Rompiendo las reglas de Black

Capítulo 9

—Bienvenida a este nuevo instituto…

—Diablos, es gigante esta cosa —se queja Belinda al abrir las puertas para entrar.

—Tendrás que acostumbrarte —le regalo una sonrisa, intentando calmarla un poco.

Caminamos por los pasillos abarrotados del instituto, un hormiguero de estudiantes y voces por todas partes. Llevo a Belinda a la dirección para que le entreguen su horario de clases y las llaves de su casillero.

—Hola, Sara —saludo dándole un abrazo. Sara es un encanto; tiene 23 años y trabaja como secretaria para pagar su universidad, y aun así siempre está de buen humor.

—Hola, hermosa —responde con su sonrisa eterna.

—Te presento a una amiga —Belinda se adelanta, se presenta y Sara hace lo mismo.

—Cuando llegaste pensé que te habías peleado con Zack —dice Sara con una tranquilidad que me derrite el cerebro.

—Trato de no buscar problemas —murmuro, más para mí que para ella.

—¿Y qué hacen aquí? —pregunta con curiosidad.

—Venimos porque ella es nueva y necesita sus cosas. —Belinda se queda callada, quizá abrumada por tanto alboroto.

—Ah, sí, eres la chica nueva. Pasa, el director te espera.

Después de que Belinda complete todo el papeleo, nos dirigimos a nuestra primera clase juntas. Lo malo es que es historia. La odio con cada fibra de mi alma académica.

Entramos y tomamos asiento. Al poco rato, Sharlot aparece como si hubiese corrido un maratón.

—Esmeralda, hay problemas —dice entre jadeos, luchando por recuperar el oxígeno.

—¿Qué sucede? —pregunto, alarmada.

—Es Jack. Está discutiendo con Zack.

Esto ya huele mal. Peor que tarea sorpresa.

—¿Y por qué? —murmuro, levantándome de golpe.

—No lo sé, pero creí que debías saberlo.

Salgo del salón como alma que lleva el diablo, sin saber exactamente a dónde ir. Recorro los pasillos: vacíos. Me asomo al patio trasero: nada. Cuando llego al patio delantero, ahí está: una multitud. Una masa compacta de estudiantes bloquea todo.

Corro, empujo y esquivo gente hasta llegar al centro. Y ahí están: Zack —alias mariposa chismosa—, los hermanos León, Jack y Michael. Me meto en medio sin pensarlo dos veces.

—Jack, ¿qué pasa? —pregunto con voz suave. Él apenas me mira.

—Vete —es lo único que dice. Su mirada está fija en Zack, como en una batalla silenciosa.

—No me voy —¿quién se cree para hablarme así? Además, soy demasiado terca para obedecer.

—Ya hablé —me amenaza con la mirada, la mandíbula tensa.

—No eres quién para mandarme. Mi papá no está aquí, así que no te pongas mandón —me cruzo de brazos, firme.

—Miren, pero si es la bestia —brama la mariposa chismosa, recordándome que sigue existiendo. Me volteo hacia él.

—Oh, miren, una mariposa chismosa —finjo sorpresa como si hubiese encontrado una cucaracha parlante.

—Oye, bestia, este lío es de hombres, no te metas. No me interesa si quieres proteger a tu noviecito. Hoy no tengo ni ganas de mirarte, así que no fastidies y largo de aquí —cada palabra entra como un fósforo encendido directo a mi paciencia. —Espero que te marches.

—No me largo. Jack no es mi novio y, si lo fuera, no sería asunto tuyo.

—Sácala de aquí, nerd —ordena Zack con desprecio. Siento unos brazos tocar mi espalda y miro de reojo: Sharlot y Belinda están detrás de mí.

—Que no se te ocurra tocarme, porque te vas a arrepentir —le advierto, fría como el hielo.

—Sal de aquí. Este no es tu problema —dice Jack, mirándome esta vez.

—Está bien, no me meto, pero me quedo a observar. No eres quién para sacarme de aquí —le digo, me aparto y camino hasta colocarme entre la multitud, como si fuera una espectadora más.

—¿Es en serio? ¿Quieres irte? —Jack me mira claramente molesto, igual que todos aquí.

—Que no me voy —recalco. Pero antes de que pueda reaccionar, Jack me carga como si fuera un saco de papas.

—¡Bájame ahora mismo, Jack Isaac Torres Montero! —grito como loca. Él, en vez de asustarse, suelta una carcajada.

—No me llamo Isaac, y mi segundo apellido no es Montero —dice burlón.

—¡Bájame o te vas a arrepentir! —lo advierto, ya perdiendo la paciencia.

—Quiero ver qué haces —responde con esa arrogancia tan suya.

Nunca debía haber dicho eso.

Le doy una patada directa en la entrepierna. Al instante me suelta, doblándose de dolor. Aprovecho el momento y le doy un puñetazo en el estómago. Se desploma en el suelo, arrastrándose como si hubiera visto la luz al final del túnel.

—Esme… pero… ¿qué hiciste? —pregunta Belinda, confundida. Y con razón: lo defiendo y luego lo golpeo, ni yo misma sé qué hago.

—Él me quiso probar —respondo, hasta que caigo en cuenta de que todos nos están viendo. Genial, ahora soy la atracción principal.

—Mejor dejemos de dar un show —dice Sharlot, entrando a la conversación como si fuera la voz de la razón.

—Diablos… golpeas como hombre —se queja Jack desde el suelo.

—Discúlpame, no quise pegarte tan fuerte —digo, ayudándolo a levantarse.

—Está bien, yo también tuve que ver —me sonríe, y esa sonrisa casi me hace olvidar que lo medio maté.

—Vaya, vaya, pero si eres una muñequita llorona —interviene Zack con su tono burlón—. Si no puedes con los golpes de la bestia salvaje, ¿qué te hace creer que podrás con los míos?

—La única muñeca aquí eres tú, Black —responde Jack con tono amenazante.

No sé qué pasa después. Todo ocurre tan rápido que lo único que registro es a Zack saltando sobre Jack, golpeándolo en la cara con una rabia desbordada. Los hermanos León se unen, atacando a Jack sin piedad. Michael se lanza sobre uno de ellos para defenderlo.

Solo queda uno de los hermanos golpeando a Jack, y no sé de dónde saco el palo, pero cuando parpadeo ya lo tengo en la mano. Sin pensarlo dos veces, le pego con todas mis fuerzas. Cae al suelo de inmediato.

Miro a mi alrededor: la pelea sigue. Jack tiene el rostro irreconocible, lleno de sangre. Zack solo tiene un ojo hinchado y el labio partido, y aun así continúa golpeándolo como si fuera un saco de boxeo. Sé que debo intervenir. Con el mismo palo, me acerco y le doy un golpe fuerte.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.