Con mis palabras ya dichas lo único que tenía que hacer era lavantarme, al hacerlo pude ver más de lo que esperaba, la expresión de Bill era muy tranquila, entonces el no nos teme, en verdad el piensa que ya ganó.
— Vamos pino hacercarme más — tenía miedo de hacercarme, todo mi cuerpo temblaba haciando evidencia de lo que en verdad sentía. Ya no tenía deceos de ser un cobarde, lo único que deceaba es que Bill no supiera lo que estaba planeando.
— Tienes que prometerme que no le haras ningún daño a Pacifica — con las palabras de una promesa en mi boca, esperaba que Bill escuchar mi deceo.
Estaba seguro que Bill se negaría, después de todo no tenía nada para obligarlo y en especial el no tendría ninguna ganancia.
Bruscamente fui levantado del suelo, al ver la expresión de Bill pude entender que estaba furioso.
— En serio pensaste que dejarían que arruinaran mis planes, parece que esa herida que tienes no fue suficiente para educarte, si es así entonces tendré que lastimarte aún más.
Lo había olvidado por completo, había un agujero en mi mano derecha, en serio era un milagro que pudiera moverme. Por alguna razón el dolor era menos de lo que debería ser.
Lo más probable seria que estábamos todos en peligro, también al ver a León con tan graves heridas mi hizo olvidarme de mi propio dolor.
Ya no me importaba nada, mis brazos pueden romperse y mis piernas doblarse, pero lo único que quiero es que Pacifica este fuera de peligro.
Solo me importa la seguridad de ella, mi propia seguridad no tiene importancia.
— ¡Ya déjalo en paz ! — gritó Pacífica.
— Miren nada más, la pequeña llorona está por armar un berrinche, que harás pequeña.
Entonces me sentí mal, al principio quería hacercarme a Bill para poder apuñalarlo con su bastón, ese plan no funcionó.
Ahora Pacifica lo está provocando, si no hago algo pronto podría matarla.
— ¡Pacifica no te metas en esto, solo corre, huye y esconderte no quiero que nada malo te ocurra!
Podía ver las lágrimas de Pacifica, cuando ella tomo un cuchillo y lo apunto había Bill era fácil entender que estaba desesperada.
Bill soltó a Dipper, entonces se hacerco a Pacifica, tal como ella lo planeo el cuchillo se enterró en la carne de Bill.
Esto no lo había echo Pacifica por sus propios medios, Bill había robado el cuchillo y se lo enterró el mismo.
Bill no mostró ningún signo de dolor, al sacar la daga no había sangre, en verdad no era humano, ni siquiera era un ser vivo.
— Por que no lo entienden de una vez, no hay nada que puedan hacer, ahora con las páginas que pude recuperar por fin el portal está listo, ahora lo único que necesito es encenderlo y ya no podrán hacer nada, una vez que el desastre de desate lo único que podrán hacer es mirar mientras el mundo se cae a pedazos.
Aprovechando la oportunidad que Pacifica me había dado me acerque ha Bill mientras estaba de espalda.
Entonces tomé su baston.
— ¿Que crees que estás haciendo?— rápidamente Bill se dio cuenta de lo que estaba planeando, entonces con sus poderes fui enviado al otro lado de la sala fue como su una gran bestia mi hubiera derribado.
— Ese pequeño te lo dijo verdad, bueno eso ya no importa, su tiempo se acabó.
Me odie a mi mismo, odio muchas cosas, en verdad ya no había nada que pudiera hacer, todos vamos a morir, mi hermana yo y hasta Pacifica.
Estoy totalmente arrepentido, si tan solo hubiera sido más listo, las cosas podrían haber sido diferentes, ahora la chica que más amo morirá.
— Pequeño tonto, tenía intención de dejar que esa chica se fuera ya que serio muy aburrido exterminarla, ahora cambie de opinión, la boy a despedazar. Le arrancaré los miembros uno por uno en cuento a ti, te boy ha obligar a verla.
— te obligare aver cómo sufre, como sangra, te obligare a escuchar sus gritos — Dipper fue levantado del suelo, Bill lo tenía agarrado de su cabello.
— Si la tocas te haré daño — con toda la ira e impotencia que sentía fue lo único que pude decir.
— Que dices ¿me harás daño? No me hagas reir.
Bruscamente Bill me arrojo lejos entonces se acercó al portal y moviendo una palanca el enorme anillo se iluminó.
— Su tiempo se acabó, ahora lo único que podrán hacer es llorar y gritar, con esto mi venganza de completar.
Quería levantarme, pero no podía tal vez era la magia de Bill o el miedo se había apoderado de mi cuerpo.
Cuando escuché a Bill hablar, cuando hablo de cómo destrozaría a Pacifica mi cuerpo se paralizó, había perdido mi voluntad de pelear, me había rendido, me había acobardado.
Mi mente comenzó a jugar con migo, no pude dejar de imaginar el peor de los esenarios.
Pacifica, mi querida Pacifica, comenze a imaginar sus brazos y piernas siendo arrancados de su cuerpo, su llanto sus gritos.
No quiero ver eso, preferiría morir antes de verla a ella sufrir.