He intentado evitar a toda costa a Abel, a Dante y su grupo, al Sr. Smith y toda persona cercana a ellos y aunque ha costado, he conseguido acabar la semana.
Me levanto de la cama después de estar acurrucada mirando a la pared, ahogada en mis propias lágrimas. No voy a negar que no tengo ganas de afrontar el sábado, solo quedarme encerrada en mí misma, sin que nadie interrumpa.
Miro a la puerta al escuchar su crujido. De ella se asoma la cabeza Aiden, el pequeño de la familia y el único ser que hace que todo lo que sienta sea menos triste.
一Buenos días tati一Sonrío al ver como intenta por sí solo decir las palabras sin fallar一. Vamos a de...desayu...desayunar.
一Aiden, ven aquí一Abrazado su manta, se acerca a mí lo más rápido que sus piernecitas le deja一. Ya estás muy mayor.
一Tengo ya tes añitos一Río al ver como en su mano señala cinco, algo dudoso一. Quiero cole y amigos.
El año que viene comenzará infantil y yo solo deseo que él sea feliz. Que no se repita la historia. No con el no...
一Vamos a la cocina a desayunar.
Me pongo en pie y lo cojo en brazos haciéndole cosquillas por todo su cuerpo. No para de moverse de la propia risa y paro por miedo a que se caiga o se haga daño.
Entramos a la cocina y veo que Joan se levanta al vernos entrar. No dice nada, solo se queda mirándome como si quisiera decirme muchas cosas y no fuese capaz de decir media palabra.
一Quieras o no hablare contigo一Me estremezco al escuchar su voz fría y seria一. Soy tu hermano mayor y no voy a permi...
No acaba la frase.
No le hace falta.
Nos quedamos solos, por lo cual comienzo a prepararle el desayuno al pequeño. No puedo quitarme de la cabeza su extraño comportamiento. Siempre ha sido serio, algo distante con la gente de fuera, pero en casa es distinto, rompiendo la coraza que se ha creado.
一Buenos días mis cielos一Entran papá y mamá... ¿más contentos de lo normal? Mejor no darle mucha importancia, supongo一. Que madrugadores a pesar de no haber clase.
一¿Y Joan?一Encojo los hombros y me siento comenzando a desayunar一Se ha ido.
一Esta raro, pero no quiere hablar.
Antes todo problema se solucionaba hablando entre los cuatro, pero fuimos creciendo, Joan no es el mismo y yo cada vez me refugio en mi, por miedo hacer daño a ellos.
Pero se que aunque no quiera, tengo que enfrentarme a él.
Llevo todo el día encerrada haciendo trabajos, lo cual estoy cansada y con mucho dolor de cabeza. Quiero parar, quiero intentar descansar pero la gran mayoría tengo que mandarlos a Dante antes de que se haga de noche.
Me siento inútil, débil, estúpida... Debería ser capaz de enfrentarme a él, no dejarme influenciar por el miedo y no cargar con más trabajos de los que tengo por mi cuenta.
No tiene sentido hacer nada, aguanta Leah, pronto acabará esto...
Tengo ganas de llorar. Toda esta presión hace que me sienta más nerviosa y con mucha más ansiedad de la normal, pero en casa, con todos en despiertos, no puedo permitirme sufrir otro ataque.
Apoyo la espalda lo máximo a la silla, aprieto los puños hasta provocar que las palmas de mi mano duelan. Intento controlar mi respiración a pesar de empezar a descontrolarse, haciendo que todo mis esfuerzos por no llorar, se desborde.
一Leah一Miro de reojo, haciendo que me desconcentre de mi respiración一. Joder Leah.
Joan entra cerrando la puerta, sin hacer ruido. No quiere preocupar a nadie, cosa que le agradezco.
Tira de mí, hasta tumbarme en la cama. Me coge de las dos manos abriéndome las palmas y comienza a guiarme para poder respirar bien. Al principio me cuesta, pero poco a poco lo consigo, volviendo en mi.
一¿Mejor?一Observo su cara de preocupación. No miento cuando digo que es la primera vez que lo veo así.
Asiento despacio. Me duele mucho la cabeza y comienzo a marearme a causa de tanto esfuerzo. Siento mi cuerpo pesado, sin fuerzas. Solo quiero dormir, pero no quiero quedarme sola.
一Debes descansar一Le agarro fuerte la mano, por miedo a que se vaya y quedarme sola otra vez一. Cierra los ojos y duerme un poco. Yo me quedaré aquí protegiéndote oso pooh.
一Hace muchos años que no me llamas así一Me pongo de medio lado encontrándome cara a cara con el一. Me gustaba mucho cuando me llamabas así...
一Bueno... no te acostumbres eh一Se ríe tranquilo. Todo aquello me resulta extraño, pero me relaja. En el fondo no es la persona fría que veo día tras día一. Leah... ¿desde cuándo sufres estos ataques de ansiedad?
一Solo es estrés por los finales一Vuelvo a ponerme boca arriba一. Cuando acabe...
一Oso Pooh, te conozco desde que saliste de mamá y se que eso no es estrés一De nuevo mis ganas de llorar se posan en mi一. Lo que más me duele es que no confíes en mí y me cuentes lo que te pasa.
一Cómo confiar en ti si te has convertido en un bloque de hielo, incapaz de ver cómo te comportas con los demás.
Suelta una carcajada, pero no de las prepotentes y chulescas que estoy acostumbrada a escuchar. Suena triste, como si le acabase de clavar un puñal.
一Tu tampoco te quedas atrás mintiendo a mamá y papá, mostrando que todo es genial一Todo lo bonito, se convierte en lanzamiento de cuchillos entre nosotros一. Cuando descubran lo que escondes, ¿cómo piensas que se lo tomarán? Ellos no han hecho nada malo como para que no confíes en ellos... para que lo mientas.
一No estoy ocultando nada一Ahogo mis lágrimas.
一Por eso tienes ansiedad desde hace años一Le miro sorprendida ante su respuesta一¿Te creías que no escuchaba llorando por las noches? ¿Qué no veía como te quedabas durante horas mirando al cielo por las noches llorando? Joder Leah, estoy pared con pared y precisamente gruesas no son.
一Joan, vete de mi habitación.
Cierro los ojos, me giro dándole la espalda y me muerdo la lengua para evitar gritarle. No quiero montar un escándalo en este momento, no tengo fuerzas para eso.