POV KATHERINA
―¿no vendrás? ―su llamada me tomo por sorpresa.
―lo siento, estoy cubriendo un doble turno ―no mentí, simplemente prefería ocupar mi tiempo ahora en conseguir más dinero solo para irme.
Apenas dos semanas después volví a mudarme a una habitación tan pequeña que todas las noches por seguridad bloqueaba la puerta con todo lo que tenía dentro de la habitación, el barrio no era tan peligroso, pero había aprendido a protegerme de esta manera.
Ahora lo único que importaba era el dinero e irme a donde fuera mejor para mí.
―¿podemos salir al cine? Hace un tiempo que no te veo ―su voz al otro lado de la línea solo me causaba asco.
Cada vez que me bañaba solo frotaba cada vez más fuerte mi piel, con asco. Justo ahora no podía controlar ese picor en mi piel, algo se había quebrado dentro de mí desde que lo había escuchado hablar ese día.
―cuanto quisiera, pero estoy atrapada aquí ―intente sonar muy afligida y él pareció creérselo, al otro lado de la línea escuche un suspiro, tal vez de fastidio porque no podría quitarse las ganas. Tendría que esperar a su dichosa Ghala.
Cuando la hora de salida llego me sorprendí al ver que un auto familiar estaba afuera.
―que hace aquí ese idiota ―la mirada de desprecio de mi compañera no se comparaba con la mía, realmente no quería verlo, aun no me sentía lista.
―hola lindura, pensé en pasar a recogerte ―tenía esa sonrisa grande y fue directamente a abrazarme, me quede completamente quieta y él lo noto. ―¿estás bien? ―pregunto preocupado frotando mis brazos y solo sonreí a medias.
―si… solo… cansada ―murmure y él lo creyó.
Abrió la puerta del lado del pasajero lo que me tomo por sorpresa. ¿Tan desesperado estaba por sexo que sería caballeroso?, me quede sentada completamente en silencio en el asiento mirando mis manos y de vez en cuando a la ventana, cuando vi la ruta recordé que él no sabía que había vuelto a mudarme.
―Nick… tengo que decirte algo ―una idea retorcida se comenzó a formar en mi mente.
Desde aquel día estaba intentando preparar una venganza contra él, pero años de experiencia me decían que cualquier cosa que hiciera con el tiempo se me regresaría, por lo que desistí de cualquier cosa, incluso de golpearlo o raparte la cabellera que tenía, no caería tan bajo.
―¿si cariño? ¿Qué pasa? ―pregunto mientras se detenía en el semáforo.
―¿esta relación avanzara en algún punto? ―pregunte girándome para mirarlo y lo vi tensarse, allí estaba, esa exacta reacción era la que esperaba.
―corazón… ¿Por qué esa pregunta? ―su voz titubeo, pero mi pulso acelerado me hizo no flaquear.
Respirando hondo coloque la mano sobre mi vientre y con lágrimas en mi ojos respondí.
―estoy embarazada ―mentí, jamás lo había hecho, soy muy mala para eso, pero fue todo lo que se me ocurrió.
Tal vez si él lo sabía, haría lo que todos los hombres siempre hacen; marcar distancia y luego desaparecer.
―¿Qué? ¿Cómo? ―su tono de voz se elevó demasiado, el miedo en sus ojos casi me hace reír. Realmente estaba en mi periodo y había sido cuidadosa con esas horribles pastillas.
Las tomaba solo por él, a pesar de ver el estrago que comenzaba a hacer en mi cuerpo, no quería traer un bebé al mundo, no ahora, no así, y ahora más que nunca jamás quería darle un hijo a este idiota.
Un par de autos detrás de nosotros lo hicieron mirar hacia delante, el semáforo ya estaba en verde y el simplemente se orilló en la siguiente cuadra y apago el motor del auto, aun conmocionado por lo que acababa de decirle.
Siempre había intentado abordar el tema, antes en video llamadas, siempre fue clara sobre lo que esperaba de esto si funcionaba, pero el siempre desaparecía o evadía las preguntas alegando que estaba en clases.
―Kath ¿es…estas segura? ―pregunto luego de un largo silencio, yo solo asentí y mire mi mano sobre mi vientre, con la otra limpie las lágrimas que estaban por salir.
―te… te lo juro, he tomado siempre las pastillas, pero… esas cosas fallan ―dije con total seguridad, había un pequeño porcentaje que sabía no lo haría dudar.
Lo escuche murmurar algunas maldiciones y peinarse el cabello hacia atrás.
―Nick… yo-
―sí, es tu culpa ―respondió, tan bajo que en el silencio del auto me hizo helar la sangre. ¿En serio estaba de acuerdo? ¿Me culparía de todo esto?
Lo escuche reírse, pero no era una simple risa, vi esa mueca en sus labios, había caído. Prefiero esto, sacarle la verdad de esta manera y que crea que tendrá un hijo con su segunda opción.
―¿en serio, Me culparas de todo esto? ―lo mire con incredulidad, una completamente fingida, me sentía dolida porque una pequeña parte de mi aun quería seguir con él, tal vez por una sensación de abandono, de sentirme menos, me repetía a mí misma que me faltaba demasiado amor propio para conformarme con solo migajas, sabía que estaba mal, pero quería quedarme.
Sentía que ya no tenía nada en el mundo, ahora ya no lo tenía a él.
―es que…es…arg! Si, debiste cuidarte más! ¿Qué harás ahora? No- No puedes quedarte a vivir conmigo, tengo demasiadas cosas que- ―no lo deje terminar, estaba hablando demasiado rápido en inglés, pero entendía cada palabra que dijo; abrí la puerta del auto y saque mi celular, estaba demasiado lejos de mi nuevo cuarto para irme caminando a altas horas de la noche. ―oye- espera! ―escuche su voz detrás de mí y solo me gire para verlo mientras ajustaba el bolso en mi hombro.
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Editado: 13.11.2025