Y llegaste tú...

No soy una interesada

Estaba por cursar el segundo semestre de la universidad, yo estudiaba pintura, arte, siempre me ha gustado ver las pinturas, para mi siempre han sido como una persona que trata de transmitir un mensaje, cuando era niña, observaba mucho las pinturas de Leonardo da Vinci, o las de Vicent van Gogh, recuerdo que mi madre me llevo a una exposición de arte, me fascinó tanto, que termine imaginándome como sería el exponer mi propia pintura, pero claro no es tan fácil ser una artista famosa, primero tienes que ganarte a los espectadores, y transmitir tus sentimientos a la pintura, las vacaciones tan esperadas estaban a punto de comenzar, no las iba a desaprovechar después de todo, quería ver diferentes lugares, salir y probar nuevas cosas, algo como para inspirarme, mientras pensaba todo eso, decidí ir a la biblioteca, seguro que hay tendrían libros sobre lugares para visitar.

—Madison — me llamó el profesor de arte.

—¿Qué pasa profesor?

—Quisiera hablar contigo un momento, ¿estas ocupada?

—No, sólo iba a la biblioteca, pero eso puede esperar, ¿de qué quiere hablar conmigo?

—Madison, siempre has sido una gran alumna, tus trabajos siempre transmiten tu estado de ánimo, pero tus pinturas sólo son para ti, no logras el objetivo de compartir tus emociones.

—¿Qué quiere decir?

—Madison, perdóname que te lo diga, pero tu no estas lista para el arte.

—Pero tengo las mejores notas y...

—Y crees que una nota dice que eres la mejor.

—No pero...

—Madison sólo piensa en lo que te dije... —se va.

Me sentí tan mal, la pintura era mi sueño, no podía decirme eso como si nada, eh puesto todo mi esfuerzo,  no quería abandonar mis sueños, no podía pensar en nada que no fuera eso, estaba perdida en mi mundo que termine chocando con una persona.

—¿Estas bien? —me pregunto.

—Si, estoy bien ¿y tu?

—Yo, estoy bien, lo siento, estaba distraído y no...

—No te preocupes, en realidad la distraída era yo.

—Soy Bryan ¿y tu?

—Soy Madison, mucho gusto —me ofreció su mano para levantarme.

—Madison un bonito nombre.

—Gracias, ¿eres de esta universidad?

—No, en realidad vine a ver a un profesor de esta universidad.

—Comprendo, entonces hasta luego...

—Espera...

—¿Que pasa?

—Se te calló está cadenita.

—A gracias es muy importante para mí, me la dió mi mamá en mis 15 años.

—Entonces debe ser algo importante para ti, cuídala mucho.

—si gracias, no se que hubiera hecho si no la encontraba.

—¿siempre caminas por aquí?

—No, sólo iba a la biblioteca, pero creo que no estoy de ánimos así que pienso regresar a mi casa.

—Te importa acompañarme, sólo veré rápido a un profesor, después si quieres te llevo a desayunar algo.

—A no te preocupes por eso, desayuné en mi casa, pero si quieres te puedo acompañar.

—Entonces vamos.

Bryan parecía un chico muy amable, al parecer fue a hablar con un profesor de talentos o algo así, parecía que conocía muy bien esta universidad.

—perdón por tardar, el profesor se quedó platicando conmigo y...

—No te preocupes —le dije, no quería que la plática se volviera incómoda.

—¿Estudias Arte en pintura?

—Eh, ¿como lo supiste?

—Tienes pintura en tu mejilla.

—¿Qué?, Soy muy descuidada -que vergüenza a de pensar que soy una idiota —¿Ya no tengo?

—Solo un poco aquí.

Bryan tocó mi mejilla para quitar la pintura, no pude dejar de observarlo.

—¿Te pasa algo?

—No, nada —tenía que cambiar de tema antes de qué mencionara que me le quede mirando —. Y ¿por qué vienes a esta universidad?

—Pues por qué el profesor es profesor de mi hermana.

—¿Su profesor?

—Si, es su profesor personal.

—No sabía eso.

—Le enseña a comportarse como una señorita y la enseña a tocar algunos instrumentos.

—Eso es impresionante

—No creo que sea para tanto.

—Al menos para mi si, bueno yo me tengo que ir.

—Si quieres te llevo a casa.

—No no te preocupes, tengo que caminar para tomar el autobús.

—Vamos te llevo.

—No de verdad no hace falta, el camino hacia la parada del autobús es largo desde aquí.

—Quien dijo que iremos a pie, te llevo en mi auto.

—pero...

—Tranquila no desconfíes de mi, además ya perdiste mucho tiempo esperando a que terminara de hablar con el profesor.

—Bueno está bien. —Bryan me abrió la puerta de su auto y me hizo un gesto que indicaba que subiera —, Gracias.

—Solamente dime por dónde debo dar vuelta te parece.

—Si claro, sólo ve derecho y das vuelta a la izquierda por los tacos de Don Paco.

— perdón yo no sé dónde están ubicados esos tacos.

—Ahí donde ves ese letrero —le señalé.

—muy bien

—¿jamás has probado esos tacos?, Te los recomiendo están muy ricos.

—Lo tendré en cuenta.

—De echo a veces vengo con mis amigos nos quedamos un buen rato platicando.

—¿Y tu novio?

—No tengo.

—Enserio, eres muy linda así que pensé que si tenías.

—Nadie a logrado aguantarme soy muy parlanchina mi madre dice que con mi actitud de niña nadie se va a casar conmigo —cuando dije eso el comenzó a reír.

—¿Por qué te ríes?

— perdón es que lo dices de una manera muy graciosa.

— Aquí en esa casa azul vivo.

—De acuerdo — se estacióna

—Gracias por traerme.

—yo debería agradecerte por hacerme compañía —le sonreí. 

—Adiós.

Bryan era un chico grandioso me pregunto si tendrá novia, tampoco es como si me interesará de esa forma, pero parece demasiado amable.

—Madison ya llegaste, pero ¿donde te metiste ya es tarde?

— Perdón mamá, no quise preocuparte.

—Bueno no importa por hoy te la pasó voy a un mandado, tu quédate con tu hermano.

—Esta bien mamá, ve con cuidado.

No mucho después de que mamá se fue comenzó a sonar el teléfono —Hola —conteste.

—Madison ¿está tu madre?



#39436 en Novela romántica

En el texto hay: romance comedia

Editado: 10.08.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.