Singledolls: la pareja perfecta

1. En la tienda SingleDolls

Hoy la tienda está hasta el tope, y esto no es casualidad, ya que se acerca la temporada de San Valentine y nadie quiere quedarse solo. Desde el interior de mi caja y a través del plástico que tengo frente a mis ojos veo pasar a muchos humanos con mascaras blancas, para ellos es muy vergonzoso que alguien les vea comprando una SingleDolls, y por tal razón ocultan sus rostros para que nadie le juzgue al no poder conseguir un amor real.

Somos una versión artificial del amor, fuimos creados para satisfacer la falta de cariño de nuestros propietarios, para complacerles y hacerles creer que le amamos, pues para ellos es una necesidad el amar y sentirse amados, gran parte de los humanos anhelan ese sentimiento, y sin él podrían sentirse incompletos.

Somos humanoides de cualidades muy exactas, de cuerpos y rostros perfectos, y es que nos vemos tan reales que hasta cualquier humano podría llegar a creerse nuestros sentimientos.

Nuestros sistemas de romance están programados de tal manera que no influyen las cualidades o personalidades que tengamos asignados de fábrica, podemos ser lo más gruñones y frívolos de la tienda, y eso no importaría, ya que nuestros algoritmos encontrarán la manera más apropiada para enamora al humano que se convertirá en nuestro propietario.

Hoy muchos SingleDolls serán comprados y activados por sus propietarios, espero ser yo una de ellas.

—¡Tú estás muy linda! —dice un cliente de la tienda, y no me lo dice a mí, se lo dice a una SingleDolls que está en el estante de enfrente.

—¿Emprendedor?, ¡te necesito en mi vida! —dice otra humana que no alcanzo a ver; es que aún no puedo mover mis ojos ni ninguna otra parte del cuerpo.

Todos los SinglesDolls estamos conscientes, pero limitados, aún no podemos utilizar nuestras cualidades, nuestros sistemas de aprendizaje y de movimientos están suspendidos, esto será así hasta que alguien nos compre y nos saque de la caja, solo así se podrán activar automáticamente todos nuestros sistemas; aunque por ahora lograr que un humano me compre está difícil, nadie nunca se ha interesado por mí.

De repente, un humano se ha detenido frente a mi caja. 

«Ojalá y esta sea la compra que he estado esperando». Hace dos meses que estoy aquí acumulando polvo y nadie se inmuta en comprarme.

—Distraída, malhumorada, grosera e influyente —se echa a reír al leer mis cualidades—. Uy, amiga, ¿qué loco podría comprarte? —Sacude su cabeza negativamente y luego se dirige hacia otro estante.

Es cierto, mis cualidades son un asco, soy un desperdicio tecnológico. A pesar de que estoy entre las SingleDolls más baratas, aun así, nadie se interesa por comprarme.

El día sigue pasando y yo sigo en la misma posición dentro de la caja, con las extremidades de mi cuerpo sujetadas con varias pinzas que atraviesan el fondo de la caja, observando como soy ignorada por cada humano que pasa frente a mis ojos. Desde aquí veo a los vendedores cerrar ventas y a los clientes salir felices de la tienda; es que en estos tiempos no hay escusas para sentirse triste por no tener pareja, hay precios accesibles para todos.

—Carolina, vender de estos muñecos es lo mejor que se te ha ocurrido en toda tu maldita vida —dice una vendedora a otra—. Este mes se me vienen unas jugosas comisiones.

—Amiga, yo estoy fascinada. Estas porquerías se venden rápido.

Nuestros creadores son la única marca en el mercado de humanoides a nivel mundial, sus ingenieros han creado cada órganos y músculos de nuestros cuerpos con la tecnología de las impresiones 3D, tecnología que también es aprovechada por ciertos humanos que han requerido de trasplantes de órganos; nuestro sistema digestivo y cualquier otra función de nuestro cuerpo nos permiten comportarnos como completos y auténticos humanos. Yo podría salir a la calle tomada de la mano de mi futuro propietario y nadie me señalaría como SingleDolls, pueden darme de tomar un café, o incluso comer cualquier tipo de comida y mi sistema digestivo empezaría a digerirlo como si se tratara de un cuerpo humano, y todo esto es gracias a los avances tecnológico y científicos en cuanto a órganos artificiales se refiere. Nadie puede distinguir a un SingleDolls que esté viviendo entre humanos, nuestra piel, nuestras expresiones y nuestras reacciones frente a cualquier evento es tan normal como la de un humano.

La cantidad de personas dentro de la tienda está bajando, eso significa que estamos próximos a cerrar por hoy, tal parece que hoy tampoco fue mi día.

—¿Señorita, estas son las más baratas? —dice otro cliente que está revisando mi estante.

—Sí, señor, ya quedan pocas —la vendedora responde sonreída y algo ansiosa—. Debería aprovechar que está de visita y comprar una. En esta temporada lo que está en este estante se vende como pan caliente.

Tal respuesta me confirma que soy la peor SingleDolls de aquí.

—Esta muñeca de aquí tiene buen cuerpo...—agrega el cliente mientras permanece viéndome.

«¡¿Será que por fin ha llegado mi día?! ¡De seguro este sí es mi comprador!»

Lo tengo frente a mí, la máscara blanca impide verle el rostro, pero, por lo menos, puedo distinguir su lacio cabello negro, el cual está muy bien acicalado; trae puesta una camisa blanca que está enrollada en las mangas y pantalones negros. De repente, acerca aún más su rostro al mío y empieza a inspeccionar cada detalle de mi cara.

—Su rostro es hermoso…

—¡Sí!, tiene buen gusto, señor. Esta SingleDolls es muy linda.

—Pero... —Lo veo muy pensativo, ha bajado la mirada y se ha puesto a leer las cualidades que tengo escritas en la parte inferior de la caja—. Mire esas cualidades, podría resultar un completo desastre.

—Eh, bueno...

—¿Podría darme un mejor precio por ella?

—¡Claro, señor! —lo ofrece algo insegura ya que solo dan descuento si la caja tiene desperfectos o si la SingleDolls es de temporadas pasadas, y yo no soy ninguna de esas—. ¿Qué le parece este precio, señor?




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