Día 20
Nessa:
No estoy contenta con lo que he quedado con Jake. Odio tener que decir que tiene razón sobre lo que ha dicho. Decirle «No» a Xander no ha sido la mejor idea que he tenido en este poco tiempo que llevo en su casa. He venido a su casa porque necesito su ayuda con algunas cosas ya que no puedo pedírselo a Elian, pedirselo cuando está enojado conmigo sería inutil. No me haría caso.
Pensé que decirle una vez más sobre que no estoy de acuerdo con sus planes haría que por fin entendiera mi decisión. No lo pensé bien, no pensé en las consecuencias que esto podría haberme traído y ahora las sufro. Fui descuidada, dejé que esto me pasara. Y es mi culpa.
—Sigo sin saber muy bien porque no quieres. —Dice antes, como si fuera una advertencia y no lo es.
Doy pasos hacia atrás, sin ver. Solo estoy con cuidado de no tocar a Xander, porque seguro que lo molestaría si pusiera una de mis manos sobre él para apartarlo. No estoy dispuesta a saber que más va a hacer. Tiene esa cara que conozco por lo menos un poco. Está molesto y cualquier cosa podría hacer a pasar los límites que se pone. Solo lo he visto una vez así y fue en un evento al que fuimos juntos por primera vez, siendo pareja. De lo que me ha contado es que tenía cosas en mente desde días atrás, se fueron acumulando y con la mínima cosa que le pasó lo hizo estallar.
Ahora en lo que solo pienso es que en realidad le importa Yeisy y no de manera sana. De sus ojos puedo ver la furia que le causa verme negar con la cabeza enfrente de él, con descaro. —así lo llamaría él—.
Pensar en lo que tiene en mente no me gusta. Podría imaginarme que me podría hacer en este momento. Cualquier cosa que piense, seguro que lo lograría. Estoy tan cerca de él, no hay posibilidad de escapar en esta posición. De alguna manera tengo que tranquilizarlo, para que pueda dejarme ir.
Cada vez que intento tocarlo para alejarlo, me empuja más contra la pared, dejándonos a más corta distancia. Siento su respiración en mi piel, seguro que también siente la mía. Esto se siente como en los viejos tiempos y me gusta, de cierta manera me hace creer que no me hará nada. Aunque me guste, también puedo sentir el miedo de no saber qué podría pasar si insisto en separarlo.
—¿Por qué te hiciste pelirroja de nuevo? —me dice, separándose un poco y yo me relajo un poco.
—Me gusta así —me atrevo a decir, pero solo en voz baja.
—Creí que te dejaba en claro que eres ya parte de nuestro grupo —pensé que no me escucharía.
—Y yo te dije que no quiero. —Le respondo, esperando alguna reacción fuera de lugar. No hace nada que me ponga en alerta. Solo sigue observando de arriba abajo.
—¿Sabes? Te pareces a ella. Te pones igual que ella en este aspecto, me observas como ella…—Por un momento intento saber a quién se refiere. Luego se me viene a la mente las palabras que han salido de la boca de Jake hace unos días «Está obsesionado con Yeisy» —, te vistes como ella, hablas como ella. Podría pensar que eres ella.
—Somos muy diferentes.
—Eso dices tú —. Durante unos momentos permanecemos sin hablar nada, solo darnos miradas. Yo lo miro con cierta calma, justo lo que quiero que identifique, para que pueda saber que no me aterra que estemos así. —. ¿Alguna vez has pensado en volver conmigo? —Jamás pensé que me diría algo así. Siendo sincera, si que lo he pensado. Estar con él de nuevo me solucionaría cosas que estoy pasando ahora. Tal vez si siguieramos juntos no estaría aquí, siendo presionada para decir que si a todo ese lío. No contesto. Lo miro a los ojos y dejo que pasen segundos en silencio. Me sigue el juego de las miradas—. Si que lo has pensado, ¿verdad? —intuye. No me atrevo a decir ninguna palabra. Dejaré que haga sus propias conclusiones para ver a dónde nos lleva. — ¿Qué harías si en este momento te digo que hay oportunidad? —No me atrevería a regresar con él. Elian y yo estamos comprometidos, lo quiero a pesar de sus defectos como persona. Pero si tengo que elegir entre la oportunidad de irme por solo decir que sí, y entre estar en peligro por decir que no, entonces me veré obligada a asentir para que me deje de una vez por todas.
—No lo sé —digo, aunque en el fondo sé que haría todo lo que fuera para solo irme.
—Si lo sabes —habla después de un largo tiempo, que en realidad fueron pocos segundos —. Seguro que si.
Bien, ¿quiero salir de aquí? Si, si y si. Tengo que decir o hacer algo que haga que me deje ir en cuestión de segundos. No tengo ni idea de qué podría ser eso que necesito. Necesito poner más esfuerzo en pensar una idea.
Estoy segura de que a estas alturas Elian debe de haberse dado cuenta de que no estoy en casa. No le he dejado una nota, no le he dejado un mensaje y no creo que hacerlo ahora haga que Elian no se enoje conmigo, más que nada porque ha sido a escondidas.
Mi teléfono comienza a vibrar, lo tengo en una de mis manos. Creo que puedo darme una idea de quien a pesar de que no he visto de quien se trata. No creo que haga falta mirar. Son las once de la noche. Me he escapado. No he dejado nota. Es Elian sin duda.
—Me tengo que ir. —le hago saber.
—No he dicho que te puedas ir —me hace saber como si fuera lo más obvio —. No he terminado.