Toda la semana nos la pasamos entrenando, ya casi consigue los trucos. El bufete Scott me ha colaborado manejándolo mientras yo estoy con Salome y María, ya son las 1500, no demora en llegar Scott, no sé porque Salome está nerviosa.
- ¿Salome que tienes? - le pregunte saliendo de la cocina con un vaso de agua.
- Nada Sofía, ¿por qué? –
- Te noto nerviosa, por eso te pregunto
- Bueno es que….. como te digo… pues es que te acuerdas del muchacho el del restaurante
- Si-
- Me invito a salir, hemos estado hablando estos días- dijo algo sonrojada.
- ¿Y cuándo van a salir?
- Ahorita a las 16:00
- Y ¿tu papá sabe?
- No, ese es el problema, por eso estoy nerviosa
- Tranquila, ve y arréglate, yo me encardo de tu padre
- Enserio
- Si, anda ve a arreglarte
- Gracias- dijo abrazándome y subiendo a la habitación. Estoy esperando a Milagros y durmiendo a María ya que estos días a jugado mucho, pero duerme poco, cuando la logro dormir, la acuesto en la cuna y bajo cocina.
- Hola a mis mujeres hermosas- dijo Scott entrando a la casa, me acerco a él para saludarlo, apenas me ve me sonríe y le doy un beso – amor no hables tan duro por fin pude dormir a María- dije hablándole en el pegada a su oído cuando baja Salome con un vestido.
- ¿Y usted señorita para dónde va?
- Hola papá, es que… yo….
- Scott la niña tiene una cita- le dije sin más
- ¿Cómo?, y ¿quién te dio permiso?
- Yo- le dije dándole un beso en la mejilla se que esto sonara a chantaje pero conociéndolo no la dejara salir es de esos papás celosos posesivos.
- No, tu no vas a salir-
- papáaaa
- Scott, déjala ir – le dije dándole un cariñito y el entiende mi indirecta, se pone un poco rojo y carraspea
- ¿Si puedo salir? – dijo Salome mirándonos con cara de cachorrito regañado.
- Esta bien, pero a las 1900 te espero aquí, en punto
- Gracias papá- dijo Salome abrazándolo, luego se acercó a mi dándome un beso en la mejilla. Nos está agradeciendo cuando escuchamos el timbre, abro la puerta y me encuentro con el muchacho se ve simpático, con un jean y una camisa negra.
- Salome, ya llegaron por ti- sale ella y detrás Scott mirándolo mal, mientras me despido lo voy jalando entrándolo a la casa.
- Y ¿en qué este estábamos? - me dijo Scott dándome un beso en la boca y guiándome al sofá, me gusta como me besa este hombre, es muy lindo. Caminamos recostándonos en el sofá, ya saben que abra pasado entre nosotros, pero no es exactamente ya que la niña se despertó y no pudimos hacer nada. Scott subió a mirar a la niña mientras le preparo el tetero, me la conozco y tendrá hambre.
Veo bajar a Scott con la niña, quien está feliz de verlo, no se que tiene con el cabello de él, pero bajo con pinzas en la cabeza y me da risa, no puedo evitar reírme. El solo me fulmina con la mirada, pero a la vez se esta riendo de esta situación, llegan a la cocina y la recibo para darle el tetero, nos sentamos en el sofá para que sea más cómodo darle de comer a la niña, prendemos el televisor para mirar muñequitos mientras ella se toma el tetero, estoy concentrada mirándola cuando siento como Scott toma mi cara y me da un casto beso, lo miro devolviéndole el beso.
Estoy preparando la cena, mientras Scott esta con María jugando a la cocina, me siento un poco por los momentos que se abran perdido ellos dos, no me doy en qué momento sale volando la papa y me alcanzo a cortar el dedo, busco una curita para que me deje de salir sangre y no lastimarme más la herida. Escuchamos el timbre sonar, miro la hora y son las 18:30 esa debe ser Salome, escucho como Scott se levanta a abrir la puerta y si en la entrada estaba Salome con su amigo.
- Hola papá
- Hola hija, ¿Cómo te fue?
- Bien papá, mira te presento a Brayan
- Buenas tardes señor- escucho como el muchacho lo saluda mientras me voy acercando a la puerta
- ¿Te vas a quedar a cenar? - esta vez soy yo la que hablo, Scott me mira mal ya que no creo que el muchacho este cerca de su hija.
- No, no señora tranquila
- Hay vamos, no nos vas a negar esa invitación ¿Cierto? - digo esto de tal forma que el no rechace la invitación, quiero saber con quién está saliendo Salome.
- Está bien señora- ese señora me sonó como si le estuviera hablando a una abuela y eso me enoja se que tengo una hija pero eso no significa que ya tenga canas, golpe bajo chico digo en mi mente, mientras trato de mostrarle una sonrisa pero a la vez lo quiero acabar.
Todos pasan al comedor y se sientan mientras yo sirvo la cena, Salome ayuda pasando los platos y vasos, Scott tiene a María sentada en sus piernas mientras ella trata nuevamente de jugar con el cabello de él, pero este no es el momento indicado, para que ella haga eso, se siente la tensión en el comedor tanto que hasta la niña se va de ahí, hay si como dicen sálvese quien pueda.