Los dos eran muy amigos de pequeños, se querían muchísimo. Iban juntos al colegio y cuando llegaban a sus casas seguían jugando. Los dos niños de 8 años eran inseparables, hasta que un día ella lo estaba esperando en su casa para jugar juntos. Ademas, de que ella por fin habia juntado el valor para decirle a su amigo cuanto le gustaba y se lo iba a confesar.pero el nunca llegaba. Espero un tiempo hasta que fue a preguntarle a su mama porque su amigo no llegaba.
-¿Mama, por que no viene Lucas a jugar conmigo?
-Cariño, no creo que el siga viniendo aquí para jugar contigo
-Pe-Pero... ¿Por que?-Dijo la niña con la voz entrecortada y lágrimas en sus ojos
-Cariño, eso ahora no te lo puedo decir. Mejor ve a tu habitación y duerme, mañana si puedo te lo diré todo.-La niña subió a su habitación y comenzó a llorar. Ya no quiso escuchar el porque la había dejado, le dolía y no quería saber nada. Se sentia triste, dolida y decepcionada cada vez que lo recordaba
Desde ese día, ella nunca quiso saber más nada de él, le dolía el simple hecho de recordarlo.
Poco despues ella conocio otro jovencito de su edad, era tierno, amable y muy lindo con ella. Ellos dos se hicieron amigos de inmediato, era tanta la quimica que tenian que se hicieron inseparables, todo lo hacian juntos y se notaba a leguas el amor que el le tenia a ella, solo que ella no lo notaba.
Actualmente, ya en el ultimo curso de preparatoria el destino juega un poco con la vida de ella, trayendo problemas en su vida y su entorno.