Fernando
Monitoreo que mis hombres pongan la mercancía en su lugar lista para mañana llevarla a su destino, estamos en uno de mis muchas bodegas, tuve que bolar hasta Tijuana para poder dejar todo en orden y que mañana llegue todo en orden a Colombia, la avioneta ya está lista, estaba pensando seriamente en llevarla yo mismo, pero eso sería tomar más riesgos de los necesarios.
Últimamente se han presentado anomalías en el trabajo y eso ha dejado de agradarme.
—Déjame esto a mí, ve con alma que espera a que vayan a ver el vestido de novia.
Miro al jefe, giro los ojos y me doy la vuelta tomando la radio.
—Para ya necesito un helicóptero listo.
Me encamino a una de las camionetas, debo viajar a valle verde, me informaron que ahora es territorio de los García, tomo el volante y me dirijo a la zona donde me espera el helicóptero, quiero ver con mis propios ojos si es verdad que el inútil de Jorge ha hecho algo bueno por ese simple pueblucho.
Hernández me entrega el equipo necesario, me monto al helicóptero, abrocho el cinturón de seguridad, me pongo el demás equipo, doy marcha al helicóptero, por un segundo miro para abajo.
—Las personas parecen simples hormiguitas — murmuro — quisiera aplastarlas…
Llego a mi destino, me recibe el tuerto con algunos hombres.
—Alma a estado como loca llamando y preguntando por usted.
—Dile que no esté chingando.
Me encamino a la camioneta que esta lista para marchar, entre más nos acercamos una presión fuerte se instala en mi pecho, hay recuerdos borrosos de este lugar, saco un cigarro, puedo sentir el humo entrando por mis pulmones, relajándome al instante, una llamada me hace girar los ojos, respondo sabiendo quien es.
—Pero es que quiero ir contigo, como me puedes mandar a la fregada.
Un suspiro largo sale de mi garganta, Dios cada vez me convenzo más que casarme será un gran error, llevo viviendo con alma tres años o tal vez un poco y más y cada que alguien toca el tema de la boda se pone insoportable.
—Alma, no puedo, mi tiempo no me lo permite, además quedamos que tú te encargabas de la boda y yo de que nada la interrumpiera.
Un grito chillón se escucha del otro lado de la linea, alejo un poco el teléfono, antes de que me rompa los tímpanos.
—Te necesito aquí conmigo, has estado bastante ausente desde que supiste que el pinocho seguía vivo.
—Bueno cualquiera estaría molesto si se entera que su mujer sabe que su hermano está vivo y se lo oculto por años.
—Era peligroso que te enteraras.
—No iré, así que deja de esperar y ve con alguien más, volveré el sábado.
—¡¿Qué?! Porque te iras por cuatro días.
—Nos vemos.
Antes de que pueda decir algo más cuelgo, esta mujer me saca de quicio, pensaba volver inmediatamente después de hacerle una travesura a García, pero no se oye nada mal unas vacaciones.
Llegamos a la casa de los padres de mi madre, entro, observo todo tal como lo deje, subo a la habitación para descansar un poco antes de las travesuras, me recuesto en la cama, me acomodo metiendo una mano bajo la almohada, frunzo el ceño cuando siento algo frio.
Lo saco topándome con una cadenita de oro, tiene una M cierro el puño sobre mi pecho permitiéndome descansar unos minutos, un sonido proveniente de abajo me hace salir de la cama, cuelgo la cadena sobre mi cuello antes de sacar mi arma y bajar sigilosamente, bajo pegado a la pared, no veo nada sospechoso, vuelvo a escuchar el sonido de algo metálico golpeando contra el suelo, saco el seguro y salgo de mi escondite apuntando con el arma a quien sea que perturbe mi tranquilidad.
—Ora, perece — habla tuerto alejando el arma de su cara.
Observo alrededor viendo a los demás hombres sentados sobre los sillones cubiertos de mantas.
—Que eran esos ruidos.
—Una rata salto de la estufa hacia la cara del tuerto — habla Jesús riéndose.
El tuerto se acerca propinándole una cachetada.
—Estábamos matando a la rata — habla.
Ruedo los ojos, miro el reloj de mi muñeca, ya es hora de salir, me voy a la cocina para tomar unos cuchillos, los demás siguen mis pasos, cuando todos tenemos un cubierto en nuestras manos salimos para subirnos a las camionetas.
—Me entere que mañana abra un festival para darle la bienvenida al nuevo “alcalde”
Asiento, cuando hablaba de travesuras eran realmente unas travesuras, hoy el alcalde dará un discurso, mis hombres le lanzaran huevos mientras yo y el tuerto nos vamos a los cables de luz para que se vea la verdadera chispa del alcalde, ya mañana será otra cosa.
…
La camioneta ruge en cuanto piso el acelerador, mis hombres ríen, quisimos darle esta bienvenida a García sabiendo que no puede hacer un escándalo con tanta gente, aunque ahorita nos mando unas cuantas camionetas que me servirán como soldados de carnada, solo necesitan salir de sus territorios y entrar a los míos, con una sonrisa piso el acelerador, a los lejos visualizo a mis hombres tapando la entrada, freno en seco, las camionetas que me seguían tratan de huir al darse cuenta de mi verdadera intensión, sin embargo ya es tarde, mis hombres los han rodeado.
***
Holaaaaaa, lamento la ausensia, simplente entre en una crisis de querer borar todo, cada que intentaba escribir me bloqueaba, al parecer ya todo bien, espero ustedes esten bien, cuidense y nos vemos en el proximo cap.
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Editado: 06.12.2024