ANGELINA
Escucho los penetrantes sonidos de una máquina en mis oídos, es un sonido de pitidos constantes y agudos, ¿Había escuchado esos pitidos en otro lugar?, creo que sí, me acordaba de ello perfectamente. Según el sonido que aún no cesaba podía deducir que estaba en el hospital cuando no sabía y nisiquiera recordaba que hacía yo aquí. Me dolía muchísimo la cabeza y mis músculos estaban adoloridos y pesados.
¿Porqué estaré en el hospital?
Quería abrir los ojos y preguntar porqué estaba yo aquí a alguien pero no podía, lo intentaba una y otra vez pero era como si mi cuerpo aún estubiera dormido o me encontrará en un estado de inconsciencia, intento asegurarme de no estar muerta, puedo respirar, puedo pensar, incluso puede decir la palabra mierda mentalmente, no, no estoy muerta. Tal vez y esté en coma. Aún no entiendo porqué estoy acá ¿Cómo ha sucedido todo esto? y... ¿Dónde están mis padres?
Escucho de repente el sonido de una puerta al abrirse y pasos por la habitación, no sé quiénes sean y no me gusta que estén cerca de mí cuando nisiquiera puedo defenderme.
—¿Cómo se encuentra la paciente enfermera Watson?— escucho una voz femenina y seria preguntar, por el tono sospecho que es la doctora que me había estado atendiendo todo este tiempo.
—Hasta ahora se encuentra estable doctora Martha, todavía no ha salido del coma como puede observar— dice otra voz de mujer más madura que creo y debe ser la enfermera Watson. Confirmo que estoy en coma, lo que no entiendo es la razón por la cual puedo estar conciente mentalmente y el hecho de estar pensando como si nada. Aunque ahora que lo recuerdo, he leído que aveces las personas en coma pueden estar conscientes mentalmente.
—Revise todo los pormenores y aplícale otra dosis de somnífero, con suerte en la mañana podría despertarse totalmente, si lo hace me llama para realizarle una revisión total.
Escucho como la puerta vuelve a cerrarse y siento pasos justo a mi lado, luego de un momento a otro me empecé a sentir tan cansada que solo quería volver a dormir. Lo último que pude escuchar antes de caer totalmente en la inconsciencia fue a la doctora decir algo sobre alguien que me había traído y pasado la noche afuera de la habitación ¿Quién carajos sería? talvez y es mi padre, en todo caso podré averiguarlo cuando me despierte totalmente, ahora mi cuerpo solo quería descansar.
[...]
Un cosquilleo en mi brazo me hizo reaccionar. Aún sin abrir los ojos mi rostro toma una expresión confusa. Tenía un dolor de cabeza horrible pero aparte de eso todo estaba bien. Moví lentamente mis manos y noté mis músculos adoloridos, como si hace mucho tiempo no los usara. Por fin abro los ojos lentamente intentando adaptarme a la tenue luz que iluminaba la habitación en la que me encontraba mientras recuerdos tenues de mi momento de inconsciencia llegaba por intervalos a mi mente. Lentamente retiré el pequeño pero incómodo respirador de mi rostro y miré a mi alrededor lentamente intentando ubicarme, un techo blanco sobre mi cabeza; un asiento color beige a mi izquierda y un chico muy lindo durmiendo a mi derecha junto a la mano que tenía llena de cables y cosas raras, eso era todo lo que podía ver.
Un momento... ¿Un chico lindo durmiendo junto a mí?
Me levanté un poco tratando de no despertar a aquel chico y evitando no pensar en el punzante dolor en las costillas que tenía hace un momento. Su cabello era de un sedoso color cobrizo y dormía tan tranquilamente que me era imposible intentar hacer lo contrario a dejarlo dormir. Lo miré por un momento y según lo hacía un raro sentimiento se posó en mi barriga junto con un inexplicable deseo de tocar ligeramente su piel, era bastante rara la curiosidad que sentía por un chico que acababa de ver.
Levanté mi mano con dificultad y la pasé lentamente por el cabello del desconocido frente a mí, sonriendo casi al momento de manera inconsciente. Confirmado, su cabello era tan suave que por un momento me sentí tentada a llamarlo y preguntarle que tipo de shampoo usaba. Aún con el presentimiento de que todo esto estaba muy mal, rocé la punta de mis dedos por su mejilla y casi al momento los movimientos torpes del chico me alertaron de que estaba despertando. El sentimiento de vergüenza se hizo presente al recordar las tonterías que había hecho mientras este chico dormía tan inocentemente. Abrió sus ojos y me dí cuenta enseguida que eran azules. Cuando por fin me miró el nerviosismo me inundó, sus ojos chocaron con los míos y noté como él se sorprendió de algo que yo todavía no entendía del todo, podía ver que estaba feliz, cosa que confirmé cuando después de observarme por unos segundos tomó mi mano y me dedicó una sonrisa que identifiqué como la más tierna que recordara, no pude evitar devolverle la sonrisa aunque al momento un sentimiento de inseguridad me invadió, a pesar del momento emotivo su mano sobre la mía me ponía bastante incómoda por alguna razón, había algo que yo me estaba perdiendo y el caso era que aún no sabía qué. Noté que él no tenía intenciones de decir nada así que decidí hablar yo de primera, quería quitarme la duda.
—¿Quién eres tú?— pregunté mirándolo directamente a los ojos mientras alejaba mi mano de él tratando de no incomodarlo, al parecer eso no funcionó porque su expresión se volvió dolida, como si mi acción realmente le hubiera hecho daño.
Durante unos minutos no me dijo nada, continúo mirándome con la misma expresión de antes, me vi obligada a repetir la pregunta luego de carraspear un poco, tenía la garganta terriblemente seca— ¿Podrías decirme quién eres, por favor?— intenté sonar un poco más amable ahora, tal vez y no le había gustado el modo en el que pregunté, sus ojos me miraron un rato más hasta el momento que bajó la mirada y suspiro con evidente pesar.
—Yo... pues yo soy... soy Bruno— comentó lentamente con una voz suave, sopesando cada palabra. Fruncí el ceño intentando recordar si conocía a algún Bruno y no, a pesar de que el nombre me sonara ligeramente conocido, no me parecía que yo conociera a algún Bruno. Me sentí avergonzada al pensar que tengo muy mala memoria para recordar a alguien, más aún alguien que se había preocupado por venir a visitarme.