Desde las riberas del Tigris y el Éufrates, bajo el sol de Mesopotamia,
hasta las metrópolis que hoy se alzan, tocando el cielo con dedos de acero,
la humanidad ha tejido su destino con hilos de ingenio y sabiduría,
cada invento, cada descubrimiento, es un paso en nuestro sendero.
No vivimos anclados en las sombras del ayer,
sino que miramos hacia adelante, con ojos llenos de estrellas.
La tecnología es nuestra aliada, la herramienta de nuestra evolución,
un reflejo del esplendor humano, en su búsqueda por trascender barreras.
Cada era trae su genio, cada siglo su revolución,
desde la rueda hasta la red que ahora nos conecta sin fronteras.
Somos los artífices de un presente que una vez fue un sueño,
y los arquitectos de un futuro que aún se esconde tras la espera.
La tecnología no es más que la extensión de nuestra esencia,
la manifestación tangible de nuestra curiosidad y deseo.
Con cada avance, con cada salto hacia lo desconocido,
demostramos que somos más que nuestra historia, más que nuestro eco.
Así, avanzamos, con la certeza de que cada paso cuenta,
desde la más simple herramienta hasta la nave que surcará el cosmos.
El ingenio humano, esa chispa divina, nos lleva hacia un mañana mejor,
donde cada descubrimiento es un verso en el poema del progreso.
Jhon Alex Riascos Borja
·2024·