ISA
Se encontraba mirando por la ventana de su habitación, como usualmente lo hacia, el atardecer le encantaba. El cielo estaba un poco nublado y se podía apreciar el color de los últimos rayos del sol sobre estas, dejándolas de un tono anaranjado y como si estuvieran hipnotizadas por la belleza del sol disidieran ir tras el.
Recostada sobre el marco de la ventana apoyando sus brazo y juntando las manos, se despidió de lo que fue su último verano como estudiante de secundaria.
—Adiós verano, hola estrés escolar.
—¿Ya terminaste de dramatizar, Isa?—dijo mi mejor amiga recostada en la cama.
—Joder, no se puedo tener ni un momento dramático de película tranquila—dijo algo molesta por la inoportuna interrupción—. ¡Quiero mi momento dramático de final de vacaciones! ¿Por qué no me dejas tener mi momento? ¡Dime Noicci!
—Si, si... como digas—finalizo dándole una mirada de cansancio, para volver a prestarle atención a su celular.
Volvió a prestarle atención al atardecer, hasta que recibo un golpe en su cabeza.
—Eso fue por llamarme por mi apellido.
Miro al suelo para buscar el objeto que le había lanzado.
—Oh, no debiste comenzar una guerra que no vas a ganar—dijo Isa agarraba la almohada y se acerque a ella para golpearla.
—No, espera, espera no estaba lista— comentó asiendo que pare de golpearla, aprovechando el momento para regresarle un golpe aún más fuerte con otra almohada provocando que por el impulso cayera de la cama—Mierda, lo lamento, ¿estas bien?
Levanto un poco la cabeza, desde su posición en el piso, su visión estaba algo obstruida por los mechones que habían quedado sobre su cara, pero aún así podía verla a través de ellos y no paso más de un segundo para que las dos comenzaran a reír.
—Iré a correr—dijo Isa levantándose del suelo.
—Suerte, que no te coman los lobos—
bromeo su amiga.
El pueblo en el que vivía era tranquilo, rara vez se oía una tragedia o chisme interesante. La monotonía lideraba su vida como la de todos en ese lugar, no esperaba que algo cambiara su vida de un día para el otro o que su pueblo se volviera un lugar divertido y con muchos misterios, pero un acontecimiento interesante no le vendría mal.
Mientras pasa corriendo por el frente de las casas de sus vecinos estos la saludaban. Las mismas personas de siempre, adultos con trabajos duros o ansianos con sus vidas realizadas.
—Hola, querida—la saludo su vecina de setenta años—¿Como va la elección de universidad?
La verdad era que ni siquiera había pensado en eso, aún que le dijera a todos que ya tenia algo seguro, no sabía que hacer con su vida todavía ¿Quería ser como todos ellos?¿Viviendo en este pueblo toda su vida o quería algo más? Y si era así, ¿Que era lo que realmente quería?
—Perfecto, tengo muchas opciones—le respondió a la anciana sin dejar de tratar.
—Tienes un gran futuro.
Futuro
Lo que más le aterraba era pensar en el. Siguió corriendo y aumentando su velocidad como si al hacerlo podría huir de el, de las decisiones que devia tomar, de un futuro que no quería afrontar o más bien a la realidad de que no saber que pasaría.
Corría para no pensar, pero aveces no podia huir de su propia mente.
No era una idiota, sabía que si elegía bien tendría una vida perfecta, tenia la oportunidad, la inteligencia y las habilidades necesarias para ser quien sea, entrar a la universidad que sea, pero...¿Eso era lo que quería para toda su vida?
Había pasado toda su vida tratando de ser alguien, de encontrar un propósito, algo que realmente quisiera hacer, por que amaba hacerlo. Quería más y no de una forma avariciosa, quería sentir por primera vez en su vida que realmente estaba viviendo.
Se detuvo por falta de aire frente a una tienda de electrodomésticos, en una de las vitrinas habia una enorme tele en el canal de noticias.
...nuevos cuerpos fueron encontrados en los callejones de la ciudad, sus identidades aún no han sido identificadas, pero los detectives al mando del caso están hacían su mayor esfuerzo para encontrar al causante...
—Es como las películas de detectives—dijo una persona juntos a ella—, pero no estamos en una película.
—Si, es toda una tragedia—comento Isa intentando ver el rostro la de persona.
Esta llevaba una capucha que cubría toda su cara.
—Espero que encuentren a los culpables—con eso dio como finalizada su corta conversación.
Le pareció extraña aquella persona, usualmente todos nos conocimos en el pueblo y a pesar de no ser la chica más social, podía recordar rostros, como también si alguien hiciese hablado de alguien nuevo en la ciudad.
Se aseguró de que sus zapatos estuvieran bien atados antes de seguir corriendo, pero su vista se desvió a un folleto que habían en el pido. ¿Se le había caído a ese sujeto?
Observo la portada, unas palabras resaltaban en el: "The Towers".
Algo le dijo que debía llevárselo con ella, lo guardo en uno de sus bolsillo y continuó con su recorrido.
........
—¿Hija?—pregunto su madre mientras entraba en su cuarto.
—¿Que pasa?
—Quería hable sobre la universidad—confeso sentándose en la cama—. Pienso que talvez ya es hora de que...—no termino de hablar, su atención fue hacia un papel junto a ella—¿De donde sacaste este folleto?
—Lo encontré en el suelo cuando salí a correr.
La mirada de su madre fue de terror.
—Debemos ir—comento sin más.
—¿Qué?—le pregunto sin entender.
—Si, es una linda academia, además es escuela en donde estudió tu padre, talvez te gustaría estar ahí.
Cada vez que lo nombraba algo dentro de Isa quería sentir algo por él, pero la verdad era que desde pequeña que no lo veía. No tenia recuerdos, ni siquiera el de su rostros.
Conocerlo a esta altura de su vida no era algo que quisiera hacer.
—Mamá no lo estarás considerando realmente, ¿cierto?—di que estás bromeando, di que estás bromeando. Repitió una otra vez esperando que se hiciera realidad aún sabiendo que su madre no era una mujer que suele decir algo a la ligera.
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Editado: 22.02.2022