Prólogo

Todo comenzó hace once años. En concreto el día trece de mayo del año 2010, en casa de la familia Arlet. Myriam y Gabriel se disponían a acostar a sus dos hijos mellizos, Áxel y Aria. Estaban agotados después de un ajetreado día, ya que los dos niños habían celebrado su sexto cumpleaños con todos sus familiares y amigos.

Los niños estaban ya metidos en sus camas y Myriam fue a buscar un cuento para leérselo antes de dormir. En ese momento, se escuchó un sonido estruendoso, parecía que había ocurrido una fuerte explosión en la entrada de su casa. Gabriel fue corriendo al piso de abajo, ya que alguien había tirado la puerta abajo y había entrado en la casa. Myriam también fue a ver qué ocurría.

— Entrad los dos en el armario y pase lo que pase, oigáis lo que oigáis, no salgáis de ahí hasta que vayamos a buscaros—les dijo Myriam a sus hijos.

Ambos se dieron la mano y se escondieron en el armario. Unos minutos después, alguien irrumpió abruptamente en la habitación. Era una mujer pero no era Myriam, se puso a buscar algo por toda la habitación. En ese momento, fue al armario y lo abrió, aquella mujer cogió a Aria de un brazo y la sacó del armario haciendo que los hermanos soltaran sus manos, las cuales tenían entrelazadas. Se disponía a sacar también a Áxel, pero justamente escuchó que alguien subía por las escaleras corriendo al piso de arriba. Así que no pudo atraparlo, cogió a la niña en brazos y saltó con ella por la ventana cayendo encima de una especie de pájaro negro gigante y se fueron volando rápidamente lejos de la casa.

—¡Deja a mí hermana!¡No te la lleves por favor!— gritó Áxel desesperado, mientras miraba por la ventana como su hermana se alejaba con esa mujer—. ¡Ariaaaaaaaa!

Ese fue el último día que Aria vió a sus padres y a su hermano. Once años después, con diecisiete años, ella aún seguía teniendo pesadillas sobre aquella noche. En el transcurso de aquellos años, ella no había dejado de pensar en su familia; tenía la esperanza de volver a verlos algún día.