Sombrío.
Conforme transcurrían los días, el ambiente en la mansión Equa se volvía mas y mas sombrío que antes, poco a poco, las canciones y risas se convirtieron en murmurllos apagados. Era claro, la partida de la joven dama de la casa Equa era inminente, y los dias, no parecian ir mas despacio para nadie.
Aunque Lyna, la joven protagonista, se mostraba optimista y tranquilizaba a todos con su dulce sonrisa, por las noches podía oírla llorar desde mi habitación en lo que era un triste llanto ahogado. Y al igual que podía oír el llanto de Lyna también escuchaba el carruaje del Duque Equa irse antes del amanecer y volver luego de la salida de la luna, por lo que entendía, tanto el Duque como la Duquesa buscaban hasta el cansancio una forma de mantener a Lyna en Endra, de evitar su partida, visitaban las mansiones de todos los nobles buscando el apoyo de la aristocracia para enfrentarse al rey, quien ya había dejado claro su posición de entregar a Lyna, pero lo unico que recibian, solo eran negativas rotundas.
Yo lo entendía muy bien, al final de cuentas, esa era la naturaleza humana, si les beneficiaba y salvaba sus patéticas vidas, a nadie se molestaría el sacrificio de una joven inocente, pero fue irónico que incluso aquellos que fueron ayudados por la familia Equa, les dieron la espalda.
Tal como en la novela sucedió, eso no cambiaria. Lyna, terminaría en Gelia.
《Pero aun no se rinden, y salen de la mansión todos los días.》
Algunos admiran su perseverancia, otros sienten pena por Lyna, quien a apunto de partir a Gelia, no puede pasar sus últimos días con sus padres, pues estos, jamás se encuentran en casa, aun así, la realidad era aun mas dolorosa, pues el duque y la duquesa, si bien no paraban de buscar soluciones para mantener a Lyna en Endra, tampoco podian ver los ojos de su hija y sentir que no podian hacer nada por ella, pues la impotencia y el saber que su partida era inminente, les quebraba el corazón.
No importaba su poder, ni el estatus que tuvieran, al final nada parecía funcionar.
En la novela, nadie sabia que pasaría con Lyna, y al final, nunca volvió a ver a sus padres hasta el ultimo día. Si bien ellos mandaron miles de cartas para comunicarse con ella, siempre fueron denegadas.
O más bien, jamás pasaron más allá de las manos de los príncipes.
Suspire.
Incluso si lograba cambiar algunas cosas, nada era seguro hasta el final. Ni siquiera yo podia asegurar con certeza que volvería a ver a sus padres o al reino que la abandonó.
Mire a mi alrededor con pereza.
Me encontraba en el cuarto donde desperté la primera vez, aquella habitación que me era desconocida, pero pronto se había vuelto mía.
《Mas bien, el cuarto de Nei.》
Lo cierto es que si quería adaptarme, debía aceptar que yo era Nei y eso no cambiaría. Aun así, eso no significaba que pudiera olvidar mi vida anterior tan fácilmente, pues incluso si fue miserable e insípida hasta el final, era mi vida, lo único que conocía.
《Aun así, las viejas costumbres nunca cambian.》
Pues doblados de forma pulcra sobre la sabana de seda, se encontraban los diez trajes que encargamos a Lilian, aunque el hecho de adelantar el pedido le resulto imposible a primeras, cambio de idea inmediatamente con un poco mas de dinero. Teniendo en cuenta que mañana al amanecer yo y Lyna partiremos a Gelia, me encontraba haciendo mi maleta. No había mucho que guardar realmente. No me encontraba apegada a nada aquí, solo llevaba lo que consideraba importante. Ropa y el dinero que Nei poseía, pues realmente no necesitaría mas que aquello.
《Oh claro, y mi primera y única nueva adquisición .》
Mire hacia la derecha, y tome en mis manos aquel objeto. Poco a poco me fui deshaciendo de la fina tela dorada que lo cubría, y allí se encontraba. Un hermoso paraguas negro se posaba ante mi vista, aunque Lilian metía la pata, era realmente buena en su trabajo, pues creo un paraguas a juego con mis trajes.
Pase mi dedo lentamente por la brillante empuñadura, en la cual, estaba grabado mi nombre, luego de admirar su estructura me decidí a abrirlo.
Dentro de el cabía una sola persona, pero eso era lo mejor, pues de ser mas grande no podría cumplir su principal objetivo.
《Bueno, aparte de proteger a Lyna del clima.》
Este paraguas, no solo era una valiosa y muy costosa adquisición, sino también una inversión en la seguridad de Lyna, presionando la tercera piedra de amatista que se hallaba incrustada en el mango, la tela del paraguas se desprendía dejando a la vista el hermoso color plateado de una reluciente y filosa hoja.
Lo que parecía un inocente paraguas a primera vista, no era solo aquello, sino que si la situación lo requería, se volvería una hermosa espada digna de un caballero. Como dije antes, no solo debia confiarme de lo que sabia, y aunque las habilidades de mi vida anterior podian ser de utilidad, necesitaría una mano extra.
Pero realmente esperaba no tener que recurrir a ella.
Lo cierto es que en este mundo no existían armas ni chalecos antibalas, por ende tuve que adaptarme, no fui entrenada para usar una espada, pero si se me enseño lo básico, y con mis nuevos reflejos tendría que servir al menos para conseguirnos un poco de tiempo de ser necesario, sin comtar que tuve que pensar una forma muy ingeniosa para ingresar una espada al palacio de Gelia, pues como parte del tratado Lyna no tenia permitido tener ningún caballero ni sirvientes provenientes de Endra, y el único favor que el Rey le concedió a Lyna fue luchar para que ella pueda llevar a su doncella de confianza.
Quien sin duda era Nei.
Mire por la ventana, y justo cuando mi estomago comenzó a gruñir, una doncella golpeo la puerta.
—Señorita Nei, la cena ya esta servida, Lady Lyna la espera.—una suave voz resonó como si fuera una alarma.
Apoye el arma en la cama con cuidado.