– Niña estúpida, ¿Qué haces aquí? –
La expresión que tenía me generaba escalofríos.
Yo solo me quede callada, observándolo, solo quería correr he de ir lejos, pero mi cuerpo me lo impedía. Estaba congelada.
– Tranquila mami, ella no es nada mío, solamente es una estúpida acosadora.
Abrí mis ojos como plato ¡Él literalmente le estaba hablando a un cadáver! Era enfermizo, estaba loco y yo fui una estúpida.
"Tengo que salir de aquí" Pensé, mientras que Elián estaba distraído me tire al suelo y comencé arrastrarme lo más rápido que podía.
– Niña estúpida, mírate, así como estas no podrás escapar. Ah y otra cosa ¿Por qué estabas aquí? ¿Acaso le querías hacer daño a mi mami? ¡Si, lo más seguro es que querías hacer eso! – me grito, trate de ignorarlo y seguir, pero era obvio que no podría huir de ahí.
– Todas las mujeres son iguales, todas le quieren hacer daño a mi mami... –murmuro.
Me quede quieta en el frío suelo, era obvio que ese sería mi fin, no importa lo que le dijera, él me mataría.
– Al fin te rindes, como venganza te mataré de forma lenta. – Me tomo fuertemente de las muñecas y con su mano libre acerco un cuchillo a mi cuello.
– ¡Espera! – grité sin pensar, sabía que me mataría, pero no quería sentir dolor. Me daba miedo.
– ¡Arruinas el ambiente! – exclamo sin más, cada segundo que pasaba dejaba más evidencia de su locura.
– Todas las mujeres son malas, quieren hacerle daño a tu mami ¿No es así? ¿Qué te parece si te ayudo a acabar con ellas? También para comprobar que yo soy buena ¿Aceptas? – dije desesperada, el rostro me temblaba, en mi interior solo rezaba para que me creyera.
Su expresión cambio a una sonrisa espeluznante.
– ¿Harás lo que sea? – cuestiono, su voz me inquietaba.
– Lo que sea.