En el año 2098, la oscuridad invadió Jinsei y una terrible guerra vino consigo. En este viven criaturas "extraordinarias" incluso se les podía decir divinas, seres sobrenaturales y personas con dones, este planeta ya no les pertenecía más a los humanos, ellos lo habían abandonado y destruido sin piedad alguna, secado sus ríos y quemado los pastizales, mientras que nosotros lo restauramos. La guerra comenzó por el poder del dengta, una de las armas más poderosas en este planeta, fue extraída de la dura corteza del planeta en la zona del río Alud, el río de la vida. Esta guerra maldita causo que nuestra gente no pudiera convivir más y los cuatro jefes, los protectores del planeta, se separaron junto con el planeta entero, creando así los cuatro planetas sagrados que existen hoy en día: "Gehénnam" planeta infernal, "Baiyun" planeta del vuelo, "Shinsei" planeta de la maleza y "Shui" planeta del océano.
Tristemente no fue todo lo que sucedió, Zasso, el jefe de Shinsei y Kaze, el jefe de Baiyun, prohibieron el contacto total entre todos debido al terrible rencor que guardaban en sus corazones. Construyeron muros más altos que el cielo para evitar que nuestras razas se pudieran combinar y nuestras almas se pudieran encontrar. Niños fueron perdidos, millones de personas intentaron pasar más allá de los muros, pero seguimos sin éxito alguno. El comercio entre los planetas por medio del pasaje es lo único que nos permite saber que los demás planetas se encuentran bien y toda la gente adentro de ellos.
Nosotros somos llamados "Kaji", criaturas del fuego y somos provenientes del actual planeta Gehénnam el planeta infernal. Llevamos mucho tiempo negociando nuestras piedras preciosas que extraemos del volcán Ranshao, el único volcán de nuestro planeta que no ha hecho erupción hasta el día de hoy, en el año 3057, por lo cual lo hacen casi 1,000 años sin actividad alguna. Nuestras vidas son comunes a diferencia de los Balam y los Sigmul, ellos son las criaturas del vuelo y la maleza, pero simplemente no parecen superar la guerra y constantemente tienen enfrentamientos sangrientos en donde se pierden millones de vidas. Los Kaillo, criaturas del océano y los Kaji tenemos una relación prospera ya que, mantenemos comercio y nos apoyamos los unos a los otros, nosotros no deseamos que la guerra se extienda aún más, hemos dejado nuestro pasado carmesí atrás. Se espera que pronto se encuentre alguna manera de poder volver a reunirnos todos los planetas, de que todas las razas puedan tocarse una vez más. Yo, personalmente, espero que los cuatro planetas podamos volver a ser uno, que se pueda disfrutar del aire puro, que sentir la tierra en tus pies no sea un pecado y que la lluvia pueda tocar la piel sin sentir ardor en tus venas.