¡salvare a la Rosa de Marchitarse!

Capítulo 11: Reglas y Tratos.

Inquieta.

En este momento me encontraba inquieta, pues ayer por la noche, Lyna, la joven a quien debía proteger y cuidar había marchado sola en un carruaje hacia Endra en lo que fue un raro giro en los acontecimientos. Sabia que lo mejor para ella ahora era estar lo mas alejada de Gelia mientras sea posible, pues así seria mas fácil evitar su trágico destino y le ayudaria a descansar, aún así, no terminaba de tranquilizarme del todo la idea pues aun así, eso no significaba que Lyna estuviera completamente a salvo. Muchos eran los peligros que podrían acecharla y el hecho de que yo no este con ella, realmente me generaba ccierta preocupación.

Sabia perfectamente que Lyna había partido gracias a mi, pues de ser por ella se hubiera quedado aquí con tal de no abandonar a Nei. Yo la había empujado a tomar la decisión de irse, y aunque fue por su felicidad, entendía que si algo le sucedía, la responsabilidad caería completamente en mis manos, ella me prometió enviar una carta apenas llegue a Endra, pero ni siquiera aquella promesa lograba reconfortarme.

Mire a mi alrededor.

Completamente aburrida, me encontraba tomando el té sola en el jardín de las rosas. Sin nadie a quien cuidar, ciertamente mi trabajo había disminuido considerablemente. Aun así sabia que no tenía que bajar la guardia, pues aun debía aprovechar esta semana para descubrir sobre el pasado de Nei.

Pero había una realidad.

《No se por donde comenzar.》

Nei y yo teníamos algo en común, nuestros pasados estaban completamente borrados. No teníamos ni siquiera un apellido por donde comenzar a buscar, no sabra nada sobre Nei antes de que esta llegara a la subasta, sus padres, si tenia hermanos, amigos, o como vivía.

Todo era un misterio.

Lyna tampoco sabia nada del pasado de Nei, ella pensaba que hablaría cuando se sintiera lista para hacerlo, pero esta nunca lo había hecho. Y al final, se llevo sus secretos con ella, secretos que podrían ser mortales si no son revelados a tiempo. Aunque había decidido alejarme de todo lo relacionado con los dragones, entendía ahora que quizás ellos eran el único camino que me llevaría a la verdad.

Sabia que Nei era hija de una humana y un dragón oscuro, también, gracias a la información que Keeran me había brindado, sabia que no había muchos dragones de la raza oscura, solo debía encontrar un dragón hombre de raza oscura, y aunque no fuera mucha, era toda la información que tenia en este momento.

Quizás el padre de Nei no sabia de su existencia, pues jamas pensó que podría embarazar a una humana, o tal vez si sabia y la repudiaba, lo mismo podría suceder con su madre, quien tal vez murió o decidió abandonarla.

Pero al final del día, solo son hipótesis sin fundamento.

Nei era un híbrida, una humana con algunas características de su descendencia sobrenatural. Muy débil para pertenecer a La Corte y muy extraña para vivir en un pueblo rodeada de humanos, no me extrañaría que nadie la quisiera entonces.

Aun asi, ahora lo que necesitaba era poder salir del palacio e investigar, con suerte alguien podría brindarme ayuda. Y si no, al menos podría recorrer Gelia. Le di el ultimo sorbo a mi té, y me dirigí hacia mi cuarto a buscar algunas monedas de oro.

Por mas que Lyna fuera tratada como una invitada, era evidente que se encontraba cautiva en el Palacio. Pero en cambio, yo no tenia ningún motivo para ser retenida aquí.

O eso creia.

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Esto debe ser una broma.

—Lo siento, pero no puede abandonar el palacio.—Dijo firme el guardia lobo.

En este momento me encontraba en la entrada del palacio de Gelia, y a pesar de mis suposiciones, al parecer, yo también estaba encerrada en este lugar.

Mire fijamente al guardia.

—¿Por que? No tiene sentido.—Senti un creciente dolor de cabeza.—Las demás doncellas pueden salir a hacer compras.

—Es imposible.—Viendo que no comprendía, aclaro su garganta.—Los príncipes dieron una orden explicita, la joven de ojos violetas no puede abandonar el palacio.

Por un momento, mi cara se desfiguro.

《¿Porque darían tan ridícula orden?》

Ciertamente no hay motivo para mantenerme encerrada. Volví mi vista al guardia. Parecía joven, corruptible.

Mis ojos se afilaron.

—Tengo cosas que hacer.—Dije con voz calmada.—¿Entiendes que estas en mi camino?—Me acerque peligrosamente a el. En mi voz, palpitaba una amenaza.

—Lo...Lo siento.—Aunque titubeo, al final se mantuvo firme.—Pero es una orden de los príncipes.

Cerre mis ojos y suspire.

《No se que estoy haciendo. No soy una matona.》

Me aleje de el y lo mire indiferente.

—Lo entiendo.—Suspire derrotada.

Cuando estaba dispuesta a dar la vuelta y buscar otra forma de escape, el joven guardia hablo.

—Puede hablar con los príncipes.—Lo mire curiosa. El aclaro su garganta.—Quizás sea un malentendido señorita.—Me dio una tímida sonrisa.

Lo miré un poco avergonzada.

Realmente era una de la pocas personas que me había tratado con tanta suavidad y que se atrevió a mirarme desde que llegue aquí.

《Oh, espera. No es una mala idea.》

—Es verdad.—Aclare mi garganta.—Yo... em... Lo siento por comportarme de esa forma.—Me disculpe algo incomoda.

El me sonrió de forma brillante.

—¡No se preocupe, señorita!

Aún más avergonzada por la sonrisa del guardia, simplemente di media vuelta sobre mis pasos.

Rápidamente me adentre nuevamente hacia el palacio de Gelia.

Mas bien, hacia el campo de entrenamiento.

《Ya que...》

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Tal cual lo había predicho, en el centro del campo de entrenamiento, estaba el príncipe Orión luchando contra diez soldados a la vez. Me pare a un costado, de brazos cruzados, esperando que terminara, solo me limite a observarlo.




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