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24/06/2022
Mi mente estaba en otro espacio mientras mis manos dibujaban en aquel cuaderno viejo de portada verde, no se que era pero algo dibujaba.
Trazo línea tras línea perfeccionando cada parte hasta que dejo de mover el lápiz y veo lo que es, una pequeña sonrisa escapa de mis labios al ver la cara de mi pequeña hermana plasmada en ese papel.
-Adi...- me giro al llamado mirando a la susodicha asomarse en la puerta, dejo todo sobre la cama y me aproxime a ella.
-¿Que hay Kiki?- le sonrío y pellizco sus mejilla ganandome un pequeño golpe con su mano.
-Papá dice que bajes a cenar- mi cuerpo se tensa y solo lo disimulo dándole una sonrisa y un asentimiento.
-Ya bajo si, solo espérame un momento- esta asiente y se va dejándome en la habitación, voy hasta el viejo armario y saco un pantalón de dormir ancho y una camisa igual de ancha disponiéndose a bajar.
-¿¡Cuantas veces te e dicho que no debes entrar a la casa con las zapatillas llenas de barro Keira!?- escucho un golpe y camino rápido a la cocina encontrándo a mi padre furioso que acaba de golpear la mesa y a mi hermana con la cabeza abajo, tomo aire profundamente para calmar todo mi cuerpo y hablo.
-Fui yo- miento y se enoja más mirándome fijamente.
Mi padre, hombre de casa de 36 años con dos hijas y una esposa bajo tierra. Su trabajo es un asco total el cual no le pagan lo suficiente para que por lo menos el viva de eso y por esa causa yo también trabajo en un bar los fines de semana cosa que no me molesta por que tengo mi propio dinero, lo que si me enfada es que el se lo gaste en apuestas.
-Tu y yo hablaremos luego, ahora ¡siéntate!- Amenaza y me siento empezando a comer.
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Luego de haber comido y de lavar los platos junto a mi hermana ella sube para irse a dormir mientras yo me quedo para terminar de limpiar lo demás hasta que mi cuerpo se tensa sintiendo otra presencia en la cocina haciendo que el ambiente sea asfixiante.
-Adhara.... ¿¡que mierda e dicho sobre ensuciar el piso de la casa!?- se escuchan sus pasos acercarse y no logro moverme de mi sitio sintiendo mi cuerpo temblar por que hasta el sabe lo que se aproxima.
-No volverá a pasar papá- susurro mirando al frente mientras mi mano se cierra con fuerza y mi respiración se vuelve irregular.
-Te hice una maldita pregunta ¡¡Responde!!- Alza la voz y yo me encojo en mi sitio a lo que el toma mi cabello tirandolo fuertemente haciéndome chillar para luego lanzarme en el suelo poniendo su mano en mi cuello para apretarlo.
-Espero que no vuelva a suceder algo asi pequeña, no quisiera enojarme contigo- susurra y pasa su dedo por todo mi rostro limpiando las pocas lágrimas que habían en el.
-Shh no llores- sonríe y me dan ganas de matarlo en estos momentos pero su mano aprieta tanto mi cuello que mi vista se vuelve borrosa y el aire se escapa lentamente quemando mis pulmones. El me mira y luego mira todo mi cuerpo haciéndome estremecer del pánico proyectando en mi mente tantas imágenes asquerosas.
-Eres tan hermosa como tu madre- susurra negando y luego me suelta de mala gana para irse con pasos duros hacia su cuarto dejándome a mi en el piso de la cocina.
Mis pulmones queman al tratar de buscar aire y mis lágrimas no dejan de salir cayendo como cascada por todo rostro, respiro con dificultad tocando levemente mi cuello doloroso hasta que me levanto empezando a caminar hacia mi cuarto con pasos cortos apoyándome de la pared.
¿Esto siempre será asi?¿Dios no puedes hacer que atropellen a ese desgraciado?- pienso.
Ingreso cerrando la puerta con seguro, miro mi cama y encuentro a Keira durmiendo en ella completamente cubierta por la frazada.
-Solo unos meses más Adhara, solo unos meses más- susurro y me subo a la cama abrazando a la pequeña pidiendo en silencio o mejor dicho rogando para que ella no viva lo que yo