Capítulo 12
Dedicado a Thiago
— ¡Thiago!
—Nos vamos.
— ¡Pero...!
— ¡NOS VAMOS!
⭒†††⭒
2 horas antes.
Ya siendo las nueve de la noche, decidieron ir a dormir. Sere, Maggie, Felipe y Pili se mantuvieron despiertos montando guardia.
La sombra no apareció más desde el incidente con Iván. A pesar de eso, no bajaron las defensas en ningún momento. Sabían que algo tramaba, lo que sea que esté afuera.
Y le temían como nunca.
¿Que si se les aparecía desprevenidamente? ¿Qué pasaría si controlara a otro como había hecho con Iván? ¿Si se moría alguien más? El olor a muerto se haría imbancable...
Habían preparado lo que Jerónimo nombró "armamento" consintiendo en: dos tijeras, una pala, la caja de herramientas que había traído Franco, tablas que sacaron a fuerza del piso del escenario. Teniendo la sensación de que pueden defenderse de alguna manera los tranquilizaba.
La primera hora de la noche fue muy calmada y pasó sin ningún tipo de problema. Todos dormían tranquilos y el único sonido presente en la enorme habitación era el de sus respiraciones y uno de cada otro ronquido.
Con la suerte que tenían, no duró nada.
Los gritos de Facundo resonaron por el lugar rebotando en las paredes. Despertó a algunos quienes se quejaron y trataron de volver a dormir, mientras que otros tenían el sueño realmente pesado. Era tan desgarrador el sonido, que lograron hacer que muchos lloren por el destino de su compañero, otra vez.
Maggie se acercó rápidamente seguida por Sere. Los otros dos que montaban guardia ya estaban ahí. Felipe trataba de calmarlo pero era imposible. Gritaba, gritaba y gritaba como si no hubiera un mañana.
Lo extraño era que no parecían gritos de dolor. No eran los mismos que cuando comenzó a sangrar la otra vez. Eran gritos de miedo. Por las dudas, comprobaron las heridas y su temperatura, pero todo estaba en orden.
En la otra punta del teatro, Valen de giró y tapó la cabeza con su suéter.
— ¿Por qué no se muere de una vez? —gritó de mal humor—. Déjenlo afuera a ver si se lo lleva la sombra.
Ignorándola, Felipe levantó la cabeza de su amigo y lo golpeó con su palma en el cachete varias veces.
— ¡Felipe! —se quejó Sere.
— ¿Qué? ¡Quizá funcionaba! —se defendió.
Los alaridos se volvían más fuertes y potentes a lo que pasaban los segundos. Los que lo rodeaban ya estaban muy estresados por el infernal sonido.
Hicieron todo lo posible por callarlo: lo movieron de lugar alejado del resto, Le sacaron todo lo que estaba a su alrededor, le acomodaron la cabeza poniendo debajo un buzo, le trataron de darle de comer y tomar. Nada. Nada de eso servía.
Maggie volvió a revisar las heridas. Sere le limpió la sangre seca en su pecho a pesar de que sus propias manos aun estaban cubiertas por ella. Felipe se masajeaba las sienes y Pili ayudaba a Sere. Todo en medio de los gritos.
Ya pasados 3 minutos, Valen hace ademán de levantarse.
Le voy a pegar una patada en la panza para que se calle, pensó.
Viendo en su dirección, Pili comprendió su intención y se apresuró a idear algo para callarlo antes de que se le ocurra a ella. Cortó con la tijera un trozo de tela de una remera que estaba a tirada por ahí y le hizo un bollo. Se acercó a su compañero y se la metió en la boca, ahogando el sonido.
Sere le palpó la espalda en agradecimiento y pidió turno para dormir, al igual que Maggie.
Felipe no tenía sueño todavía y se ofreció a seguir en guardia. Jaz se sentó a su lado en el piso y le acompañó. Valen no podía dormirse de vuelta y de mala gana se juntó con sus amigos. despertaron a Jerónimo y este se quejó un montón, pero terminó cediendo ya que nunca hizo guardia antes.
Tras las sombras Jaz vio una figura alta caminar hacia la puerta. estuvo a punto de gritar antes de darse cuenta de que era uno de sus compañeros. Entrecerró los ojos para adaptarlos a la oscuridad. Lo reconoció al instante por su altura.
— ¡Thiago! —gritó— ¿A dónde vas?
Este no le respondió y salió del teatro. Compartiendo una mirada con Valen se levantó preocupada y junto a su amiga salieron detrás de él.
Caminan por el pasillo llamando su nombre inútilmente. Parecía que estaba en un trance porque no hablaba ni se volteaba. En su mano derecha tenía un papel blanco. Llegó a la puerta del pasillo que daba al patio de la izquierda y las abrió de par en par.
Jaz paró en seco.
No, no, que no entre la sombra ¡NO!, pensó.
Corrió hacia él lo más rápido que podía y trató de cerrar las puertas pero él la empujó hacia atrás logrando que ella se caiga al suelo. Después caminó hacia afuera en línea recta, no antes de dejar caer el papel en su mano.
Valen ayudó a Jaz a levantarse y continuó gritándole a Thiago que volviera y que parara lo que estaba haciendo. Jaz quería seguirlo pero Valen la detuvo.
—No salgas.
—Pero... pero ¡Thiago! ¡La sombra...!
Los ojos de Valen mostraban la misma preocupación que los de ella.
—Preferible perder solo a uno.
Cerró las puertas con cerrojo ignorando los gritos de su amiga. La arrastró lejos de la puerta cometiendo el error de dejarla cerca de las ventanas. Se tapó la boca con la mano y Jaz dejó caer las lágrimas que le brotaban de los ojos.
Thiago estaba rodeado de la sombra. Todo su alrededor era gas negro. Él se cayó al piso agarrándose el cuello con las manos teniendo arcadas y tosiendo muchísimo. Tosiendo sangre
— ¡Lo está ahogando! —grita Jaz.
Pero Valen sabía que no había nada que puedan hacer. La sombra lo poseyó como a Iván y no hay vuelta atrás. Agarrando la mano de su amiga, tomó el papel que él había dejado caer.
Editado: 26.02.2021