Un respiro al corazón.

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Nydia.

 

 

A los 10 años de edad aprendí que el momento es el ahora, que el tiempo pasa lo demasiado rápido y en un abrir y cerrar de ojos todo cambia. De hecho fue en una pequeña habitación de cuatro paredes blancas, con una muy amigable enfermera, un sonriente doctor y mis padres, que entendí aquello.

 

 

No sabía lo que pasaba o ¿por qué estaba pasándome? Solo quería que dejara de doler, necesitaba salir de aquí lo antes posible e ir por mi disfraz de Spiderman.

 

 

-Vas a estar bien, ¿ok, mi amor? Todo saldrá bien.

 

—Mami, haz que pare, por favor.

 

—El doctor vendrá y te dará algo para que dolor desaparezca, luego tu hermana, papá, tú y yo iremos a comprar tus macarrones favoritos.

 

—¿También iremos por mi disfraz?

 

 

Soltó una risa jovial que muchas veces había visto y la hacían lucir hermosa. Llevo una mano hacia mi cabello acariciándolo suavemente, hice un pequeño puchero sintiendo como las lagrimas caían por mis mejillas y terminaban mojando la bata blanca con pequeños conejos dibujados en ella.

 

 

—¿Dónde está papá?

 

—Él está...

 

—Aquí estoy, pulga, ¿cómo te sientes?

 

—Duele, duele mucho, por favor quítame el dolor.

 

 

Se acercó a la camilla sentándose en la silla que estaba a un lado, tomo mi mano entre la suyas alzando la vista hacia mi.

 

Entre lágrimas sonrió sin dejar de acariciar mi mano, al escuchar que alguien más había llegado apartó la vista de mi dirigiéndola hacia el hombre con bata blanca que se encontraba en la puerta.

 

 

-Señores Smith, soy el Doctor Cohen, médico pediatra del NMC, y seré el médico de Nydia —estiró su mano hacia mamá saludándola y después hacer lo mismo con papá —hola pequeña, ¿cómo te sientes?

 

 

Hice una mueca cerrando mis ojos con fuerza al sentir otra vez el dolor en mi pecho.— me duele mucho pero, mi mami dice que me dará algo y dejará de doler ¿verdad?

 

Se acercó para revisarme con el aparato que traía colgando en su cuello, lo acerco a mi pecho llevando los extremos a cada uno de sus oídos, creo que par escuchar mi corazón .— Llamaré a una enfermera que vendrá a darte algo para el dolor, después tus papás y tú podrán irse a casa.

 

 

—Iremos por un disfraz de Spiderman, para la fiesta de un amigo —eso lo hizo reír dando un leve asentimiento con su cabeza.

 

 

—Estoy seguro de que te verás muy bien con ese disfraz.

 

Moví con nerviosismo los dedos de mi mano sobre mi regazo cuando la puerta volvió a abrirse dejando ver a una pequeña mujer vestida por completo de azul, excepto su blusa que era de color blanco con dibujos de cangrejos y caracoles de mar.

 

 

—Doctor Cohen, aquí traje el medicamento para la paciente.—señaló unos pequeños frascos con líquido transparente y una jeringa.

 

 

—Nydia, ella es la enfermera Julie, te dará algo que ayude con tu dolor.

 

—¿Le gusta la sirenita?— pregunté señalando su blusa con los pequeños dibujos.

 

 

—Si, aunque mi favorita es la bella durmiente.— murmuro caminando hacia mi con la jeringa preparada con el medicamento, tomo un extremo de un pequeño tubo que estaba conectado a mi brazo para inyectar y dejar que el líquido entrara en mi cuerpo.

 

 

—Muy bien, en breve sentirás como el dolor disminuye, después de eso podrás irte.

 

—Los resultados del examen  que pidió para la paciente.— Julie extendió una carpeta para después quitarse los guantes que traía y salir de la habitación.

 

El dolor en mi pecho disminuyó de a poco haciéndome poder respirar mejor al igual que  mi cabeza dejo de doler, con el malestar cediendo comencé a sentir sueño, así que mis párpados estaban sintiéndose pesados.

 

 

—¿Todo bien con mi pequeña, Doctor?— era la voz de mamá, se escuchaba tranquila aunque también un poco ansiosa.

 

—Me gustaría darles una respuesta alentadora pero, lamento que no es así.

 

—¿Qué está mal con Nydia?— papá se separó de mi lado para seguramente ir con mamá y el doctor.

 

—Los exámenes que mande a realizar eran para asegurarme que sus pulmones estuvieran bien y fuera algo más lo que causaba el dolor de su pecho.

 

—Entonces, ¿sus pulmones están fallando?

 

—No, al parecer están funcionando correctamente, están fuera de peligro. Lo que me preocupa es que los resultaron mostraron una baja en sus glóbulos blancos.

 

 

¿Glóbulos blancos? ¿Tenía globos de colores dentro de mi cuerpo? No sabía qué teníamos globos en nuestro interior, con razón mamá siempre le decía a papá que si comía demasiado se inflaría como globo ja ja ja ja.

 

—Significa que...

 

—¿Tiene cancer?

 

—Aún es muy pronto para dar ese diagnóstico pero, por lo que se muestra aquí, es probable...

 

—Está diciendo, ¿Qué ella podría...?— mamá suspiro dejando salir pequeños sollozos pero, ¿por qué lloraba? Si tenía globos en mi interior eso era genial, era como tener un súper poder.— ¿podría morir?

 

 

Sería como The Winter Soldier solo que en lugar del brazo metálico, yo tenía globos... espera ¿qué dijo? ¿Morir? Pero, yo no quería morir además no podía, tenía que ir al cumpleaños de Ottis.

 

 

—Debo hacer más estudios y análisis, ver su progreso en los próximos días pero, si coinciden con estos primeros resultados, tendrá que someterse a quimioterapia lo antes posible.

 

 

Me sentía más dormida que despierta, todo lo que decían se escuchaba confuso y no entendía algo de lo que ellos hablaban pero parecía ser algo serio, antes de caer dormida por completo sentí que alguien tomó mi mano entre la suya dejando un beso en el dorso, sin soltar mi mano llevo una hacia mi cabeza acariciando suavemente mi cabello como si tuviera miedo a despertarme.




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