tengo dinero pero no tengo amor

capitulo 38 Mi vida por amor

Escuche una voz gritar mi nombre.

— ¡Dipper rápido ve por Pacifica y corran!

Abrí mis ojos, entonces me sorprendí, se trataba de Leon. ¿Pero como? Cómo pudo llegar hasta aquí con sus heridas. 

León tenía a Bill atrapado, con sus dos brazos lo estaba controlando, entonces corrí y levante a Pacifica.

Elegandola del peligro la lleve fuera de la manción. 

Entonces escuché un fuerte explosión. Cada una de las ventanas de la manción que eran tan ebundantes que no podías contarlas con los dedos explotaron en mil pedazos, me cubrí la cabeza protegiéndome de los innumerables frapmentos que caían al suelo.

Rápidamente corrí de vuelta, gracias a Leon pude sacar a Pacifica de la manción, solo tenía algunos rasguños así que estaba bien.

— Mi querido amigo, por qué haces esto, yo no quiero lastimarte, pero tú me estás obligando, deviste hacerte a un lado.

—  ¡Maldición! Deja de decir que somos amigos, yo no te conozco. 

— Que lastima, no quería tener que hacerlo, pero tú me has obligado.

Desde lejos pude ver cómo Leon y Bill hablaban, una vez más empezaron a pelear, lo único que mis ojos podían ver era como León luchaba por no ser atravesado por la espada de Bill.

Era una pelea pérdida, todos los sabíamos antes de venir, a pesar de eso todos tomamos la decisión de pelear. 

León luchaba contra Bill, sin embargo no podía hacer nada ante los poderes de un demonio, con su espada Bill atravesó su pecho, León pudo sentir un sabor metálico en su boca, entonces escupió sangre y su cuerpo callo al suelo.

Dejando a León tirado en el piso. Bill dirigió su atención a Dipper.

— Lamento mucho eso, no quería hacerlo pero él me obligó, no me gusta lastimar a mis amigos.

— ¡Callate! Deja de decir que el es tu amigo.

— Que ¿Estas molesto? No te preocupes cuando todo termine tu también terminaras como el.

Bill se acercaba a mi, quería escapar pero como podria, no tenía el valor suficiente para dejar a Leon, no estaba dispuesto a abandonarlo como si fuera una simpre basura. 

Dipper se preparaba para encarar al demonio, un simple chico como el no tenia la más mínima posibilidad contra un demonio. 

Dipper ya lo sabía. 

Entonces desde atrás, Bill fue golpeado. León rápidamente tomo su basto y lo arrojó hacia donde se encontraba Dipper.

Con sus dos brazos, León  atrapó a Bill. Doblado sus brazos hacia atrás tenía al demonio completamente inmovilizado. 

— ¡Dipper! ¡Rápido! Tienes que atravesarlo.

— ¡Espera! ¡Sabes lo que me estás pidiendo! Si lo hago entonces tú. 

— ¡Date prisa! 

— Pequeños mocosos en serio creen que podrán con migo.

Leon ponia toda su fuerza en mantener a Bill atrapado. Al tomar el bastón mis manos comenzaron a temblar. Era la oportunidad perfecta. Lo único que tenía que hacer era atravesar, pero si lo hacía entonces Leon terminaría todavía más lastimado.

— ¡Maldición! ¡Dipper date prisa!

Antes de que me diera cuenta mis piernas comenzaron a corren, levante mis brazos, con mis dos manos mantenía la espada levantada. 

Entonces lo atravesé. 

— ¡Lo hice — grite alegre, pero mi expresión se volvió sombria no solo atravesé a Bill, si no que también a Leon.

La sangre de Bill comenzó a salir, desde sus ojos y su boca se podía ver el color carmesi de la sangre. En un gran destello de luz, Bill se desvaneció. 

En un instante el portar se hizo pedasos.

— León estás bien

— si creo que esto....

Nuevamente León comenzó a escupir sangre, pero está vez no parecía detenerse. 

Con el pánico dentro de mi trate de precionar sus heridas, era inútil la sangre no dejaba de salir.

— Eres un idiota — le regañe mientras las lágrimas comenzaban a escapar de de mis ojos— estúpido, estúpido, por que lo hiciste. 

Las puestas se habrieron, Mabel entro y junto con  Pacifica, hambas chicas quedaron horrorizadas al ver a Leon. 

— ¡Estúpido! — gritó Pacifica — que fue lo que hiciste, por que estás en este estado.

Leon no podía moverse, poco a poco la vida abandonaba su cuerpo, con dificultad levantó su mano, solo para acariciar gentilmente el rostro de Pacifica.

— Yo quería proteger a mi quería hermana.

— No puedes hacerme esto — Dijo Mabel mientras lloraba — todavía tenemos muchas cosas que hacer, tú y yo tenemos que conocernos.

— Lo siento mucho Mabel, en serio quisieras responder a tus sentimientos apropiadamente, creo que ya no podré. Quiero que me hagas un promesa.

— Dime hare cualquier promesa que quieras.

— Quiero que dejes de odiar a todos los chicos y que te enamores de nuevo. 

— No me pidas eso, por favor eso es algo que no puedo haces, tú vaz a estas bien, no es necesario enamorarme de nuevo.



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En el texto hay: misterio, aventura epica, amor

Editado: 28.02.2019

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