Los días han avanzado más rápido de lo que creí. La visita de mis amigas y de Edén ha sido casi de forma diaria, han venido lo más que pueden, y creo que no han faltado ni un día. Pasan horas aquí charlando de cualquier cosa, hablándome de la escuela y de que incluso en otros salones se habla de mi nombre <<Andrea>> la chica que fue atacada en los baños y que cayó por las escaleras como una pelota.
Todo se manejó como un mal entendido y la policía esclareció el caso, atrapó a los chicos y aceptaron su culpa, solo que no pudieron y no quisieron decir quién les envió. Eso me deja aún más desconcertada. Desde ese incidente, mamá y papá están armados, y yo igual tengo un arma en mi habitación, es mi gran temor en cada visita de mis amigos, que por alguna razón descubran mi juguete dentro de mi cajón. En breves períodos de tiempo siento o imagino que Alejandra y Edén saben algo, pero algo en el fondo me dice que hay alguien más a la lejanía, que intenta sabotear, en este mundo en el que estaba mi madre... ya no sé qué esperar, pero aún así debo seguir firme, presiento que el final se acerca... y es algo que he deseado por años, pero ahora con mis nuevas amistades y estos tremendos lazos con ellos, me será muy difícil aceptar la realidad, porque ellos saldrán perjudicados.
Mi recuperación fue rápida y buena, mejore más rápido de lo que todos imaginaron... y eso es bueno. Así pude ponerme de pie y solo debo estar en mi casa pasando el rato, pues mi permiso se extienden hasta el día 30 de septiembre, que es la fecha cuando debo volver a clases.
En mi periodo en casa me salvé de algunas tareas complejas, aunque me olvidó que eso no me ayuda mucho... pues mis planes no son acabar el año aquí. Estoy segura que mis maestros me harán preguntas cuando vuelva. Sin mencionar los demás alumnos, no sé si la popularidad que he recibido estos días y semanas, sea buena... pues no busco llamar tanto la atención, pero he recibido varias solicitudes en Instagram y demás redes sociales. El mismo tema de siempre, preguntado qué tal estoy y como sigo, algunas personas han seguido la conversación. Espero que nadie indague demasiado, pues saldrá a relucir mi verdadero yo, pero la posibilidad de que algo así pase será algo difícil, nadie tiene esos conocimientos.
Estás semanas las pasé leyendo, mirando películas y entre charlas con mi madre, padre amigas y amigos, debo admitir que como dos veces me sorprendieron de que me trajeran personas que en mi vida había visto, venía a saludar y saber qué tal estaba. Me hacía sentir más tranquila que mi secreto no se revelara, pues las influencias de papá ayudaron bastante, mi verdadera edad no se dio a conocer y eso me mantiene en el juego.
29 de septiembre.
Hoy es domingo 29 de septiembre. Un día antes de que vuelva a mis clases con normalidad. Saldré con Edén, pues su invitación a salir fue aceptada. Creo que es la primera vez que saldré con él a solas, y no a estudiar. Nuestro lazo y charlas durante sus visitas fueron creciendo, pero no sucedió nada fuera de lo común... pues siempre estaban mis amigas.
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Edén
Edén: Pasaré por ti a las 5:20.
Andrea: Perfecto. Ya casi estoy lista.
Termino de maquillarme y preparar el suéter que me pondré.
Mamá ingresa a la habitación. Camina lento y se sienta sobre la cama mientras observa que retocó mi rostro.
—Andrea...—me habla.
Yo no volteo a verle porque estoy centrada mirándome en el espejo y aplicándome labial. —Ajá...
Sonríe. —Hija... sé que sientes algo por Edén. Es evidente y creo que tú ya te diste cuenta... pero no debes encariñarte, pues tu quisiste venir y sabes cómo terminará esto—expresa con serenidad.
Termino de aplicarme el labial y asiento. —Eso lo sé muy bien... y no estoy enamorada de él—rio y ella me ve con incredulidad. —Está bien... tenía mucho tiempo que no tenía contacto con un chico, y él es muy lindo atento. Es imposible no sentirme atraída hacia él... y eso lo hace más difícil... pero se porque estamos aquí. Salgo con él porque me invitó y estuvo viniendo todos los días—respondo mientras le veo por el espejo.
Sonríe un poco. —El corazón siempre nos traiciona—comenta mientras me ve a través del espejo.
Suspiro mientras finalizo. Doy vuelta y le veo. —Me cruza la loca idea de que... actuemos y yo me quede cubierta sin que nadie sepa que todo fue por mí... y así poder quedarme limpia y sin que me juzguen—explicó con inseguridad, pero a la vez con una pizca de optimismo.
Ella arruga su frente y se sorprende de lo repuesta. —¿Y eso es todo? ¿Vivirás una mentira con tu pareja?—pregunta extrañada.
Niego. —¿Por qué mi pareja?...—le devuelvo la pregunta.
Ella rueda los ojos. —Sí te quedas con Edén, además de que eres mayor a él por casi una década... no sé cómo vivirás tranquila, sabiendo que el dolor que le quema por dentro, será por tu culpa. No sé cómo dormirías a su lado sabiendo que su madre lo está y que tú tuviste algo que ver—encoge sus hombros.
Cierro mis ojos y agachó mi mirada. —No, mamá... no sería bueno. Pero creo que te estás yendo muy al futuro... apenas nos conocemos y me gusta, sí... pero no planeo tanto a futuro... como puedes ver, me dieron una paliza hace casi un mes... estoy en contratante peligro, y no me quejo por ello, pero yo lo veo más allá del momento, solo vivo y ya... no se que suceda con Edén, pero será interesante escribir unos capítulos que valgan la pena recordar—arqueo mi ceja mientras sonrío mientras observo al horizonte.
Al mismo tiempo escucho el timbre de la puerta principal, ha llegado.
Mamá suspira y se pone de pie mientras sonrío. —Hablando de él—exclama. —Antes de que se me olvide, toma tu pistola eléctrica y llévatela contigo... llámame si hay algún problema, hija—avisa antes de salir de la habitación para bajar y abrir la puerta.