Capítulo 9 - Fin, Comienzo...

Pasaron algunos meses ya estábamos en junio y era increíble lo mucho que he avanzado como persona, me siento más tranquila, feliz conmigo misma, la verdad era lo que quería, aunque comencé a sentirme insegura con mi cuerpo, últimamente me decían que estaba más delgada, que no era normal, que antes estaba mas agarrada, no sabia que pensar.

Nona últimamente no se ha estado sintiendo bien, se está cansando tan rápido cuando está haciendo algunos deberes y he decidido quedarme con ella todo este tiempo, no ha querido ir al hospital a ver lo que tiene y enserio me está comenzando a preocupar demasiado. No sé cómo convencerla a que tiene que ir al doctor. No me gustaría perderle.

- Nona sabes muy bien que tienes que ir al doctor, no puedes quedarte aquí fingiendo que todo está bien. - Digo recogiendo la taza rota que se había caído hace un momento.

- Estoy Bien Marry, no me pasa nada, debes estar tranquila. - Me dice por mientras que intenta caminar al otro extremo del pasillo, pero sus pasos son lentos y le cuesta caminar.

- Me dices que debo estar tranquila, ¡Dios Nona¡, no lo voy a estar hasta que vayamos al doctor. - Digo por mientras que me levanto con los trozos de la taza y los boto en la basura, corro a ayudarla para que se siente en el sillón. - Así que en unas horas nos vamos. - Digo.

- Eres más terca que una mula Marry, no entiendo porque no me crees que estoy totalmente bien. - Dice por mientras que prende la televisión.

- Si, soy muy necia, pero es por tú bien. - Digo saliendo.

La encargada ahora de la biblioteca era yo, por qué Nona no estaba en condiciones de hacer ningún acto de esfuerzo por su condición de salud.
La primera vez que vi como su cuerpo cayó en el suelo con algunos libros, ese día me asusté demasiado, la recostamos y esperamos a que se recuperará sola, tenía muchas ganas de irme con ella al hospital, cuando se despertara, pero me detuvo completamente, y en ese momento no he salido de aquí de la biblioteca.

- ¿Cómo está la señora Nona? - Pregunta una chica que es una de las mejores clientes de aquí.

- La verdad es que está mal y en estos momentos está descansando, pero se va a recuperar. - Suspiro. - Pero gracias por preguntar, lo valoro mucho. - Digo, por mientras que, le entrego algunos libros.

- Eres una excelente chica, sigue así. - Dice y se va.

- Gracias. -

Ya estaba cerrado la biblioteca, me cambio para ir con Nona al Hospital, entró a su sala y ahí estaba durmiendo, me acerco lentamente para despertarla y veo la foto que estaba en el pasillo, ella y Robert juntos.

- Nona, soy yo tú Marry, despierta. - digo y veo que se mueve.

- Quiero descansar mi niña, ayúdame para ir a la cama, sí. - Dice por mientras que intenta levantarse, la ayudo, con toda la paciencia del mundo, la llevo a su cama, la cambio, le pongo su pijama de flores blancas, se veía hermosa. - Oh Marry, me encanta que siempre estés conmigo, me gustaría que me peinaras hoy, si no es molestia. - Dice con esa voz suave y tranquila.

- Con mucho gusto, claro que sí. - Sonrió, agarro su cepillo y la peino, su cabello era largo, blanco como la nieve, liso, y suave. - Me encanta tú cabello Nona, es tan hermoso. - Digo.

- El tuyo lo es también, necesito otro favor tuyo. - Dice por mientras que se acomoda sentada en la cama. - En ese cajón tengo pluma y papel, sácame como tres papeles y acercarme la mesita de cama. - Dice, hago lo que me pide y se lo entrego.

- Te amo mucho Marry, eres una niña encantadora, gracias por todo, y lo último que quiero es que te vayas a casa a descansar, lo necesitas más que yo. Mañana iremos al hospital sí. - Dice con una sonrisa.

En ese momento sentí que se despedía, tenía muchas ganas de llorar, me acerqué y la abracé tan fuerte, y mis lágrimas comenzaron a caer.

- Oh Nona, enserio mucha gracias por estar en mi vida y en mí corazón, eres la mejor madre que pude tener en mí vida, gracias por nunca dejarme sola, te amo tanto mi Nona. - Digo llorando, solo la escucho sonreír, de alguna u otra forma se iba a ir feliz y eso me calmaba de paz.

- Ve mi niña, se feliz... - Dice, por mientras que yo me despido con beso en la frente.

Salgo de la biblioteca y cierro. Todavía no era de noche, así que camino hasta la cafetería, pero una que estaba cerca de la biblioteca, era la primera vez que pisaba ese lugar. Pedí un chocolate caliente y unas donas para llevar a casa. En el camino solo le agradecía a Dios por Nona y solo por ella.

- Gracias señor por ponerla en mi camino, por sus maravillosas ideas, por sus chocolates calientes, por su fuerza y amor que daba a nuestras vidas, gracias por todo señor. - Digo mirando al cielo.

- ¡Buenas Tardes Señorita Marry! – Dice él seguridad del edificio.

- Buenas Tardes Jerry, gracias. - Digo entrando a la recepción camino al elevador.

Me sentía algo cansada, mi corazón sabía muy bien lo que pasaría mañana en la mañana, ojalá que mi corazón se equivoque de esta nostalgia que me desgarra el alma por completo.

Me quedé despierta toda la anoche, mirando por la ventana, esperando que todo lo que sentía en estos momentos era mentira, no me sentía nada tranquila, quiero ir corriendo dónde está Nona y verla caminar en la cocina haciendo chocolate otra vez.

No sé en qué momento, pero me dormí en el sillón, me levanté ya casi siendo las 10:25am, me levanté y salte de que mis sentimientos de ayer eran una mentira, corrí a arreglarme, me serví cereal en un vaso y desayuné en el camino, hasta llegar a la biblioteca.

- Hola Señor Johnson, ¿cómo está? - Digo antes de entrar a la biblioteca.

- Muy bien señorita Marry ¿y usted? -

- Algo preocupada, ¿ayer no vio algo extraño, ruidos o algo aquí en la biblioteca? -

- La verdad es que, en la tarde, solo vi a la señorita Nona salir a darle unas cosas al cartero y entro nuevamente, solo eso, ¿pasa algo? - Pregunta preocupado.