Irritable.
Despues el encuentro con Seren hace una semana me encontraba completamente irritable y con un dolor de cabeza que parecía ir en aumento durante los últimos días, el solo recuerdo de aquel estúpido mago y su molesto rostro me fastidiaba de sobremanera. Aun asi, por suerte, desde aquel incidente no habia pasado nada realmente relevante. Claro solo que la protagonista, no paraba de recordarlo y reírse en todo momento, provocando que yo no pueda olvidarlo tampoco.
Aunque intentaba ocultarlo cuando yo estaba presente, no le salia muy bien que digamos.
《Aunque prefiero que ria a que llore.》
Si bien era una situación cómica vista desde afuera, yo fui a quien se le cayo agua prácticamente congelada en la cabeza, y por ello no me parecia muy divertido.
《Ah, no es momento de pensar en ello.》
Pues ahora me encontraba caminando muy lentamente con una inquieta y preocupada Lyna a mi lado, y no era para menos.
Pues en este preciso momento nos estamos dirigiendo hacia la sala del trono, donde se eencontraban los dos príncipes de Gelia con quien Lyna tenviar una reunión para hablar sobre el avance del Rey Richard.
《Ah... Realmente quería evitarlos a como de lugar.》
Y aunque Lyna no me lo dijo, pude oírla practicar en su habitación múltiples formas de pedirle a los príncipes que la dejen volver unos días a Endra, para ver a sus amados padres. En especial a su madre quien se hallaba en cama gracias a una muy fuerte gripe.
Un trago amargo paso por mi garganta.
Si bien no sabia que sucedería, realmente la idea de que la dejaran regresar a casa me parecia muy poco probable a estas alturas, pues si incluso ellos no estaban interesados todavía en Lyna, dudaba mucho que la dejen partir hacia su reini, pues habia muchos enemigos que no querian ver a Rey sano y no durarían en apuntar contra Lyna en cuanto esta este fuera de la protección que Gelia le brinda. Como alternativa, había pensado en que los Duques podrían venir hacia Gelia, pero quienes no conozcan la tensa relación de la casa Duqual Equa con el Rey de Endra, podrían pensar en Duques como infiltrados del rey.
En si, el panorama no era muy esperanzador en ningún aspecto. pero aun así, Lyna, quien no sabia si había pensado en ello con detenimiento, estaba lista y dispuesta para conseguir su objetivo.
La Lyna de la novela, jamas habría siquiera pensado en pedir semejante cosa a los príncipes, pues el terror de enfrentarlos ya era demasiado para ella como para pedir algo mas, pero en cambio, la Lyna actual, aunque estaba nerviosa, poseía mas seguridad que nunca, y solo pude retribuirlo a que en el presente, no ha sido el centro de la fatídica atención de Keeran y Orión.
Y aunque Seren era un jodido bastardo, tampoco había comenzado a molestar constantemente a Lyna.
Suspire.
—Señorita Lyna.—dije ganándome la atención de la protagonista.—¿No cree que deberíamos apurar un poco nuestro andar?
Lyna, quien vestía un vestido rosa y blanco de dos piezas, me miro con los ojos avergonzados.
—Um, si, tienes razón Nei.
Lo cierto es que la reunión programada empezaría en cinco minutos, pero al ritmo que caminábamos, llegaríamos en veinte. Sin mas palabras, comenzamos a caminar mas rápido, y en poco tiempo ya nos encontrábamos en frente a la gran puerta de la sala.
—Realmente no quiero entrar.—confesó Lyna sonriendo de forma cansada.
《Yo tampoco.》
Quiero decir, ¿Que es este mal presentimiento?
Un escalofrió recorrió mi espalda, y mientras deseaba que el cuerpo de Nei no tuviera un sexto sentido que advirtiera el peligro, la puerta se abrió de par en par, mientras Lyna era presentada.
—Sus Altezas, Lady Lyna vino a su encuentro.—proclamó la voz de un joven desde la puerta.
Sin mas, ambas comenzamos a avanzar, asegurandome siempre de mantenerme cinco pasos detras de Lyna por dos simples motivos, etiqueta y evitar el peligro, pero estaba segura de que esta vez, el peligro la miraba de frente y tenia ojos dorados. Lyna se posiciono en el centro de aquella inmensa sala, conmigo detrás. Como si fuera automático, ambas hicimos una reverencia.
—Altezas, es un gusto verlos nuevamente.—Lyna aun tenia la cabeza agachada.—He venido como se me fue informado.
Luego de aquello, ambas alzamos la cabeza y los recuerdos de la ultima vez que vi a los príncipes, vinieron a mi mente. Al igual que la primera vez que estuve en esa sala, había tres tronos y ambos príncipes se encontraban sentados uno en cada lado. El del medio se encontraba vació, pues aquel era el lugar del Rey.
Pude observar a un pulcro y firme Keeran, igual que siempre, vestía un traje blanco y llevaba su cabello plateado atado de forma elegante. Luego mire a Orión, quien opuestamente a su hermano, se encontraba recostado en el trono, vestia una camisa casi abierta y pantalones holgados. Su cabello salmón se hallaba despeinado, y sus prendas estaban manchas en sudor, pronto supe que había estado entrenando hasta hace poco.
Aún así y como siempre, ambos príncipes con sus diferentes estilos, eran simplemente hermosos. Antes de que alguien pudiera captar mi mirada, fije mis ojos en Lyna deseando irme rápido.
Pronto la fría voz de Keeran hablo.
—Humana.—dijo con molestia.—Te hemos mandado a llamar para hablar sobre el estado actual del Rey.
Lyna trago saliva.
—Pues vera Alteza, nunca había visto un caso como el del Rey.—Comenzó Lyna.—Pero con las pocas sesiones que hemos tenido, realmente ha mejorado...
Mientras Lyna hablaba sobre el estado de salud del Rey, pude escuchar un pequeño susurro proveniente del lado izquierdo de la sala. Y aunque era inaudible para Lyna, ciertamente aquella odiosa voz resonaba en mi oído.
—Tsh... Híbrida.—Sin querer mirar al príncipe Orión, fingí no escucharlo.—Tssssssssh.—Pude ver como comenzaba a sentarse en el trono y poner las manos alrededor de su boca.—Hi-Bri-Da.