Siempre Serás Mi Ángel Caído

Capítulo 2 - "Te estaré esperando"

— ¡¿Eh?! — respondió Azusiel muy sorprendida, sintió que la había descubierto.

— La expresión en tu rostro se ve raro, no tengas miedo, lo digo porque eres muy hermosa — por un momento Azusiel sintió alivio, hasta que el diablo preguntó nuevamente — ¿Dime niña, eres nueva? 

— ¿N—Nueva? — «¿Acaso está sospechando que soy...? No, No, eso es imposible, no hice nada que pueda hacerle saber que soy un ángel, ¡¡¡aaahhh!!! ¿por qué tenía que alterarme» pensaba Azusiel.

— No tienes porqué  hacer esas caras — dijo el diablo —. Solo es curiosidad porque nunca te he visto en estos lugares, por eso asumo que eres nueva... aquí.

— S—Sí, soy nueva, mi fam... acabo de mudarme — respondió aliviada. 

— No tienes que tartamudear, no es de mi importancia, si quieres no respondas — expresó con cierto fastidio. Lo que más odiaba era ver actuar torpemente a un mortal.

— Lo siento, es la primera vez que hablo con un chico — «Diablo por cierto. Ahora está empezando a comportarse como un Diablo»

— ¿Eh? Es broma, ¿verdad? — preguntó el diablo, Azusiel negó moviendo lentamente la cabeza — eso es extraño y estúpido a la vez, ¿Cómo una humana no pudo comunicarse con chicos antes? ¿Qué estás escondiendo? — murmuró el diablo.                          

— ¿Qué? — preguntó Azusiel sin entender.

— Nada, solo dije que me sorprende — mintió.

— Me corrijo. Quise decir que es la primera vez que hablo con un chico... apuesto — contestó apenada para no levantar sospechas, pero por la mente del diablo ya pasaban muchas cosas.

— ¿Así que me consideras apuesto? Vaya, eso me sorprende aún más — «Ni que lo digas, la sorprendida soy yo por estar diciendo esas cosas» pensó Azusiel.

— Yo... Yo tengo que irme — dijo el ángel. No obstante quería quedarse ahí un poco más.

— ¿Te veré mañana?— preguntó el diablo, aunque parezca extraño, él quería saber más de ella.

— Sí — respondió veloz. 

— Entonces te estaré esperando — mostró una fría sonrisa y antes de marcharse la sorprendió acercándose a unos centímetros de su rostro y la miró fijamente a los ojos, el ángel se sonrojó por completo —. Te estaré esperando — volvió a decir y se marchó.

La inocente ángel no podía procesar nada de lo que acababa de suceder, suavemente tocó su mejilla que había comenzado arder. Antes de marcharse vio la dirección por dónde se había ido el diablo y volvió a esbozar una sonrisa tierna.

Después de aquello, Azusiel fue a cumplir con su deber. La noche cayó sobre la tierra y ya era hora de volver a casa, Azusiel se esforzaba por no pensar en lo sucedido en la mañana, pero no podía conseguirlo.

— «Volver a verlo, aunque la idea de querer saber un poco más de él parezca una locura, mi deseo es más grande y quiero saber su verdad, si es que la hay, aunque no me esperaba tanta, ¿amabilidad? Es un diablo muy extraño» pensó Azusiel antes de marcharse de la tierra.

Mientras tanto en el infierno...

— Mi señor, sea usted bienvenido — saludó el sirviente mientras que el diablo entraba por la puerta de aquel inmenso palacio, ahora convertido en su forma original, con el cabello negro y ojos rojos, con alas negras que un día fueron blancas, pero sin duda un atractivo diablo. Luzfel era el máximo líder supremo del infierno, se nombró así mismo el príncipe de los demonios. Después de la caída, ahora vivía en aquel lugar un enorme palacio, no era como el paraíso, pero era un lugar muy agradable para él. Su mayor diversión era disfrazarse de humano y divertirse un rato con ellos, su nombre humano era "Logan", y sí, Azusiel conoció al mismísimo Luzfel. Incitaba a cometer actos pecaminosos a los humanos, le encantaba manipularlos y ver lo frágiles que podían ser, odiaba a los humanos y ángeles por todo lo que había pasado y sobre todo odiaba más a Dios — llega tarde hoy, señor.

— Hola Naiel. Sí, estuve... bueno conociendo a alguien y después me fui a divertir un rato con los humanos — sonrió el diablo con malicia.

— Supongo que conoció a una humana con la que quiere divertirse, ¿no es así, señor? — preguntó Naiel, el era su sirviente de mayor confianza y como tal sabía sus aventuras en el mundo humano.

— No... quiero decir sí... bueno no... — trato de decir el diablo, pero se enredó con sus propias palabras.

— No lo entiendo, señor.

— Conocí a una mujer, sí... — confesó el diablo —. Pero es un poco misteriosa, su manera de actuar, su rostro y esa aura que emana de su alma es tan pura que sentí una sensación de inquietud. Presiento que ella no es de este mundo, creo que es un ángel guardián que descendió del paraíso...

 

Nos vemos en el siguiente capítulo
Gracias por leer ❤️

 

 




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