Sorpresa.
Luego de los último acontecimientos, y de pasar cuatro días más encerrada en mi habitación, mientras trataba de digerir los que había sucedido, debia admitir que era una sorpresa el hecho de que a pesar de todo, siguiera cuerda, o al menos de que haya logrado asimilar lo que sucedio, ya sea un largo sueño provocado por un coma o realmente fuera la realidad. Aunque claro que no fue sencillo, tuve que atravesar unas largas sesiones de pequeñoa golpes y pellizcos con vanos intentos por despertar, al final, resignarme fue lo mejor para mi cuerpo. Incluso así, después de eso, entendí que debía salir de esa habitación si quería entender que estaba pasando.
Y cuando lo hice, no solo me encontre con cientos de sirvientes perplejos al ver mi rostro si esa manta de cabello, incluso la misma Lyna, a quien había evitado que entre al cuarto estos dias, no dejaba de mirarme atónita. Ni ahora, que nos encontrábamos tomando el té en el jardín principal de su inmensa y solitaria mansión.
—Nei... ¿Que te sucedió?—pregunto en un tono preocupado.
Supe rapidamente que se refería a mi cabello.
—Oh, me apetecía un cambio de estilo.—hice una pausa mientras me sentaba a su lado y ponía una servilleta en mis piernas. A pesar de ser la doncella personal de Lyna, sabia por la novela que Nei y la protagonista se trataban como amigas, eso incluía tomar té, comer, jugar y tener clases juntas. Aunque eso no evitaba que Nei la tratara siempre como su señora, para el descontento de Lyna. La mire fijamente—¿No le agrada?
De pronto, una gigante sonrisa se poso en sus labios.
—¡Claro que me agrada, Nei! Ahora podre ver tus hermosos ojos todos los días.—dijo dando un suave aplauso.
No podía mentir, el hecho de que me haya cortado el flequillo solo fue porque se me dificultaba ver.
—No creo que sea para tanto.—Levante la taza de té y la acerque a mis labios.
En el momento que mire hacia atrás de donde se encontraba Lyna, pude divisar a un par de sirvientes con la cara pálida, parecía que en cualquier momento perderían la conciencia, siguiendo mi mirada, Lyna se dio vuelta, solo para reír un poco, luego volvió su vista hacia mi.
—Ellos no se acostumbraran rápido.—Al terminar aquella frase abrió los ojos con preocupación, como si hubiera cometido un terrible error. —¡Um! ¡Quiero decir los ojos de Nei dan miedo pero son preciosos!—Los ojos de Lyna se ensancharon aun mas—¡Obviamente a mi me agrandan tus ojos, en realidad me agrada toda Nei! ¡Si, si! ¡Ellos tienen miedo, yo no!—cada vez hablaba mas rápido.
《Creo que se preocupa demasiado》
Decidí ayudarla antes de que le agarre un ataque de nervios.
—Señorita Lyna.—Llame su atención.—No tiene que preocuparse, comprendí lo que dijo.
De repente su cara se torno roja, y asintió muy rápido.
—Um, si lo se... lo siento.—dijo al final con un tono avergonzado.
Lo cierto es que Lyna tenia razón. Incluso yo sienta un poco de escalofríos cada vez que me miraba al espejo.
《Quizás el hecho de que me encuentre en otro cuerpo sea también la razón.》
No podía culpar a los sirvientes por reaccionar así, o a Lyna por sorprenderse. Después de todo, en la novela, Nei jamas mostró sus ojos ni habilidades, ni siquiera cuando murió.El té que paso por mi garganta, de repente, se volvió amargo al recordar la novela, pues luego de pasar una noche en vela, llegue a la conclusión de que me encontraba en la novela, "Rosa Marchita" en la cual mi papel no era otro que el de la desafortunada doncella, de la también desafortunada protagonista.
No pude evitar preguntarme como fue que salí de un cuerpo moribundo para terminar en otro que estaba destinado a morir, en este punto, pensar en que se debe a la intervención de algún tipo de dios, sería una burla a mi inteligencia, después de todo, no se podía confiar es ningún ser místico.
Realmente aun no sabia en que parte de la novela íbamos, pero como aun estábamos en la mansión del duque Equa en Endra, me atreví a aventurar que todavía quedaba un largo tiempo antes de ir a Gelia.
Aunque lo cierto, es que el dia de partir llegaría tarde o temprano.
《Espero que sea mas tarde que temprano.》
Decidí aprovechar aquel limitado tiempo para aprender todo lo que pudiera de este mundo, pues incluso algo tan simple como escribir con tintero, se me dificultaba. Lo cierto, es que recordaba a detalle la novela, desde los nombres hasta como tratar con la nobleza, por ende, eso no sera un gran problema, pero había algo que si lo era.
《Y eso es la joven Lyna.》
Ella conocía a Nei mejor que nadie, Y aunque me vea igual, yo no era Nei, ni ahora, ni nunca. Por mucho que fingiera.
Y la única capaz de descubrir mi engaño, era Lyna.
No conocía sus miradas cómplices, ni las broma que hacían, tampoco sus costumbres, y eso me complicaba las cosas, pues no solo había decidido cambiar mi trágico final, sino que también, ayudaría a Lyna a evitar el suyo.
Al principio quería escapar, mi instinto me decia que debia saltar por una ventana y dejar que Lyna se las arregle sola. Sin Nei, ella no caería en la trampa de los príncipes, los primeros dos días, ese había sido mi plan, pro luego entendí que justamente sin la ayuda de Nei, Lyna no tendría a quien aferrarse y quizás encontraría el final trágico antes de lo esperado.
《Y aun así, ¿Que tiene que ver conmigo?》
Yo no sentía lo que la antigua Nei por Lyna, y aunque su historia me genero un poco de pena, no era mi problema. Todos teníamos un destino, un final que encontraríamos tarde o temprano.
O al menos, eso es lo que hubiera pensado si aún siguiera siendo "A"
Aun asi, lo que me hizo quedarme no fue Lyna, sino mi deuda. Antes de morir, desee encontrar una nueva vida donde experimentar el calor de un buen hogar, le rogue a a quien fuera que me escuchara una nueva oportunidad y de una forma u otra, se me concedió.