedia, romance

Editado: 17.05.2018

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