Un café y la sonrisa de ella

Introducción

Mi nombre es Zoe Gilardino, y soy una mujer de 28 años, la combinación de mi nombre proviene de un acuerdo entre mis padres, el Sr. Alonzo Gilardino, un descendiente italiano y mi madre Isabella Alamar un alma libre que mi padre atrapo, Zoe significa “Vida”, para una niña ese nombre es el ideal, sobre todo para mí, realmente gozaba de la vida, cosas simples me hacían feliz, como hacer burbujas con jabón, brincar en las camas elásticas hasta cansarme, inhalar helio y bañarme, durar largas horas en una bañera, cosas que como les digo, son simples pero hasta hoy, disfruto tanto, continuando con mi vida adulta.

La mayoría de las personas me describe como una persona complicada, pero si supieran que lo más complicado es reconocer que lo soy, y luchar contra mi propia personalidad para facilitar mi vida y no estarme fijando en pequeñeces que me molestan tanto, como una blusa arrugada pero a la vez decir que odio con todo mi ser planchar ropa, o que me encanta cocinar pero odio lavar platos, que me encantan los jardines verdes con muchas flores pero que soy incapaz de regar una planta, que odio el maltrato animal pero no puedo dejar de comer carne, con un toque de humor negro y sarcástico y un carácter fuerte, pero a la vez delicado y sutil.

Convertida en publicista, trabajaba para una compañía llamada “Representaciones Harvest”, es una empresa que se dedicaba a representar nuevos talentos, el dueño, el señor James Jones venia de Carolina del Norte.

No diré que mi historia no es la típica “Historia de Amor”, porque tal vez si lo sea, cual es la diferencia entre mi historia y las demás?, bueno, por el simple hecho de que cada historia de amor es única en su especie, y cada corazón es impulsado a latir por motivos diferentes en cada uno de nosotros, cuántas veces hemos escuchado hablar de corazones rotos, adulterio, abandonos, y un sin fin de repetidas ocasiones en las que escuchamos la frase más usada: “No eres tú, soy yo”?. Pero con todo esto, cada historia es diferente.

En ocasiones las personas, en determinado tiempo o entrando a cierta edad, nos comenzamos a ilusionar con algún día encontrar a la persona indicada que nos dé lindos bebes y una vida marital inigualable.

No siempre tenemos que perseguir el amor, muchas veces este nos alcanza solo para jugar con nosotros, pero hay otras cosas que aradecer, porque que clase de cristianos seríamos si no agradecemos un día más?... Diría la abuela.

La vida ha sido noble conmigo en todos los aspectos, dándomelo todo, una familia buena y acomodada, unos amigos dementes como yo, belleza física, buena educación, y no me refiero a la que te dan en la escuela, me refiero a esa que se aprende en casa y en las calles, desde siempre mis abuelos y mis padres no han dejado de recordarme lo afortunada que soy al tener esta vida. Así es, era un maldito conejo revoloteando de felicidad en el bosque, pero con todo y eso, en el camino nos vamos ensañando con la vida, y hasta a los conejos se los puede comer un lobo.



#33260 en Novela romántica

En el texto hay: perdida, decepción, ternura

Editado: 18.08.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.