Un crucero, tú y yo... ¡piénsalo!

Lunes 18 de abril de 2011

El vuelo sale a las 8 a.m., así que nos tenemos que ir pronto. Hacemos check out en el hotel. Llegamos al aeropuerto y hacemos la fila de American Airlines para el check in. Busco a mi alrededor por si de casualidad hay alguien conocido cerca, pero no. Entramos a la puerta de embarque y la depresión me contagia. No puedo creer que ya es todo. Que estoy aquí. Qué deprimente.

Nos subimos al avión. Duermo todo el camino, hasta que…: “Bienvenidos al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar”. Lo más deprimente que he escuchado el día de hoy.

Recogemos nuestras maletas y nos subimos al taxi que nos lleva a casa de papá.

Caracas, dulce y jodida Caracas. Tanto que luché contra la corriente por no irme y ahora no quiero estar aquí. Coño. Detesto esto. Es karma, no hay otra.

Llegamos a casa de papá y mamá viene por nosotros. En el carro pregunta cómo nos fue y no respondo. No puedo decir nada. Siento que voy a llorar si hablo.

Chiqui nos recibe como de costumbre, con mucha emoción. La abrazo y lloro. No sé ni por qué lloro, pero no puedo evitarlo. La quiero mucho y a la vez estoy muy triste. Me encierro en mi cuarto. Lloro como si alguien hubiera muerto. No logro parar por nada. Me quedo dormida en la lloradera.

Me levanto a eso de las 8:00 p.m. Prendo mi laptop y me conecto a Facebook. Tengo una solicitud de amistad: Ro Fte. ¡ES ÉL! Lo acepto sin pensar. No pasa ni un segundo y abro la conversación con él. ¿Le escribo? ¿Espero que me escriba? ¿Me veré muy desesperada si le escribo yo? Mierda. ¿Qué hago?

En mi espera de no saber qué hacer, me llega un mensaje en el chat del Facebook.

Ro Fte: ¿Qué dirías si te propongo que nos escapemos? Porque no puedo estar sin ti ni un minuto más.

Mi corazón de acelera.

Luli: Depende, ¿solos tú y yo?, ¿para siempre?

Ro Fte: Mejor te hago una propuesta indecente.

Muero de la emoción al ver que es él quien escribe. Se me salen las lágrimas entre la tristeza de estar lejos y la felicidad de saber que está del otro lado de la pantalla.

Luli: A ver, te escucho.

Ro Fte: ¿Y si mejor hacemos algo viejo, de una forma nueva?

Luli: Me gusta la idea, pero ¿cómo es eso?, ¿o qué es?

Ro Fte: …Pues…¿Y si nos vamos?

Luli: ¿Nos vamos? ¿A dónde?

Ro Fte: A un crucero, tú y yo… sin que nadie nos moleste.

Ro Fte: ¡Piénsalo!

 

 

Escríbeme por IG @nenimanzanilla, para conocer más sobre esta historia real.




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