Capítulo 3
Dedicado a Facundo
El curso estaba desesperado. Cada uno creaba sus teorías de lo que pudiera haber allí fuera. Trataron de hacerlas lo más lógicas posibles, involucrando ciencia, biología, matemáticas..., que no tenían mucho que ver luego de que formulan sus teorías. Hasta ahora tenían pocas: creían que podría ser una broma que les hizo el colegio por todo el quilombo que ellos hicieron a lo largo del año; quizá un psicópata los encerró; llegaron a pensar que alguno del curso les estaba haciendo esto para joderlos. La última suposición hizo que todos desconfiaran de todos. Causó más problemas. Se miraban de reojo y se echaban la culpa entre ellos.
Había sólo un alumno que no estaba opinando. Se encontraba en una esquina arrinconado con la cabeza gacha. Cada tanto los miraba, pero si se encontraba con los ojos de alguien, dirigía la vista otra vez al suelo. Nadie lo notaba.
Decidieron que ya era tarde y tenían que dormir en algún lado. El aula no era el mejor lugar, no había suficiente espacio. Un chico sugirió ir al teatro, Tadeo, era un lugar bastante amplió y se encontraban las colchonetas que se podían usa como colchones. La idea sonaba bastante bien, pero tenían demasiado miedo de bajar. El Patrón decidió tomar la situación en sus propias manos.
—Che, escuchen: la mejor opción es ir al teatro. Ya sé que da un poco de miedo, pero no nos podemos pasar todo el tiempo acá hasta que alguien nos venga a buscar..., quizá eso nunca pase. Tenemos que tomar fuerzas e ir hasta allá todos juntos, sin separarnos.
Jaz se levantó de la silla. La sangre que le chorreaba de la nariz ya estaba seca y había varios pedazos de gaza llenos de sangre en un banco cerca de ella.
—Tiene razón. Hagámosle caso.
—Je, je. Pareces Eleven con la nariz sangrando así, lástima que no tenía el pelo de ese color...
— ¡Uy! ¡Sí! A la de Stranger Things. ¡Tenés razón!
La chica se cubrió la nariz con su mano.
—No era a lo que quería llegar, dale. En serio, la idea de ir al teatro es la mejor opción.
—A mí me parece una locura. Si hay una cosa-sombra rara allá afuera, lo mejor es quedarnos adentro a salvo. Ni-en-pe-do-sal-go.
— ¿Pensás quedarte acá sólo, Facundo?
—No, alguien tiene que estar de acuerdo conmigo, ¿no?
Crearon un pequeño murmullo en el que la mayoría apoyaban a Felipe.
— ¡Son todos unos pelotudos! ¿NO SE DAN CUENTA QUE NOS VAN A MATAR POR SU CULPA?
— ¿Ahora entienden por qué lo tengo en mi Death Note?
— ¡Callate, banana! ¡A nadie le importa!
— ¡Callate vos! No le hables así. ¿Venís con nosotros o no?
— ¿Me van a dejar solo sino?
Se miraron entre ellos y luego a él. Si no tenían otra opción... Facundo asintió con un resoplido.
Salieron todos del aula sin apagar la luz. Dos al frente guiando, un alumno en cada costado y tres al final mirando para atrás. Eligieron una mochila negra donde llevaban las pocas tijeras que tenían en el aula y el botiquín. Bajaron las escaleras con el menor ruido posible, a pesar de ser 27 chicos. Siguieron en esa formación durante todo el trayecto. Ni uno solo habló. Ni uno solo suspiró. Ni uno solo tosió. Ni uno solo respiró... bueno, quizá si respiraron, pero no fuerte, a pesar de lo agotados que estaban por el miedo.
Pasaron por el pasillo. Todos atentos a las ventanas por si aparecía la sombra de vuelta.
Venían bien. Bastante bien. Coordinaron todos juntos, trabajaron en grupo...
Hasta que una de las puertas del pasillo se abrió de par en par. Pegaron un grito cada uno de ellos. Parecía imposible que nadie se haya dado cuenta de que había gente atrapada dentro de ese colegio. La formación de dispersó y corrieron los pocos metros que les quedaban hasta el teatro por su cuenta.
Los primeros en llegar fueron Felipe y una chica, Valentina, quienes esperaron a que pasen todos antes de cerrar las puertas con traba. Ya todos adentro, se tomaron unos minutos para respirar normalmente.
Un alumno propuso dividir las tareas. Todos votaron al Patrón y a la chica, Valen, como líderes, para tener a alguien que tome las decisiones más difíciles y así no se pasaban discutiendo por todos. Además, ellos tenían "experiencia", en cierto sentido, dirigiendo, ya que fueron los directores de una obra que hicieron... No es importante, el punto es que eran los más capaces para eso. Tres chicos y tres chicas se encargaron de acomodar las colchonetas a lo largo del teatro. Les impresionó la cantidad que tenían. Dos alumnas y dos alumnos se ofrecieron voluntarios para hacer guardia durante la noche. El resto se dedicó a recostarse.
Solo un alumno estaba en contra de todo esto, Facundo, el mismo que les contradijo la idea de ir al teatro. Él creía que se lo estaban tomando muy a la ligera.
Alguien tiene que ir a matar a esa cosa, ¿no? Es lo más sensato, pensó.
Decidió hacerlo él mismo. Ya tenía un plan. No puede fallar. Se lo comentó a su amigo. Éste lo miró incrédulo.
—Es malísimo ese plan. No va a funcionar.
—Pelotudo, si no acabo yo con esa mierda de afuera, nadie lo va a hacer. Le tienen mucho miedo.
— ¿Y vos no? —Facundo se quedó callado mirándolo. —No jodas. Quedate acá y coopera. O de última esperá para hacerlo todos juntos.
—No importa que no me acompañes, yo lo voy a hacer igual.
—Te vas a matar. Contáselo a Feli y Valen. Dale, no...
Sin escuchar una palabra más, salió en busca de la sombra.
⭒†††⭒
Abrió las puertas del pasillo derecho, el que daba al quiosco y a los baños. Estaba decidido. Salió. Bajó los pocos escalones con tranquilidad. Caminó unos cuantos metros de la puerta. En cualquier momento aparecería..., estaba seguro. Su plan era infalible. Está buenísimo, pensó con arrogancia.
Editado: 26.02.2021