Prólogo

Marilyn Loughty:
Siempre creí que nací para estar sola,aun teniendo a mi hermano,con quien siempre me divertía,me sentía sola hasta que llego él,un amigo fiel,al principio lo mirábamos como una mascota pero con el pasar del tiempo se convirtió en familia.

Sus hermosos ojos plomo claro,me transmitía una paz inaudible,cada vez que me encontraba llorando a la luz de la luna,el me acompaña,siempre me escucha y no me critica.
Rosty,ese es el nombre de mi amigo,es un perro siberiano de color blanco,siempre que volvía a la casa de campo de mi abuela,el nos esperaba.
Siempre me dolía dejarlo pero el sabía muy bien que yo tenía que estudiar,pero al llegar en las vacaciones siempre me recibe saltoteando y realizando sollozos,dice mi abuelita que así lloran ellos,por eso desde que llegaba a la hacienda de mi abuelita,pasaba de arriba y abajo con Rosty,eramos como uña y mugre,pata y garras,chicle y pelo.
Y así es como un suceso extraño le sucedió a Rosty,y no sabíamos lo que eso nos guiaría a nuestra aventura.