Fire on Fire, Sam Smith
Alya
Página 280, capitulo 16.
Las voces en mi mente me susurran una y otra vez que salga de inmediato, que huya cual ladrona se ha llevado la corona más valiosa de Dinasty.
Pero mi corazón me dice quédate, algo esta por pasar.
Y sin pensarlo mucho, me quedo.
El reflejo de mi persona en el espejo es digno de admirar.
El disfraz que llevo puesto es tan hermoso… no tengo palabras para describir lo suave que es la tela, las delicadas plumas que sobresalen, el diseño, todo.
Me sorprendió que sea de mi talla, es como si todos en el palacio sabiesen que vendría.
Tomo la máscara entre mis dedos y la coloco en mi rostro.
Parezco otra persona.
Cuando estoy a punto de llamar a la Luna, un toque me detiene.
—Veo que esta lista. —me dice Sarius en la puerta— La mayoría de los invitados ya están dentro del palacio, tan solo falta tu presencia querida.
—¿Por qué no estas vestida? —pregunto acercándome a ella.
—Mi presencia es insignificante ahí dentro. Necesitas ir y demostrar lo que nadie quiere ver. Así que andando. —me toma dl brazo y nos dirigimos al salón de fiestas.
En la puerta se encuentran dos guardias, quienes en cuanto me ven, no dudan en abrir la puerta y darme paso a la fiesta que todo Dinasty ansiaba.
Todas las miradas se posan en mí, y enseguida noto que soy la única persona vestida de negro. Los murmullos comienzan a salir a flote mientras bajo por las escaleras, y entre ellos uno llama mi atención.
“¿Por ella nos prohibieron el negro?” “Que absurdo”
Sin hacer tanto caso, sigo mi camino y me posiciono al final de las escañeras, mirando a todos de manera interrogatorio.
Todos guardan silencio y miran atrás de mí, sorprendidos. Giro mi mirada y lo veo a él.
Vestido de negro.
Nota mi presencia y sonríe de lado.
Como si verme fuera lo que más anhelaba.
Greg
La veo en el comienzo de las escaleras.
Se ve hermosa.
Siempre se ha visto hermosa. Pero esta vez… el vestido le quedo justo a la medida, tal y como lo imagine.
Comienzo a bajar las escaleras y enseguida noto que todos han hecho lo que dictamine para esta noche.
Nadie de negro.
A excepción de dos personas.
Ella y yo.
Llego al penúltimo escalón y la miro con total indiferencia, la sonrisa al llegar salió sin esperarlo y se que lo noto.
Esta tensa y nerviosa, puedo notarlo por su respiración.
Sin esperar palabra alguna, paso a su lado como un completo desconocido me dirijo hacia la barra que han montado de improvisto.
La música comienza a sobar de repente, dando así el inicio de tan esperado baile.
Observo como los invitados comienzan a dispersarse y a entablar conversaciones que los favorezcan económicamente.
Pasan los minutos y llega Athenea. Mi madre y reina.
Es encriptada por mujeres que solo buscan un poco de atención para después presumir que son amigas intimas de la reina. Lo mismo de siempre.
Una vez logra liberarse de tales aprovechadas, se acerca a mí, y con una sonrisa llena de amor y tortura, susurra: —Se ve hermosa, el vestido que has elegido le queda de maravilla. No dudo en que llegue a ser una excelente monarca el día de mañana.
—No te adelantes antes de tiempo. Sabes lo que hizo, y que si el consejo se llega a enterar no habrá perdón…
—Si se llega a enterar, tu lo has dicho. Pero no creo que sea así. Tan solo hay que esperar que pase el tiempo, y después anunciar nuestro matrimonio. —dice tomando una copa. —Y a todo esto, ¿Dónde está ella?
La busco con la mirada y la encuentro en un rincón observando todo con los brillantes.
Nadie puede reconocerla por la máscara, y agradezco que sea así.
—Ahí está. —dice madre a mi lado— Mírala, está ahí solita como un conejito siendo casado por semejante depredador. Me da ternura.
Escucharla decir eso hace que sonría.
—Anda, ve al centro del salón. —me empuja levemente.
—¿Qué estas a punto de hacer?
—¿Yo? —asiento— Ayudarlos. Ve al centro, por favor.
Asiento y me dirijo hacia donde me ha indicado. Al estar ahí, noto como mi madre se acerca a una chica que lleva copas a los invitados y le susurra al oído, a lo cual dicha persona asiente y solo observo como se acerca a Sophie.
Alya
—Señorita, su presencia es requerida en el centro del salón. —me dice una chica amable.
—Eh… creo que se esta confundiendo. —susurro.
—No lo creo, por favor valla allá si no quiere ir a mi funeral el día d mañana.
Abro los ojos como platos y asustada le hago caso.
Caminó entre todos hasta posicionarme en el centro, en donde soy interceptada por Greg, quien con ojos brillando, me da una leve inclinación de cabeza, y al mismo tiempo, una melodía comienza a sonar provocando que solo nos dejen en el centro.
—Pensé que eras mas educada. —enseguida entiendo a que se refiere, y hago una reverencia.
—Lo siento. Pero no estoy entendiendo nada.
—Si no me dices no me doy cuenta. —suspira— Comencemos a bailar. —se acerca a mi y posiciona una mano en mi cintura ejerciendo un poco de presión, mientras que con la otra toma mi mano y comenzamos a bailar.
Fire on fire would normally kill us
But this much desire, together, we're winners
They say that we're out of control and some say we're sinners
But don't let them ruin our beautiful rhythms
'Cause when you unfold me and tell me you love me
And look in my eyes
You are perfection, my only direction
It's fire on fire, mmm
It's fire on fire
Bailamos al compás de la música sin apartar la mirada en ningún momento. Dejándonos llevar por la dirección que nuestros corazones dictaminan. Tenemos toda la atención de las personas en el palacio, pero nada de eso importa en este momento.