Si los pétalos se cayeran

Capítulo 16 - Cosas que nos atormentan

- Despierta ¿Por qué serás tan dormilona? - Dice dándome besos en la barriga, y yo fingiendo demencia, solo para ver cómo actúa. – Marry, tienes que despertar... - Sonrío y me da un beso.

- Sabias que es malo despertar a una mujer con sueño. – Niega con la cabeza – Deberías alejarte o si no, te tirare al suelo. –

- Te has levantado agresiva hoy, así que por mi salud iré a preparar el desayuno, antes de que me mates. – Dice levantándose, camino a la cocina, sonrió y me acomodo nuevamente en la cama.

No había pasado ni diez minutos y ya estaba levantada, por mientras que Laurie hacia el desayuno yo me daría un baño, lo cual fue así, por mientras me estaba preguntando en como estarían Tris y Leslie, se habrán reconciliado o se habrán matado, pobrecitas mis niñas viendo tal locura.

- Enserio que eres Hermosa. – Y el también que lo estaba, me ponía tan nerviosa y tan ansiosa a la vez, era como si fuera una droga que nunca me cansaría de probar, aunque solo mis labios prueban los suyos, pero me mata la curiosidad de probar mucho más allá, como el sabor de su piel, sentir su tacto en mi piel desnuda, es tan deseado que recorre todo mi cuerpo.

- Deberíamos desayunar. – Trago en seco con tan solo sentir sus labios en mi cuello, nos sentamos, pero no paraba de mirarlo, me había puesto una blusa que dejaba ver mis hombros y mi piel bronceada, en el fondo sabía que eso a él lo mataba, y también sabía que él quería lo mismo que yo, pero no entiendo porque nos aguantamos tanto si es algo que deseamos tanto.

- No me mires así, siento que quieres comerme. –

- Y es lo que quiero hacer, eso está mal. – Veo que le dificulta tragar y sonrió. – No te preocupes, no soy tan hambrienta como piensas. –

- Lo tomare en cuenta. –

- Que cosa, lo de que no soy hambrienta o que quiero comerte. –

- Dios santo mujer... - Veo que se levanta y me agarra entre sus brazos, me besa tan apasionadamente, escuchaba como las notas de Stop The Clocks sonaban en el viejo toca disco, era un sueño lo que estaba viviendo, pero era lo que más deseaba, solo con él, solo nosotros.

Su cuerpo era tan sube, su cabello revuelto era como la sabana que me arropaba cada noche, su lengua era el pincel de un lienzo recién comprado llamado a ser pintado, sus manos eran la pintura que marcaba cada parte de mi piel, cada sacudida era un fuego artificial que pasaba líneas por mi cadera, espalda, y cada gemido era el canto de algo hermoso solo hecho por nosotros.

Nos quedamos ahí acostado por mientras que la pista pasaba por Nervous de Gavin James, escuchar su pulso tan acelerado hasta llegar a la calma era mi sonido preferido, sentir sus dedos dibujar en mi espalda una simple luna con su inicial llegando a un te amo.

Duramos unos minutos más, hasta agarrar camino a casa, al llegar me encontré con Tris y Leslie dormidas abrazadas, sonreí, quería brincar y saltar en ellas, lo cual no me contuve más, y lo hice.

- ¡No puede ser!, ¡sí!. – Saltaba más y más, hasta despertarlas, sus miradas eran de susto, y yo no paraba de sonreír.

- Estas loca Marry, por favor para de saltar. – Se levantan y Tris estaba más seria por mientras que Leslie mostraba todo lo contrario, lo cual, para mí, me entro la duda de que si se habían reconciliado o no.

- No les pienso quitar las esposas hasta que se hayan reconciliado. – Por mientras que ellas no decían nada, comencé a recoger todo de la sala, al fin al cabo era mi casa. – No piensan decirme nada. – Digo indignada al silencio incomodo que se convertía en el interior de mi casa.

- Si nos quita esto, podríamos decirte. – Leslie sonríe y saco la llave de mi pantalón. – Gracias. –

- Ya me piensan contar. –

- Yo no te prometo nada, eres la mejor amiga que pudimos tener en nuestra vida, así que si, nos reconciliamos y también. – Mira a Leslie y suspira, lo cual me daba intriga lo que iba a decir. – y también nos besamos. – Mi expresión era de no poderlo creer, enserio se habían besado, por fin supo lo que sentía Leslie hacia ella.

- Aunque no sea fácil para ella, quiero que sepas que nos tomaremos el tiempo necesario para hacerlo realidad. – Dice Leslie mirándola a los ojos, eso calmaba mi vida de alguna u otra manera, no soportaba verlas peleadas.

- No saben lo feliz que estoy por ustedes, enserio las amo chicas. –

Y así fue, al finalizar el día me prepare la cena, y Sali a pasear con mis niñas, no podía dejar de pensar en Laurie y sus besos, no quería concentrarme tanto en ello, pero tenía demasiado tiempo que mi cuerpo no sentía nuevamente ese sentimiento, esa energía, esa sensación de no querer alejarte nunca de esa persona. La noche estaba fría a lo lejos se veían los relámpagos en el cielo, eso indicaba que vendría muy pronto la lluvia. Dure unos minutos más hasta caminar hasta mi departamento, afuera en mi puerta estaba Laurie con un ramo de rosas blancas, no podía creerlo, verlo nuevamente me ponía nuevamente nerviosa, me muerdo los labios y camino con pasos lentos hacia él, como si fuera una niña nuevamente.

- ¿Estas rosas son para mí? –

- No, las traje para las niñas. – Veo que se agacha y comienza a acariciarlas. – Claro que son para ti. – Esconde su rosto en las rosas, dejando solo ver sus ojos, se comportaba como un niño estando conmigo, pero en el trabajo o fuera de nuestras cuatro paredes era tan maduro, tan firme y tan elegante, que hare sin él.

- Vamos, te prepare lasaña. –

- Lasaña, enserio que eres perfecta. –

Nos dormimos viendo una película, me despierto estando en sus brazos, llevándome a la cama, me da un beso en la frente y fue la última vez que lo vi. Al despertarme en la mañana siguiente había otro ramo de rosas a lado de mi cama, en la mesita de noche con una carta en ella.

Oh mi flor, mi rosa y luna... No te asustes, quiero que sepas que estoy aquí a tu lado, igual como esas lindas rosas que te he dejado en esta mañana, es la primera vez que me voy sin ver tus lindos ojos, no niego que me asusta no poder verlos más, pero pienso más en que los volveré a ver pronto, eres mi novia, mi amiga, mi amante y mi musa, la que guarda todos mis secretos en los mejores bolcillos de aquellos jeans azules que utilizabas esa vez en la librería, donde nunca pensé encontrarte.



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En el texto hay: romance, amistad, desafios

Editado: 05.05.2021

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