Capítulo 13
Dedicado a Máximo
— ¡Se despertó! —repetía Jerónimo.
Máximo se le acercó por detrás y se agachó a su lado. Felipe miraba con ojos abiertos la situación.
Facundo abrió los ojos y dejó de gritar de un minuto para otro. Miraba a todos lados asustado y sin saber qué hacer. Trató de incorporarse pero lanzó un aullido de dolor y se tocó el abdomen.
—¿Qué mierda pasó? —gritó, pero su voz salió cortada y sin la usual potencia de él.
— Demasiadas cosas —le contestó Máximo.
—Se murieron Iván y Tadeo —dijo Jerónimo.
Facundo los miró incrédulo. Máximo le dio un codazo en la panza a su compañero a su lado. Felipe, arrodillado a su costado, comenzó a explicarle todo lo sucedido en esa semana mientras lo ayudaban a recostar la espalda en la pared. Cuenta cómo lo encontraron semimuerto en el piso, cómo mandaron a los chicos a buscar comida, cómo Sere y Maggie le curaron las heridas, cómo organizaron los días y salidas.
Facundo escuchaba con inusual concentración. Máximo le acercó un poco de bebida y comida mientras tanto. Felipe contó el final que era Thiago saliendo del teatro. Las chicas todavía no volvieron y se estaban preocupando un poco porque ya pasaron 15 minutos.
— ¿Mi plan funcionó? —dijo sin voz.
—Más o menos, la idea está buena, pero fuiste un idiota al hacerlo solo.
Su amigo empezó a quejarse y Felipe solamente rodó los ojos y se alejó, dejándolo hablar con Máximo y Jerónimo.
En eso, un portazo irrumpió el silencio. Valentina entró con Jazmín a un costado. La chica estaba desmayada y su respiración era muy vaga. El recién despertado, Toto, y Felipe corrieron hacia ellas. Recostaron a su amiga en una colchoneta. Mojaron un trozo de remera con algo de agua de una de las botellas y se lo pusieron en la frente. Era una situación irónica: uno de sus compañeros se despertó, pero otra se desmayó.
—Thiago murió, la puta sombra jugó con su mente al igual que lo hizo con la de Iván —explicó Valen caminado de un lado a otro— ¡Tenemos que hacer algo! ¡Estamos perdiendo a uno por uno!
—Mi plan —insiste la débil voz de Facundo.
Valentina dio un brinco y miró a su amigo anteriormente inconsciente.
— ¡La puta madre! ¡Estabas muerto vos!
— Bueno, gracias, ¡eh!
Discutían entre ellos mientras Felipe y Toto se ocupaban de su compañera. Toto alzó la cabeza.
— ¿Qué hora es?
Valen interrumpió su discusión para mirarle.
—Las 12 de la noche pasadas, creo, no sé.
—Con razón, en las películas siempre pasa algo a esta hora.
Valen le dirigió una mirada de odio total, incluso más de la que le dio a Facundo.
—Tu compañero acaba de morir, ¡y vos hablas como si nada hubiera pasado!
Felipe la agarró por los hombros y obligó a mirarlo.
—Tranquilizate, ¿okay? Él no tiene mala intención, trata de divertirnos un poco.
— ¿Me estás cargando, Felipe?
Se soltó del agarre y, bajo la atenta mirada de sus compañeros, despierta a Agustín y Gonzalo. Estos gruñeron y dieron vuelta, dando a entender que no planeaban levantarse pronto. Enojada, ella les patea la espalda. Estos se despiertan y se ponen de pie inmediatamente.
Valen se aguantó las quejas de brazos cruzados, cuando se callaron los descruzó.
—Van a ir ustedes dos más Jerónimo a la oficina de la directora. Si no recuerdo mal, hay un pasadizo en el piso que lleva hasta la construcción enfrente del colegio. Se escapan por ahí y buscan ayuda... No, mejor vean si es posible salir por ahí y vienen de vuelta para acá a buscarnos.
Mientras hablaba ellos la miraban boquiabiertos, especialmente Jerónimo que no podía creer lo que estaba escuchando. Máximo movía la cabeza de uno a otro, sin entender qué es lo que Valen planeaba hacer. Es estúpido, se decía, los va a encontrar la sombra y los va a matar.
Trataron de hacerla cambian de opinión, pero tenía la cabeza tan llena de otras horribles muertes, que no los escuchaba; se disponía a negar con la cabeza y señalar las puertas del teatro para que se vayan.
Felipe los miró con lástima y les pidió que hicieran lo que ella les decía. Gonzalo, Agustín y Jerónimo salieron de mala gana.
Máximo se levantó de golpe y se alejó de Facundo, aproximándose a Valen con largos pasos. Feli retrocedió prediciendo lo que venía.
— ¡No querés que nadie muera pero igual los mandas donde probablemente la sombra los mate!
—No. Tenemos que salir de acá de alguna manera, Maxi, nos vamos a morir todos sino.
— ¡Mi plan! —trató de decir Facundo, pero su voz apenas era audible para sus compañeros.
—Tenemos que planear algo juntos, no mandar gente así porque sí -insistió Máximo.
— ¡No es así porque sí! ¡Mirá como estamos! ¡Si no nos mata la sombra lo va a hacer estar acá encerrados sin comida o agua! ¡Y con Facundo!
El nombrado profirió un pequeño quejido que solo escuchó Felipe, pero no le dio mucha importancia. La voz elevada de Máximo y Valen en la discusión llamó la atención de todos y despertó a los dormidos. Se reunieron a su alrededor mirando preocupados lo que sucedía.
Ellos discutían sin llegar a ningún acuerdo. Finalmente, Valen alzó las manos en rendición y se echó a dormir lejos de todos. Máximo, en cambio, subió al entrepiso del teatro y se sentó en los asientos bajo la atenta mirada de sus compañeros.
Ya deben de estar muertos, pensó.
Editado: 26.02.2021