En la mesa del comedor a estaba todo servido un inusual tipo de desayuno compuesto por pan, tomate, aceite de oliva, y un poco de fruta, café etc. Había mucho pan no había huevos fritos o tocino era todo bastante diferente.
El padre de Damen estaba sentado en el comedor tomándose una taza de café mientras leía el periódico le salude como si nada.
- Buenos días. – Fue la sensación más extraña del universo.
- Buenos días ¿Qué tal tu noche? – Pregunto.
- Bastante bien. – Respondí con una sonrisa irónica.
- ¿Iras al trabajo? – Cuestiono Damen al señor Daniels.
- Si hijo más tarde. Al parecer la que más trabajaba en la familia era Helen debía ser alguna razón macabra.
- ¿Es raro no? – Damen noto la manera que observaba la mesa repleta de comida.
- Si definitivamente ¿A ti te gusta? – Supongo que Damen estaba más acostumbrado al mismo tipo de comida que yo.
- No mucho pero ya que. – Damen comenzó a comer ... incluso con una simple acción se veía guapo.
- Estabas muy inquieta anoche. – Me comento Damen, había olvidado, que anoche tuve un horrible sueño, no entendía porque soñar de esa manera, pero con todo lo que ha pasado esta mañana creo que mi destino no es estar con Damen o a lo mejor no lograré estar con Damen toda la vida a lo mejor llegue otra persona a mi vida luego nos casemos tal y como en el sueño yo sea una fría no muy sensual quien va dormir con su esposo en pijama todas las noches y no le va decir nunca que ama su nombre porque justamente no lo ama, la vida me estaba dando señales de cómo sería mi vida sin Damen. –
- Tuve una pesadilla. – Respondí.
- Oooh, no me cuentes ha de ser horrible saberlo. – No pensaba precisamente decirle, pero Damen tenía razón va ser horrible que lo sepa.
- Come no te quedes solo observándome. – Ni siquiera había tocado mi desayuno tenía el estómago echo un nudo.
- No tengo mucha hambre. – De alguna forma tenía que ocultar la manera en que me sentía, cuando dije eso el padre de Damen me volteo a ver.
- Pero lo intentare, no estoy acostumbrada a estos manjares. – Dije finalmente con una sonrisa.
- Ya veo, cuando terminemos te daré un recorrido por la casa y luego si quieres podemos ir a algún lado o nos quedamos aquí. – Quería aprovechar cada minuto al lado del chico que me hace feliz, sobre todo ahora que las cosas se podrían poner complicadas gracias querida suegra.
- ¿Se pueden las 3? – Mi tono de voz era para convencer a Damen.
- Perfecto. – Respondió Damen.
Cuando terminamos de desayunar era hora del recorrido por la casa.
- Ya conociste la biblioteca, tenemos un pequeño cine caben aproximadamente 6 personas, también tenemos un jardín con alberca un gimnasio privado y cabe mencionar que a unas 3 horas de aquí mis padres tiene otra casa es más pequeña que está si quieres podemos ir a verla también de echo si quieres también si no te sientes cómoda podemos quedarnos ahí. – Mientras caminábamos por toda la casa me di cuenta que muchas chicas matarían por ser novia de Damen ahora entiendo por qué Sandy quería que su prima se quedara con él.
- Por si no lo sabias ... Eres la primera chica que viene a mi casa, conoce a mi padre y todo. – Eso era muy tierno estaba segura de que eso así era.
- Increíble. – Dije mientras tomaba su mano.
- Lía te amo demasiado. – Damen se había portado desde el inicio de la relación conmigo como un verdadero príncipe de cuento de hadas a veces no podía creer que un chico como el este conmigo.
- También te amo muchísimo Damen. – Nos abrazamos muy fuerte y luego acercamos nuestros rostros para acabar dándonos un beso, sé que Helen le había dicho cosas a Damen con respecto a nuestra relación.
- ¿Quieres que nos vallamos a la otra casa? – Pregunto Damen.
- Es una buena idea. – Le respondí mientras acariciaba su rostro.
- Cuando acabemos de dar el recorrido por la casa, subes a tu habitación haces tú equipaje y nos vamos. – Creo que estar lejos de toda la familia de Damen sería lo mejor y por lo visto él también lo sabía.
- Bien querida vamos por aquí en este momento iremos al gimnasio. – Llegue a pensar que todas las cosas que la casa tenían eran innecesarias, en lo personal yo no tendría un gimnasio solo para mí o un cine privado, porque simplemente pudimos hacer lo que yo y Damen anoche, encerrarnos en la habitación y ver series o películas en netflix.
- ¿Utilizan el gimnasio? – Cuestione a Damen mientras nos dirigíamos al lugar.
- Claro, mi padre y mi madre lo usan, la comida extraña no basta para mantener sus cuerpos en perfecto estado, ellos se cuidan mucho para no padecer enfermedades, yo tengo uno en mi casa también, cuando quieras te llevo a que conozcas. – Estaba claro que el gimnasio era útil.
- No, no hace falta ya entendí la parte de que ustedes cuidan de sí mismos. – Me acorde de mi rutina no muy saludable que he llevado toda mi vida una donde o incluye hacer ejercicio o algo por el estilo, lo único que hacía antes era salir a correr con Kara y su madre es así como me mantenía en buena forma, pero cuando dejé la popularidad jamás volví a preocuparme por mi apariencia.
- Pasa. – Dijo Damen cuando llegamos a la puerta del gimnasio. – El lugar era bastante acogedor era un lugar que me motivaba ir y hacer ejercicio.
- Estupendo. – Yo era corta de palabras no sabía que más decir.
- Me quitaría la camisa y empezaría a hacer pesas, pero recuerdo que estas aquí y se me pasa.
- ¡Maldita sea hazlo! – Respondí con entusiasmo.
- Nah dejémoslo para otro momento cariño. – Damen siempre jugaba con mis sentimientos.
- Te odio. – Le dije.
- Me amas lo sé.
- Sí, pero a veces te odio lo suficiente como para luego amarte. – Sabia que sonreiría muchísimo al oír eso.
- Lía Madisson ¡TE AMO! – Grito tan fuerte que supongo que todos escucharon eso, me volvió a tener una vez más en sus brazos amaba esa sensación de tenerlo todo con un solo gesto de cariño de él.
Editado: 19.02.2020