Que carreta tan movida, ya me dieron ganas de vomitar. Mejor le preguntó al comerciante si puede frenar.
«Emm.... Disculpe, podríamos frenar un rato.... creo que estoy a punto de vomitar.»
«Claro, muchacho, descarga todo en aquel árbol.»
«Muchas graci-UHMM»
Rápidamente corro al árbol y dejó salir todo lo que tenía en el estómago.
Dejó salir un suspiro de tranquilidad mientras pienso en lo odioso que es viajar en carretas.
Pero bueno.... así son las aventuras, hay que acostumbrarse.
Vuelvo con el comerciante y le digo que ya podemos continuar el viaje.
Mientras manejaba se reía de mí haciéndome burla.
«Avísame si necesitas que frene de nuevo, no quiero que me vomites la carreta.»
Con una risa un poco forzada me masajeo el estómago para aliviar un poco las ganas de vomitar.
Ya van pasando 4 horas de viaje y logré aguantar lo más que pude.
Mientras miraba al cielo note a lo lejos, entre las nubes, una especie de palo.
¿Qué es eso? Parece una.... ¿rama?
Me acerco al comerciante para preguntarle qué es esa rama a lo lejos.
«Ooh, así que lo puedes ver.... Esa rama que viste, muchacho, esa es una de las ramas de Yggdrasil, el árbol de la vida. Se dice que allí habitan los elfos. Como son muy pocos los que se ven caminar por ahí, nadie sabe cómo llegar al árbol.»
Guau.... Yggdrasil, el árbol de la vida, elfos y lugar que pocos conocen, pero.... hay algo que me desconcierta...
«Señor, ¿Por qué dijiste que lo puedo ver? ¿Es algo extraño que alguien lo logre ver?»
Con una sonrisa miró al frente y me explicó.
«Sabes, chico, es muy extraño que alguien pueda ver el árbol, se dice que muchas personas pasaron a lado del Yggdrasil, pero nadie lo vio nunca.»
«¿Cómo es que saben que pasaron a lado del Yggdrasil si no lo ven?»
«La mayoría de personas dicen que vieron a varios elfos merodear por la zona, otros dicen que les cayó un fruto de Yggdrasil. Las respuestas varían, pero la más creíble hasta ahora es la del avistamiento de los elfos.»
«Tiene sentido, si el árbol es invisible para la mayoría también lo tiene que ser sus frutos, sino, ya habrían encontrado una forma de llegar ahí.»
«Exactamente, así que, por eso aún no hay una respuesta exacta de cómo verlo.»
«¿Y las personas que pueden verlo? ¿Por qué es eso?»
«También hay varias respuestas para ello, que si tienen sangre élfica, que si te haces amigo de un elfo él puede ayudarte a verlo y la que más tiene sentido y pega contigo es que hay personas con ojos especiales.»
«¿Ojos especiales?»
«Sí, chico, tus ojos son sumamente raros de ver, creo que solo existe una familia con ese color de ojos. Lo raro es que creí que habían dejado de existir.»
Hmm.... que extraño, mi madre tiene ese color de ojos, pero nunca vi a mis abuelos o algún familiar de ella...
«No estoy seguro del por qué, pero mi madre tambien tiene estos ojos y ahora que lo pienso nunca conocí a mis abuelos o otros familiares de su parte.»
«Oooh, con razón, no estoy seguro, pero creo que ella es la única sobreviviente de su sangre, o lo era porque ahora estás tú también.»
Le sonreí y le pregunté sobre por qué estos ojos pueden ver el Yggdrasil.
«Escuché y leí bastantes historias sobre los ojos dorados, dicen que puede ver más allá de lo normal. Cosas que hubieran deseado nunca ver o cosas extraordinarias que no podrían explicarle a nadie porque lo llamarían loco. Tus ojos son tan especiales que hasta la persona menos avariciosa quisiera tener, muchos dicen que algunos duques o hasta reyes mandaban a cazarlos para obtener sus ojos, o bueno, así era hace muchos años.»
Confuso y atemorizado le pregunto que tan especiales son mis ojos en esta época.
«Con la supuesta desaparición repentina de su familia ya no hay tanto peligro como en aquellos tiempos, tampoco te estoy diciendo que es todo paz porque ni bien se enteren que aun existen esos ojos, las personas mas importantes se empezaran a mover, pero claro que es si los llega a ver alguna persona importante, así que, tenlo en mente si piensas llegar lejos en esto de las aventuras.»
«Claro, muchas gracias por contarme todo esto, es interesante saberlo. Creo que ya tengo una meta a la cual completar.»
Mirándome con una sonrisa cálida me alienta a intentarlo.
Ya pasó 1 hora desde aquel momento y estamos a punto de llegar a la aldea. Después de toda la charla que tuvimos mi mareo se calmó y pude viajar sin inconvenientes.
Ya nos acercamos a la aldea. A lo lejos se ven árboles con hojas rosas que según el comerciante se llaman árboles de cerezos.
Son tan hermosos estos árboles que podría quedarme a vivir en este lugar para poder verlos cada día que me levanto.
Ni bien pasamos la puerta me bajé de la carreta y me despedí del comerciante. Antes de irme, el comerciante me contó que cerca hay una posada para quedarme, así que me dirigí hacia ahí.
Mientras caminaba hacia la posada no paraba de detenerme en puestos de comida. La ciudad estaba tan animada que me daban ganas de hacer de todo, así que aproveché a conocer el lugar mientras llegaba.
Fuh.... Tengo la bolsa llena de cosas de decoración, supongo que se lo daré de regalo a mis padres. Por lo menos llegué a la posada, ya es de noche así que llegué en un buen momento.
Me acerco a la recepción y le habló a la mujer que está ahí.
«Buenas noches, joven. ¿Quiere una habitación o solo cenar?»
«Buenas noches, señora. Una habitación, por favor, ya estoy lleno para más comida....»
Soltando una risa me da una llave y me explica donde tengo que ir.
«Bueno, tu habitación es la número 24. Acuérdate de siempre que dejes la posada, avisarme y darme la llave, para cuando vuelvas te las dé nuevamente.»
«Está bien, señora. Que tenga buenas noches.»