Recuerdo a la perfección ese viernes 4 de Febrero— todavía no termino de asimilar lo que sucedió esa noche.
Nunca pensé que este tipo de cosas pudieran pasar aquí, pero pasó y siguen pasando... El recuerdo de ese día invade mi mente pero enseguida alejo a todos esos malos recuerdos.
Miro a los chicos que están conmigo en esta fría habitación de paredes grises y luz tenue, ninguno se ha atrevido a hablar desde que entramos aquí — y casi podría asegurar que todos estamos preguntándonos lo mismo ¿qué estamos haciendo aquí?— centro mi atención en el rubio que tengo delante de mí.
Ethan Collins, que su largo cabello, ojos azules y actitud de macho alfa no los engañe, este chico se caracteriza por meterse en problemas con la justicia—y no hablo de multas por exceso de velocidad—él es el principal surtidor de droga en Redmond High School , lo que todavía no se ha podido averiguar es si el también se mete la porquería que vende.
A su lado está Rachel Williams, la rubia bonita novia del capitán de fútbol americano, modelo y miembro del comité estudiantil —porque eso es lo que hacen las chicas populares, ¿no?—es una chica dulce pero algo que la diferencia un poco es que es inteligente, no es como el resto de sus amigos cabezas vacías.
Luego viene Jayden Brown, el carismático y divertido jugador de fútbol americano que sale con una porrista— lo típico, ya lo se—pero también forma parte del decathlon académico del instituto, este chico es muy bueno en matemática y física, debo admitir que es un genio resolviendo ejercicios.
Y Peter Johnson, el chico broma del instituto, siempre se la pasa diciendo chistes malos o haciendo el ridículo para divertir a las personas, debido a su actitud bromista y un tanto fuera de lo normal no tiene novia— o al menos eso es lo que dicen— muchos han llegado a decir que es gay pero solo son suposiciones, hipótesis sin bases. Este pelinegro entre broma y broma se a llegado a meter en serios problemas.
Y por último estoy yo, Mackenzie Maxwell, para ser sincera creo que solo me podría definir como la chica buena que no sale de su casa ni se mete en problemas—soy muy interesante, lo se —pero esa es la verdad.
Al lado de mí hay una silla vacía, alzo la mirada para ver a los demás y a juzgar por la expresión de sus rostros se que también se están preguntando lo mismo ¿falta alguien? ,cuando por fin me animo a decir algo la puerta de la pequeña habitación se abre dejando ver a una mujer de unos cincuenta años tal vez, viste un pantalón alto azul oscuro,un blusa blanca y sobre esta una chaqueta de juego con el pantalón, cierra la puerta detrás de ella pero se queda de pie en el mismos lugar, nos observa con detenimiento—esta situación ya me está comenzando a poner nerviosa— lleva una mano al interior de su chaqueta y saca una placa.
— Detective Clarie McKlein— nos enseña la pequeña placa junto a su carnet profesional.
—¿Qué hacemos aquí? —pregunta Rachel con cautela.
La detective guarda nuevamente sus identificaciones de la justicia y se cruza de brazos, sus ojos viajan desde Ethan, Rachel, Jayden, Peter y terminan en mí. Un escalofrío me recorre el cuerpo al momento en el que su génica mirada encuentra con la mía, rompe el contacto visual después de unos segundos y centra por un momento su atención en la silla vacía que hay a mi lado.
—Seré directa—habla finalmente— Se que todos ustedes ocultan algo— dice con voz firme— Y estoy aquí para descubrir la verdad.
Mi corazón comienza a acelerarse, siento como si acabarán de lanzarme un balde de agua fría. Miro a los demás que trantan de mantener una postura neutra pero Rachel mueve la mano con nerviosismo sobre su pierna, Jayden tiene cada músculo de su cuerpo tenso, Peter no deja de mover la pierna de arriba a abajo, Ethan es el único que tiene cara de poker y ningún indicio de miedo o nerviosismo se ve reflejado en el, y yo para tratar de mantenerme serena comienzo a jugar con el colgante de mi collar.
—Tengo seis historias diferentes, y sé perfectamente que hay...— deja la frase en el aire para intimidarnos pero ninguno de nosotros se atreve a mirarla, tenemos la vista puesta en el suelo— Una verdad y Cinco Mentiras
Al escuchar esas palabras inmediatamente dejo de jugar con mi collar, Rachel deja de mover la mano y Peter la pierna, levanto lentamente la mirada y me encuentro con unos penetrantes ojos azules.
Estoy jodida.
Holaaa
Espero que les este gustando la historia y se queden a leerla, no olviden votar y dejarme saber que piensa de ella.
Pueden seguirme en instagram como mariacanelon.of
Estaré publicando cosidas del libro por ahí.
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí...