Venganza de bachillerato

Capítulo 7 ~ Vida de chica común.

27 de agosto.

Durante las clases, anuncian un viaje al museo de la ciudad para el lunes 2 de septiembre. Supongo que será un viaje interesante, aunque no me emociona mucho, sí me agrada ir, pero no del todo.

Estoy mirando por la ventana mientras la directora hace el anuncio. Le estoy escuchando, pero creo que lo importante ya lo escuché. Ahora simplemente estoy pasando el rato... un poco aburrida. Hasta que Thalía se acerca a mí. —¿Qué pasa chica, está todo bien?—me pregunta mientras se agacha un poco para que la maestra no le vea, mientras la directora se retira de nuestro salón.

Volteó y sonrió. —Solo pensaba. Me agradó la idea de ir al Museo—contestó

Me mira con incredulidad. —Casi no te conozco, pero parece que algo te pasa... quizás estás aburrida. ¿Al finalizar las clases quieres ir con nosotras a beber café y charlar? —me invita.

Asiento. —Claro, me encantaría.

Ella sonríe y vuelve a su lugar.

<<Receso>>

Veo a Edén junto a sus amigos, charlando y hablando quién sabe de qué temas. Quizás de algún deporte o un juego en específico... no lo sé. Las chicas están en el comedor. Yo solo estoy sentada sosteniendo el libro "Boulevard", me lo recomendaron le estoy echando un vistazo, es una regla que todas las adolescentes y jóvenes lo lean, o eso parece.

Me sumerjo de nuevo en mi lectura, hasta que minutos después una chica llega silenciosamente y se sienta a mi lado.

Yo volteo y le sonrío. —¿Ya comiste?—pregunto.

Alejandra niega. —Solo tome unas galletas y fruta, ¿gustas?—me pregunta.

Me niego.

Comienza a comer su plátano. —¿Thalía te invito a tomar café junto a nosotras, cierto?—inquiere mientras me observa.

Cierro el libro. —Sí. Iré con ustedes—guardo el libro en mi mochila.

Ale sonríe. —Me alegro, el viernes haremos una pijamada. Me gustaría que también vayas, será interesante. Apenas nos conocemos, pero de este modo te sentirás más unida a nosotras, es casi seguro que la haremos, pero en dado caso que no, lo recorremos para las primera semana de septiembre...—bebe un poco de agua.

Me toma por sorpresa esa invitación. Pero las chicas son agradables así que no hay ningún problema con eso. —Claro, lo hablaré con mi madre y te aviso—respondo.

—Si es necesario las chicas y yo podemos ir para que te dejen ir, para que haya confianza. Estarás con tus amigas así que no hay peligro...—tira la cáscara de plátano cerca de un bote de basura que está al lado de nuestra banca.

—No creo que sea necesario. Me dará permiso—me muestro segura.

Suspira mientras observa a lo lejos, donde está su hermano. —Le caes bien a mi hermano—voltea de inmediato y hace una mueca de susto. —No lo digo en el sentido de que le gustes o algo por el estilo. Solo digo que le caes muy bien... y me parece extraño como se lleva contigo. A veces él es callado, de pronto habla mucho con sus amigos, es bipolar—comenta.

Observo al mismo lugar que ella. —Es un gran chico, ayuda mucho a las demás personas y es muy amable—complementó.

Ella se muestra feliz. —Es muy agradable, pero también tiene su lado oscuro, hace un año se peleó con un chico, por el simple hecho de que tuve unos problemas, discutí... es tierno, pero si lo hacen enojar se enciende y entonces hay caos—levanta su ceja mientras muerde su manzana verde.

Me sorprende escucharlo. —Trataré de no hacerlo enojar...—comentó con una suave.

Ella voltea a verme entre risas. —Jamás te haría nada... no te preocupes. Mi hermano tiene una actitud extraña, y a veces es un poco depresivo—se acomoda en mejor posición para estar más cómoda en la banca.

Le miro intrigada. —¿Por qué, Alejandra?—interrogo.

Su expresión cambia. —Mamá viaja demasiado, casi nunca ha estado con nosotros. Y Edén siempre la busca, creo que a él le falta cariño maternal. Tan solo hace darse cuenta y ver cómo se emociona con las llamadas de mamá, y yo también me pongo feliz cuando llama, pero mi hermano más. Pues siempre quiere estar cerca de ella, le busca y mi madre corresponde a nuestro cariño, pero volvemos al mismo punto, ella nunca está aquí—voltea a verme con seriedad.

Le miro con tristeza. —Te entiendo, es difícil estar lejos de mamá. Y sí, he notado la emoción de Edén cuando recibe llamada de tu madre. Él la busca, pero ella no puede estar aquí. Pero supongo que por trabajo debe sacrificar algo—comentó, esperando adentrarme en la conversación y que revele un poco más.

Ella levanta su ceja. —Algo así... su trabajo es peculiar y es dentro del gobierno. No debería decirte eso, pero ya somos muy buenas amigas y hay confianza...—me abraza. —Y pues esa es la razón por la cual a veces está triste. Creo que pasa su vida anhelando otra, una donde las cosas sean como él quiere. Lo cierto es que, en esta vida no siempre las cosas son como queremos y a veces solo podemos adaptarnos—sonríe mientras se pone de pie para tirar la basura.

—En mi caso, las pocas veces que he estado lejos de mamá, he tenido a mi padre que me hace compañía... y es lo mejor del mundo. Él es muy amoroso, es como mi mejor amigo—sonrió. Inventando gran parte de mi comentario, pues lo único real es que mi papá actual, es tierno y amoroso.

—Se nota que te tienen muy consentida y te quieren mucho. Eso es lo mejor del mundo... a veces creo que esa es la vida que mi hermano desea y anhela, pero no siempre podemos tenerlo todo. Nuestro padre no ha estado con nosotros en muchos... muchos años. Así que solo nos tenemos Edén y yo... y mi tía, que es quien lleva las cuentas y recibos de nuestra casa—finaliza mientras está delante mío.

Las chicas vuelven de la cafetería, ya comieron y estar felices. Danna bromea y muestra emoción por la salida después de clases.



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En el texto hay: adolescentes, amor adolecente, suspenso amor

Editado: 05.11.2024

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